domingo, 8 de diciembre de 2013

LAS SIERVAS DE MARÍA EN SAN SEBASTIÁN



El motivo ocasional de esta fundación en la bella ciudad de San Sebastián, surgió por la petición de una Señora de Tolosa que visitó a una enferma, atendida por una Sierva de María en Pamplona. Se llevó a efecto la Fundación el día 27 de Julio de 1880. Las Hermanas se dedican al cuidado de los enfermos en asistencia domiciliaria, particulares en establecimientos y dispensarios. Su eslogan reza: “Siervas de María, Ministras de los enfermos” (1)

Encontramos en el “DIARIO DE SAN SEBASTIÁN” Segunda Época. Consagrado a los Intereses de la Provincia. San Sebastián.- Martes 6 de Julio de 1880

FOTO 001 Sede de la Congregación de las Siervas de María en San Sebastián

Congregación de las Siervas de María
Muy pronto se planteará esta interesante institución en nuestra Ciudad, según las noticias que hemos adquirido. He aquí cuáles son los servicios, que prestan estas ministras de los enfermos, que ostentan como lema “Salus Infirmorun” (1).

La Congregación de las Siervas de María Ministras de los enfermos, tiene por objeto principal asistir a domicilio, gratuita y esmeradamente, a los enfermos de ambos sexos en toda clase de enfermedades, vivan en una choza como el pordiosero, o en un palacio como el potentado; asistiendo a todos igualmente, y no viendo en ellos mas que la representación de Jesucristo. Desde su fundación viene desempeñando su caritativa misión a satisfacción del vecindario de la Corte (1).

La Sierva de María se acomoda en casa del enfermo a las horas y clase de alimentos de la familia, y descansa cuatro horas de las veinticuatro del día, en sitio retirado y tiempo más conveniente a la familia del enfermo. Cuando este es un pobre que no puede proporcionar a la Hermana sustento y descanso, esta lleva su alimento de la Casa de la Comunidad, a la que viene a descansar si la distancia lo permite; de otra suerte, conviene con la familia para prestar su asistencia de día o de noche (1).

La sierva de María presta al enfermo de su sexo todos los servicios que necesita no saliéndose del plan facultativo; y al de diferente sexo, todos los que no repugnen el decoro. Es cargo suyo asear la habitación del enfermo, prepararle los cocimientos, suministrarle los alimentos y medicinas, aplicarle las sanguijuelas y demás, salvo siempre el decoro y honestidad (1).

FOTO 002 Entrada de la Congregación de las Siervas de María en San Sebastián

La Sierva de María viene a la casa de la Comunidad los sábados por la tarde, y vuelve el domingo a la del enfermo, no estando este en mucho peligro, pues entonces continúa la Hermana hasta que le releve la Superiora. La Sierva de María se retira de la asistencia al tercer día que se ha levantado el enfermo en convalecencia, y si muere, a las dos horas después de expirar; en ambos casos, si alguna circunstancia extraordinaria exige la continuación de la Hermana, esta podrá seguir con el permiso de la Superiora. Es voluntario a las Siervas amortajar los cadáveres de su mismo sexo (1).

Esta Congregación no está circunscrita a la Corte, desempeña también su caritativa misión en varias poblaciones principales de la Península y en la Isla de Cuba, está dispuesta a prestar sus servicios a domicilio y en hospitales, do quiera se desee su instalación, contando con la cooperación de las Autoridades, corporaciones y pueblo que quiera aceptar sus caritativos servicios (1).

Así como esta Congregación presta sus servicios gratuita y esmeradamente, sin poder estipular el menor precio estimable por su trabajo, también tiene que sostenerse de toda clase de limosnas que los bienhechores den al establecimiento, y de una suscripción voluntaria, en la que cada uno figura por la cantidad que quiere, teniendo estos la garantía de ser preferidos, en igualdad de circunstancias, para servicio de las Siervas, y a participar de los bienes espirituales procedentes de los ejercicios y oraciones de la Comunidad (1).

La Casa Diocesana en esta Ciudad se halla en la calle San Gerónimo, número 22, principal. 6 de Julio de 1880 (1).

LAS SIERVAS DE MARÍA EN AZPEITIA (Gipuzkoa)
El día 4 de Octubre de 1899 las Siervas de María, se establecen en Azpeitia (Guipúzcoa) para ofrecer su ayuda a cuantos las necesiten tanto en sus domicilios como en el dispensario. Siete fueron las fundadoras. Esta casa fue Noviciado por muchos años. En la actualidad es centro de espiritualidad y casa de formación donde las Hermanas se preparan para la emisión de los Votos Perpetuos. Las Hermanas se dedican a la asistencia domiciliaria y atención a los enfermos y necesitados en el dispensario (2).

LAS SIERVAS DE MARÍA EN PAMPLONA (Navarra)
El Obispo de Pamplona José Oliver y Hurtado, conocedor de los servicios prestados por las Siervas de María en la atención a su madre, quiso traerlas a los hogares navarros. La respuesta de su fundadora no se hizo esperar y llegó acompañada de cinco Hermanas el 4 de octubre de 1878. Fundaron la primera Casa en la calle Curia, después pasarían a la calle Salsipuedes y finalmente se trasladaron a la plaza de San José, donde permanecen en la actualidad (3).

En el año 1880 el doctor Nicasio Landa, médico navarro y fundador de la Cruz Roja, escribió en el periódico “El Eco de Navarra” un artículo sobre estas religiosas. De esta forma dio a conocer su trabajo enfermero y la trascendencia de sus servicios (3).

“Desde hace dos años, tiene Pamplona la fortuna de abrigar en su seno a esa piadosa Institución de las Siervas de María. ¡Cuántas veces la habíamos echado de menos! ¡Cuántas la habíamos deseado, al saber que existía en otras ciudades! Landa, por su profesión médica, había sido testigo del desamparo de los enfermos que no podían ser atendidos. Conocía la realidad de la lavandera que no dejaba de ir al río, aunque tuviese a sus hijos enfermos, porque debía ganar el sustento. También había visto la necesidad de personas acomodadas que se encontraban sin familia y no tenían a nadie para cuidarles, o el caso de las personas viudas sin hijos. A todas estas circunstancias se unía el cansancio que suponía para una familia el cuidado ante una larga enfermedad (3).

Según el propio médico, la solución ante esta problemática social se encontraba en la labor que ofrecían las Siervas de María. Reconocía su trabajo y su formación (3).

“Es providencial fortuna tener a la cabecera de su lecho una santa mujer, a una Religiosa, dispuesta a velar por él, de noche y de día; habituada a cuidar enfermos, instruida en el modo de administrar los medicamentos y aplicar los remedios que la ciencia ordene” (3).

Si el cuidado diario era necesario, en los casos de enfermedades infecciosas era imprencindible. Las Siervas ante las epidemias de viruela y cólera permanecieron al lado de la persona enferma, sin preocuparles el contagio (3).

Cuidado gratuito
Estas religiosas no hacían distinción de barrios ni clases sociales, acudían a dónde se precisase su servicio. No cobraban nada, ni siquiera pedían comida. Si no les ofrecían cena, la llevaban preparada. Únicamente contaban con las limosnas y la recogida de una suscripción mensual de algunas familias benefactoras (3).

Debido al aumento de solicitudes requiriendo sus servicios, el número de Siervas había aumentado a doce. El local de la calle Salsipuedes estaba inhabitable y no podían pagar el alquiler de la casa. El doctor Landa advirtió de su pobreza y propuso en el periódico citado ayudarles. “Debiéramos, pues, ofrecerles una casa, como lo ha hecho la ciudad de Santander.
… pero si no podemos llegar a tanto, elevemos siquiera desde ahora el producto de la suscripción mensual a la suma necesaria no sólo para que puedan comer las Siervas, sino para que puedan pagar la casa”.
Sugirió a  los suscriptores convencer de entre sus relaciones a otra persona para que se suscribiera, y a los lectores a contribuir con la causa con una peseta mensual. El periódico donde escribía valía cuatro pesetas al mes, pedía sólo el esfuerzo de pagar una peseta más (39.

“Que todo el que lea estas líneas piense si puede contribuir a tan santa obra con una peseta, y si puede, que lo haga” (3).

También denunció el forzoso abandono de los hijos de las lavanderas, en octubre de 1884. Citó lamentables desgracias ocurridas y propuso habilitar dos salas con camas, una en la Rochapea y otra en la Magdalena, para recogerlos durante las horas de trabajo de sus madres. Nuevamente fueron las Siervas de María quienes se encargaron de ello. A los quince días de abrirse este servicio, se acogía a medio centenar (3).

La Profesión Enfermera
Ante los problemas que se presentaron en la mente del Párroco de Chamberí ante la situación de ¿quién cuidaba a los pacientes en su domicilio?, ya que las necesidades asistenciales no las podía cubrir todas ellas la Beneficencia Pública. Para dar esa respuesta aparecen las Religiosas Siervas de María Ministras de los enfermos (4).

Para Cuidar a los enfermos tanto de día como de noche, tenían que prepararse todas las religiosas y de ahí surge la preparación del “Primer Programa para la adquisición del título oficial de Enfermeras en España” (4).

Fue presentado a petición de las Religiosas Siervas de María Ministras de los Enfermos. Y por los doctores Simonena, Jiménez, Mariscal y Barajas en Marzo de 1915
Y aprobado por la Real Orden por el Ministerio de Instrucción Publica en Junio de 1915
El “Programa de Enfermeras” aprobado por Real Orden, comenzaba así: Viva Jesús. Programa aprobado de Real Orden por el Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes para el Cuerpo de Enfermeras. Empezaba con la lección primera “Esqueleto”. Partes de que se compone y modo de unirse ó articularse estas. Llegando hasta la septuagésima lección titulada: “Concepto general de los enfermos mentales y nerviosos”. Apreciaciones sintomáticas que debe observar cuidadosamente la enfermera. Condiciones especiales para este cargo (morales, físicas, personales de carácter intelectual). Vigilancia (4).

FOTO 003 Primer Programa para el título oficial de Enfermera 1915 (12)

Aparecen las Primeras Escuelas de Enfermeras
Aparecen en España las primeras Escuelas de Enfermeras, pero el título todavía no era oficial. En 1896 aparece la Escuela de “Santa Isabel de Hungría” en Madrid de la mano del Doctor Federico Rubio y Gali. La Escuela de enfermeras laicas de Joaquín Pi y Arsuaga.

En San Sebastián en 1909 y de la mano del Dr. Charles Vic se crea una pequeña Escuela en un local en la Plaza Easo esquina con el número 27 de la calle Larramendi. Se creo para la formación de las Enfermeras para el Dispensario gratuito para los necesitados. Siempre contó con la valiosa colaboración de las Madres Dominicas, cuya superiora era la Madre Mauricia, que prestó toda clase de ayudas, pudiendo contar con todo el material médico y quirúrgico. El programa era el que daban las alumnas de Enfermeras de la Cruz Roja Francesa. Durante varios meses, se impartieron cursos de mañana y tarde (5).

Ya desde el 1922 se quería crear una escuela de enfermeros en el Hospital, para que los puestos vacantes fueran ocupados por estos cuando acabasen. Del 1931 hacia delante es reconocida la labor de las enfermeras y enfermeros y se les reconoce algunos derechos, como por ejemplo el descanso semanal y se establecen jornadas más llevaderas. En 1936 se crea la Escuela de Enfermeras de San Antonio Abad (6).

FOTO 004 Charles Vic crea una pequeña Escuela de Enfermeras 1909

Hasta que el 8 de Enero de 1937 fue llevada a la práctica el proyecto de creación del Título de Enfermera Diplomada del Hospital San Antonio Abad de San Sebastián (6).

LA FORMACIÓN DE LAS SIERVAS DE MARÍA
Para formarse como enfermeras, las Siervas de María realizaban sus estudios y se titulaban en Roma. En la Escuela de Enfermeras del Vaticano.
Bajo la promoción del Papa Pío X. Estas enfermeras Siervas de María formadas en Roma con el título de “Infirmiera”, buscarían la forma de poder conseguir que reconocieran en España la titulación oficial. Se plantearon pedirlo por escrito ante el Ministerio de Instrucción Pública (7).

Esta solicitud la formularon en el año 1915, para que pudiesen ser autorizadas para el ejercicio de su profesión para lo que ellas se habían formado. Todo esto dio origen al Real Decreto de 7 de Mayo de 1915, en el que se crea la Carrera de Enfermeras, que autorizaba a poder ejercer como “Enfermera” religiosa o laica en cualquier lugar de España. Ya estaba considerada como una rama sanitaria distinta de los practicantes y matronas (7).

En 1911 a mediados del mes de julio, le llega a la Madre Superiora General una invitación del Vaticano para que asista con una acompañante, a la audiencia especial que les concederá el Pontífice Pío X. Éste, que preside personalmente dicho acto, con ocasión de la entrega de los nuevos títulos a las nuevas enfermeras, quiere hablar con todas las responsables que se dedican al cuidado de los enfermos (8).

En la audiencia que la forman un nutrido grupo de alumnas de enfermeras y las Madres Superiores correspondientes a varias Congregaciones les dice. “Me alegra que hayáis atendido mi deseo, que no es otro que vosotras forméis unas buenas enfermeras con los mejores conocimientos tanto teóricos como prácticos, que a su deber les corresponde”. “Porque según se presenten las cosas, llegará un día en que os expulsarán de vuestros puestos de trabajo, alegando, que las Religiosas no son buenas para cuidar enfermos, ya que no tienen estudios como las Enfermeras laicas” (8).

FOTO 005 Manual práctico de Asistencia a Enfermos 1920

Para realizar la Carrera de Enfermera para la obtención del título correspondiente había que realizar estudios teórico-prácticos de un año de duración, con un programa de setenta temas o lecciones, unido todo ello a la realización de las prácticas en Dispensarios, Clínicas y Hospitales. Pasado el año en la realización del curso, se tenía que acreditar los conocimientos propios de la profesión que se hubiesen adquirido en ese año, tanto teóricos como prácticos ante un tribunal en las Facultades de Medicina, que expedían el correspondiente “Título de Enfermera” (7).

Los únicos aspectos que faltaban eran los relacionados con el embarazo y el parto, ligados estos estudios con la carrera de comadrona. En cambio si se explicaban los cuidados de enfermería necesarios para el recién nacido.

Por último, se explicaba cómo debía ser la vigilancia ante los “enfermos mentales y nerviosos” y las apreciaciones que se debían observar y considerar (3).

Ya que ellas habían formulado la petición crearon su propia Escuela de Enfermeras en Chamberí. Además tuvieron tres noviciados el de la Casa Madre en Chamberí, Madrid; en Azpeitia y en Pamplona. En esta Escuela se formaron durante muchos años enfermeras religiosas y en menor medida enfermeras seglares o laicas (7).

FOTO 006 Hojas interiores del manual

La nueva Carrera precisaba de unos estudios y de unos libros para poderlo hacer. Así con el gran interés que ponía esta congregación en la preparación de sus enfermeras realizaron una publicación de sus propios manuales que recogían todas las materias estudiadas, creando en 1920 el “Manual práctico de Asistencia a Enfermos”, impreso en la imprenta de Julio Cosano en Madrid. En 1928 se vuelve a realizar el mismo “Manual práctico de Asistencia a Enfermos”, impreso por Editorial Ibérica, Alburquerque nº 12, Madrid. Y en 1950 publicaron el “Compendio de las asignaturas comprendidas en el estudio de A.T.S.” Propiedad de las Siervas de María, ha sido edictado en la imprenta IESUM, calle Mayor nº 45, Burlada, Pamplona. El prólogo del Dr. Tomás Belzunegui, Jefe de Sala “Pulmón y Corazón” del Hospital Provincial de Pamplona. Consta de 560 páginas.

ORIGEN DE LA ESCUELA DE AYUDANTES TÉCNICOS SANITARIOS DE LA CONGREGACIÓN DE LAS SIERVAS DE MARÍA
MINISTRAS DE LOS ENFERMOS

La Congregación de Siervas de María, Ministras de los Enfermos, tenía en la capital de España (Madrid), una Escuela de Enfermeras que funcionaba desde el año 1912, con el fin de atender a la formación profesional de los miembros del propio Instituto Religioso, dedicado a la asistencia de los enfermos en sus domicilios, clínicas y hospitales (8).

Esta Escuela que venía funcionando conforme a la legislación anterior hasta el año 1952, al cabo de los años se puso en estado ruinoso, haciéndose necesaria la reconstrucción de la misma (8).

FOTO 007 Manual práctico de Asistencia a Enfermos 1928

Comenzaron las obras en diciembre de 1952, terminándose felizmente en abril de 1954, quedando la Escuela ampliada notablemente y muy mejorada, tanto en lo que se refiere al local como al material escolar, lo que la hace muy aceptable para el fin que se pretende. Consta de un aula, llena de luz, con abundantes láminas de gran valor didáctico, una amplia sala de prácticas de Medicina, otra igual de Cirugía propia para intervenciones con todos los servicios sanitarios; una tercera idéntica como laboratorio con abundante material, y aparato de Rayos X, y por fin un laboratorio para el revelado de radiografías (8).

En septiembre de este año 1954 se presentó al Ministerio de Educación nacional, el expediente para que dicha Escuela fuera reconocida oficialmente de acuerdo con las nuevas leyes vigentes, y ha sido reconocida y autorizada por dicho Ministerio en Decreto del 7 de junio de 1955 (8).

Ha sido visitada por distintas personalidades, entre ellas el Ilustrísimo Señor Ministro de Educación Nacional Don Jesús Rubio; el Ilustrísimo Señor Decano de la facultad de Medicina de Madrid, Don Jesús García Orcoyen y ha merecido muy particular elogio del Reverendísimo Padre Arcadio Larraona, Secretario de la Sagrada Congregación de Religiosos (8).

La Escuela que en un principio tuvo por fin la preparación profesional de las Religiosas del propio Instituto solamente, hoy admite Religiosas de todas las Congregaciones que lo soliciten, y en el mes de julio de 1955 se examinaron de primer año de Ayudantes Técnicos Sanitarios, las primeras alumnas, un grupo de veinte Religiosas y todas obtuvieron brillantes notas. Se dignó presidir el Tribunal de dicho examen el Ilustrísimo Señor Decano de la Facultad de Medicina de Madrid (8).

FOTO 008 Compendio de las asignaturas comprendidas en el estudio de A. T. S. 1950

MANUAL PRÁCTICO DE ASISTENCIA A ENFERMOS 1920
Este auge por la nueva titulación de “Enfermera” va a continuar durante los siguientes años con la creación de nuevas Escuelas de Enfermería y con la publicación de diferentes manuales.

Para la obtención del título era necesario estudiar durante un año los setenta temas o lecciones, asistiendo a las clases teóricas y las prácticas habiéndolas realizado en un dispensario, clínica u Hospital. Posteriormente pasaría el examen que consistiría en teoría y práctica ante un tribunal parecido al que funcionaba con los Practicantes en la Facultad de Medicina y nombrado por el Decano. Las que superaban dicho examen obtendrían el título de Enfermera que les habilitaba para su trabajo y profesión.

Proemio
Este tomito, en el que se hallan reunidas las breves nociones que, de las diversas materias que abarca el programa para la enseñanza de la profesión de enfermera, se ha creído conveniente que éstas posean, es, si así podemos decir, el último acto o la página postrera de la obra social que, relacionada con la creación de dicha carrera, ha venido haciendo la benéfica, humanitaria y caritativa Congregación de Siervas de María.

En efecto, y como oficialmente se declaró por el Sr. Ministro de Instrucción Pública y Bellas Artes que refrendó la Real Orden por la que se creaba aquella profesión en España, y en la que se exponía el programa detallado «de los conocimientos necesarios para habilitar de enfermeras a las que lo soliciten, pertenecientes o no a Comunidades religiosas", de la Congregación de Siervas de María, Ministras de los enfermos, partió la idea de que, dado el progreso de los tiempos y lo complicadas que van siendo, por tanto conocimiento nuevo como cada día se adquiere, la Patología y la Terapéutica, no bastaba la buena voluntad de esas santas mujeres para llenar a la perfección su cometido a la cabecera de los enfermos.

Así lo debió de entender también aquel Santo Pontífice, de inolvidable memoria, el sencillo, recto y bondadosísimo Papa Pío X, el cual llamó expresamente a las Superioras de todas las Comunidades religiosas residentes en Roma y que se dedicaban a la asistencia de los enfermos a domicilio y las animó, con razones y palabras tan afectuosas como convincentes, a que siguieran los estudios que habían de otorgarles el diploma de “infirmiera, como así hicieron estas beneméritas mujeres, entre las cuales figuraban nuestras Siervas de María, obteniendo éstas al muy poco, no obstante tener que luchar con prevenciones arraigadas, con la dificultad de una lengua extraña, y ser estudios nuevos para ellas y complicados los que iban a emprender, casi sin preparación alguna; obteniendo éstas al muy poco, decíamos, en públicos exámenes, el título tan honroso de enfermeras habilitadas para ejercer la profesión en todo el reino de Italia.

Tituladas ya muchas de las religiosas, pensaron, muy lógicamente, que por qué eso que hacían en la ciudad de los Papas no habían de poder efectuarlo también en la capital de su amada Patria, y como en esta Congregación se tiene por principio que lo que pueda hacerse hoy no se debe dejar para mañana, pusieron mano a la obra en seguida, consultaron con algunos médicos, entre los cuales tuvimos el honor de contarnos, y a pesar de las dificultades de diverso género con que toda idea nueva tropieza siempre en nuestro mundo oficial y de la inestabilidad de los Ministros en sus poltronas, pues fueron varios a los que hubo que exponer el asunto, no transcurrían muchos meses cuando aparecía en la Gaceta de Madrid la Real orden antes dicha, y se convocaba a los primeros exámenes, en los cuales obtuvieron las veintitantas siervas que se presentaron las más brillantes calificaciones.

La preparación fué encomendada a los dignos profesores de esta corte Sres. Simonena, Jiménez (D. Ramón) y Barajas, que desgraciadamente, ya no forma parte del número de los vivos, y al que tiene la satisfacción de redactar estos renglones, todos los cuales, y es elogio este al que no tengo inconveniente en sumarme, han puesto de su parte cuanto les ha sido dado para que aquélla sea lo más completa posible, dentro de lo elementalmente que deberán ser tratadas la mayor parte de las complejas materias contenidas en el programa.

Pero de nada habrían servido los nobles y generosos esfuerzos de tan competentes médicos si no hubiesen hallado una masa excelente en las religiosas discípulas, apta para ser modelada como y cuanto ha sido preciso al recibir las austeras enseñanzas que dicho programa abarca, algunas de las cuales se creería -a no haberlo visto- punto menos que imposible el que unas sencillas mujeres, sin más principios que la instrucción elemental que recibe en todas las esferas la mujer española, hubieran podido entenderlas y asimilárselas. Cuanto se diga, pues, de la aplicación, del entusiasmo y de la constancia con que emprenden y continúan los estudios las ya numerosas promociones que se vienen sucediendo desde 1915, y de lo bien que secundan al profesorado masculino las religiosas que, por haber obtenido el título en Italia o en los primeros cursos en España, forman, si así podemos decir, excelente profesorado femenino para el internado de las alumnas, sería pálido ante la realidad, no daría cabal idea de ello.

FOTO 009 Prólogo del Dr. Belzunegui. Religiosa Sierva de María

Y ya solamente dos palabras para concluir. El que hojee, aunque sólo sea a la ligera, el presente volumen, comprenderá al instante que se trata de apuntes tomados a vuela, pluma, por las mismas discípulas, de las explicaciones de sus profesores. No se ha querido cambiar su carácter, dándoles un tono más dogmático y más perfección en el estilo, porque hemos supuesto que con las nociones cogidas al oído y en este volumen insertas tienen lo suficiente para convertirse en auxiliares inteligentes del médico junto al lecho de los enfermos, y que ese estilo aforístico y sencillo era el más a propósito para que se fueran iniciando en tan abstrusas materias aquellas jóvenes alumnas que no hubieran saludado nunca ni la Anatomía ni la Patología. Obligación del profesor es el ampliar de viva voz toda enseñanza que no esté en el libro más que someramente esbozáda, valiéndose de casos y ejemplos que tengan la virtud de grabar mejor en el cerebro de las discípulas el conocimiento de difícil asimilación. En lo que a nosotros respecta, así lo procuramos hacer, teniendo como lema de nuestras explicaciones el Miscuit utile dulci, lectorem delectando, etc., que tantos siglos ha formulara en inmortal epístola el preceptor, de los hijos de Pisón.

Aunque breve y compendiado, pues, contiene este tomito todo lo que una inteligente enfermera deberá llevar de bagaje científico para poder ser colaboradora valiosísima del médico en la abnegada asistencia de los enfermos que de ellas reciben inefables consuelos de orden físico y moral, al ejercitar esa sublime faena, tan cristiana y hasta patriótica, que forma la noble misión, la pesada carga que, por amor a Dios y al prójimo, echan sobre sus hombros cuando pronuncian los votos que las separan del mundo, sin apartarlas de sus semejantes, y consagran su heroico sacrificio.
Dr. Nlcasio Mariscal. Madrid, 10 de febrero de 1920

RECONOCIMIENTO DE LA ENFERMERÍA GUIPUZCOANA A LAS SIERVAS DE MARÍA, MINISTRAS DE LOS ENFERMOS 2010

EL COLEGIO DE ENFERMERÍA DE GIPUZKOA PREMIA A LAS SIERVAS DE MARÍA

PREMIO A LA TRAYECTORIA PROFESIONAL 2010

El mismo se ha concedido a las Siervas de María, Ministras de los enfermos, en reconocimiento a la larga trayectoria profesional de las monjas enfermeras en su mayoría que llevan mas de 150 años cuidando a los enfermos tanto en sus domicilio, como en clínicas, sanatorios etc., realizando dicho trabajo de manera altruista, atendiendo a los más necesitados.

Como religiosas que son, han declinado acudir a esta cena, por lo que ayer, se les entrego en un sencillo, pero emotivo acto, de cuyo testimonio queremos haceros participes.

Al no poder ir a la cena en el Hotel de Londres e Inglaterra donde se celebraba dicho acto, la hoy ya ex -presidenta del Colegio de Enfermería de Gipuzkoa, Doña María Jesús Zapiraín Mancisidor fue al Convento de las religiosas y en un acto íntimo estando todas ellas presentes les entregó el premio en manos de su Madre Superiora, diciéndoles:

SIERVAS DE MARIA, MINISTRAS DE LOS ENFERMOS

Estimada Madre Superiora:
La Junta de Gobierno del COEGI ha estimado sustituir este año el Premio Algodón que ha venido otorgando durante los últimos 12 años, por los PREMIOS COEGI 2010.

El objetivo de esta nueva convocatoria, es tratar que pueda llegar más directamente a los profesionales de Gipuzkoa, y se han convocado 2 modalidades:
PREMIO A LA TRAYECTORIA PROFESIONAL Y PREMIO A LA DIFUSIÓN Y COMUNICACIÓN ENFERMERA.:

Es una gran satisfacción comunicarle que la Junta de Gobierno de este Colegio de Enfermería de Gipuzkoa, en su reunión de 09 de Diciembre y  tras la valoración de las propuestas recibidas , ha acordado conceder a la Congregación de Siervas de María en Gipuzkoa el “PREMIO A LA TRAYECTORIA PROFESIONAL” en reconocimiento a la encomiable labor en el cuidado de los enfermos de menos recursos, tanto a nivel domiciliario, como en el botiquín del propio convento y sobre todo con ese carisma de gratuidad que caracteriza a esta Congregación.

FOTO 010 Entrega del Premio a la Trayectoria Profesional 2010

La entrega del premio tendrá lugar el próximo día 17 de diciembre en el marco de la cena-encuentro de la enfermería guipuzcoana, que tendrá lugar en el Hotel de Londres e Inglaterra de San Sebastián a las 20:45 horas.  Sabiendo que en el caso de ustedes no pueden asistir a la cena, pasaremos el próximo jueves por la mañana por el Convento, a hacerles entrega del premio y a grabar un pequeño video recordatorio.

En la confianza que será del agrado de su Congregación este pequeño reconocimiento de las enfermeras guipuzcoanas, reciba un cordial saludo (11).

En Donostia-San Sebastián a 10 de Diciembre de 2.010

Fdo. Mª Jesús Zapirain
Presidenta del COEGI

PREMIO A LA DIFUSIÓN Y COMUNICACIÓN ENFERMERA 2010

En el Hotel de Londres e Inglaterra se ha celebrado la XIX Cena de Navidad del Colegio de Enfermería de Gipuzkoa, el viernes día 17 de Diciembre de 2010.
La Presidenta del Colegio de Enfermería de Gipuzkoa Mª Jesús Zapirain Mancisidor, empezó: Como decíamos este premio es nuevo, es el Primer año que se convoca.

Se le ha concedido a Manuel Solórzano Sánchez, conocido de la mayoría de los presentes, por eso casi no haría falta presentarle, pero diré que: éste enfermero trabaja en el Servicio de Traumatología del Hospital Universitario Donostia. Es miembro de Red Iberoamericana de Historia de la Enfermería. Es miembro de Eusko Ikaskuntza. Miembro no numerario de la Real Sociedad Bascongada de los Amigos del País (RSBAP). Insignia de Oro de la Sociedad Española de la Enfermería Oftalmológica, concedida recientemente. Tiene además numerosos premios por su participación, en Certámenes y Congresos de Enfermería. Ha publicado artículos en Revistas de Enfermería y participado en el Libro del Centenario del Colegio.

Pero……….lo que le distingue a Manolo es que es un gran divulgador, a través de correos electrónicos, de todo aquello que pasa por sus manos haciéndolo llegar a muchos compañeros de todo el mundo.

FOTO 011 Entrega del Premio a la Difusión y Comunicación Enfermera 2010

Lleva tiempo así mismo recopilando historias de vida de enfermeros y enfermeras, dando a conocer trayectorias profesionales desconocidas para mucha gente.
En este sentido, al presentarnos su candidatura para el Premio, nos informaban que si en GOOGLE se realiza una búsqueda en la que se indique su nombre y se añada “enfermería”, aparecen 63.800 entradas.

Esta razón entre otras, son las que te hacen merecedor de este premio a la DIFUSIÓN y COMUNICACIÓN (11).

LAS MONJAS TITULADAS DE SAN MARTÍN

Las Siervas de María llevan en San Sebastián 131 años al cuidado de los enfermos
Quién no ha pasado por la calle San Martín, a la altura del hotel Orly, y no se ha fijado en el cartel colocado junto a la iglesia de las Siervas de María donde reza: Ministras de los enfermos. En este viejo edificio levantado con piedras de la cantera de Igueldo residen catorce monjas de la congregación de las Siervas de María.

La falta de vocaciones ha reducido notablemente el número de monjas, ya que hace no muchos años, este convento en pleno centro de San Sebastián, congregaba a 55 religiosas que cada día cumplen su misión de trabajar al servicio de los enfermos.

La hermana María Luisa nos recuerda unos cuantos datos de su presencia en San Sebastián. Fue un 27 de julio de 1880 cuando llegaron a la ciudad las Siervas de María por mediación de una señora que conoció a las Hermanas en Pamplona y quedó encantada de los cuidados prodigados por una Hermana a una amiga suya en esa ciudad.

Esta señora, una dama tolosarra, llamada Epifania Irazusta, compadecida del estado de abandono en que se encontraba una familia suya y conmovida del estado de uno de sus familiares, enfermo, escribió a la Madre Dolores Serrano, Superiora de Pamplona solicitando una fundación en San Sebastián.

Realizados los trámites pertinentes, llegaron las cinco Hermanas fundadoras a San Sebastián acompañadas de Madre Soledad Torres Acosta, fundadora de las Siervas de María, y se hospedaron en una casa de la calle San Jerónimo, donde pagaban dos pesetas diarias de alquiler.

Poco a poco se fueron dando a conocer a los donostiarras quienes de inmediato apreciaron la misión de las Siervas y las apoyaron y las siguen ayudando generosamente hasta el día de hoy.

Unos años después, el 17 de julio de 1885, se trasladaron a otra casa ubicada entre la calle San Martín 44 y Urbieta 7. Abajo en el almacén se estableció la capilla, que con el tiempo -cuentan- llegaría a ser el origen de la capilla del Buen Pastor.

Después de varios cambios de domicilio las Siervas de María deciden buscar una sede de la que fueran las únicas ocupantes. Surgió así la oportunidad de comprar en 1887 los terrenos de la calle San Martín en los que se sitúan desde entonces. Varios particulares donostiarras realizaron aportaciones económicas para cubrir la compra del solar y la construcción del edificio.

Desde su llegada a San Sebastián su misión siempre ha sido la de la atención al enfermo. Todas las Siervas de María han realizado sus correspondientes de Enfermería y todas tienen el título de enfermera o de auxiliar de enfermería. Los donostiarras les llamaban, y les siguen llamando, para acudir a las clínicas, hospitales, centros de salud o domicilios particulares para cuidar durante la noche a las personas enfermas cuyas familias han requerido sus servicios.

Las Siervas crearon la primera escuela de enfermería que se fundó en Madrid y muchas monjas allí recibieron sus conocimientos. Y las que no pasaron por esta escuela lo hicieron en las facultades universitarias de Madrid, Palencia y Salamanca.

Las Siervas de María que residen en el convento de la calle San Martín son solo catorce, siendo varias de ellas de edades avanzadas con 90 años, y solo cinco hermanas, las más jóvenes, la menor con 42 años, se dedican por las noches al cuidado de los enfermos.

Durante muchos años las Siervas de María estuvieron atendiendo por la noche el servicio de atención a los enfermos residentes en el hospital San Juan de Dios, hasta que se cerró. También han ofrecido sus servicios en una residencia de mayores en la calle Iparraguirre en el barrio de Gros.

No hace muchos años era frecuente ver salir del convento en la calle San Martín, a últimas horas de la tarde, a varias decenas de monjas con hábitos blancos camino de los domicilios donde les esperaban los enfermos. Esa imagen ya ha pasado a la historia. La falta de vocaciones y el paso de los años ha motivado que ahora, al atardecer, solo veamos partir del convento de la calle San Martín a cinco hermanas camino del domicilio de los enfermos.

A pesar a estos avatares de la vida, todos los días, por las mañanas y a las tardes, mantienen en la portería de la casa un servicio de atención sanitaria a las personas que se acercan a diario, o bien a tomarse la tensión, a realizarse unas curas o para que les pongan una inyección. La atención, por su puesto, es gratuita.

FOTO 012 La Medicina y la Religión. Artículo publicado en Madrid julio 1915

Su labor a lo largo de los años ayudando a los enfermos ha sido reconocido por el Colegio de Enfermería de Gipuzkoa les ha concedido a las Monjas el premio COEGI a la Trayectoria Profesional. La presidenta del Colegio de Enfermería, María Jesús Zapirain se trasladó hasta el convento a entregar el galardón a las monjas que acto seguido colgaron en una de las paredes de una de las salas de la casa. Y unos años antes, el Ayuntamiento, coincidiendo con el 125 aniversario de la llegada de las Siervas de María a San Sebastián, le concedió la Medalla al Mérito Ciudadano.

MEDALLA AL MÉRITO CIUDADANO 2006

Las Siervas de María Ministras de los Enfermos llevan ejerciendo su labor en la ciudad desde hace 125 años. La Madre Superiora, Ignacia Pérez, agradeció el premio y explicó que su trabajo consiste en «asistir a los enfermos en sus domicilios y en los centros hospitalarios, sin pedir nada a cambio». «El mejor galardón es el aprecio que nos han demostrado todos los donostiarras» (10).

Siervas de María, otros artículos:
Autobiografía de una Enfermera en África. SOR ÁNGELA EGAÑA BALENCIAGA. Enfermera Y Religiosa de las Siervas de María. Ministras de los Enfermos. Publicado el domingo día 15 de enero de 2012

Todo es un Regalo

La Monja Heroína

Cena Anual de las Enfermeras Guipuzcoanas
Diario Vasco, 21 de diciembre de 2010

AGRADECIMIENTOS
Sor Ángela Egaña Balenciaga
Siervas de María. Ministras de los enfermos
Carlos Álvarez Nebreda
Raúl Expósito González
Ana Urmeneta
Juan Ignacio Valle Racero
Aletxu Peña
Diario Vasco
Colegio de Enfermería de Gipuzkoa
Colegio de Enfermería de Madrid

BIBLIOGRAFÍA
1.- Diario de San Sebastián. Segunda Época. Consagrado a los Intereses de la Provincia. San Sebastián. Martes 6 de Julio de 1880

2.- Siervas de María, Ministras de los enfermos. Casas de la Provincia

3.- La llegada de las Siervas de María a Pamplona (1878) y el cuidado de enfermos a domicilio. Ana Urmeneta Marín. Enfermera y Licenciada en Historia. Revista Pulso, Diciembre 2002

4.- Texto sacado del Manual Práctico de Asistencia a Enfermos. Programa de Enfermeras de las Siervas de María, Madrid 1920

5.- Dispensario Médico de Santa Isabel”. Gratuito para los pobres de San Sebastián. Depósito Legal: SS-921/02. Manuel Solórzano Sánchez. Publicado por el Hospital Donostia en Julio de 2002

6.- Hospital Civil de San Antonio Abad” 50 años de la desaparición del Primer Hospital de San Sebastián. Manuel Solórzano Sánchez. Diciembre de 2011

7.- Juan Ignacio Valle Racero. Manual práctico de asistencia a enfermos. Revista Híades número 5, 1998. Alcalá de Guadaira, Sevilla. Páginas (47 – 51)

8.- Archivo Siervas de María de San Sebastián, 1956

9.-. Las Monjas tituladas de San Martín. Las Siervas de María llevan en San Sebastián 131 años al cuidado de los enfermos. Aletxu Peña. Periodista. Artículo del Diario Vasco publicado el 18 de febrero de 2011

10.- Medalla al Mérito Ciudadano 2006. Artículo Diario Vasco.

11.- Ilustre Colegio de Enfermería de Gipuzkoa, 2010.

12.- Carlos Álvarez Nebreda. Colegio de Enfermería de Madrid.

AUTOR:
Manuel Solórzano Sánchez
Enfermero. Hospital Universitario Donostia de San Sebastián. Osakidetza /SVS
Colegiado 1.372. Ilustre Colegio de Enfermería de Gipuzkoa
Miembro de Enfermería Avanza
Miembro de Eusko Ikaskuntza / Sociedad de Estudios Vascos
Miembro de la Red Iberoamericana de Historia de la Enfermería
Miembro de la Red Cubana de Historia de la Enfermería
Miembro Consultivo de la Asociación Histórico Filosófica del Cuidado y la Enfermería en México AHFICEN, A.C.
Miembro no numerario de la Real Sociedad Vascongada de Amigos del País. (RSBAP)

1 comentario:

Ana Urmeneta Marín dijo...

Enhorabuena, Manuel, por este trabajo sobre los cuidados enfermeros de las Siervas de María, vigente en la actualidad.

Publicar un comentario