viernes, 4 de enero de 2019

LA VIDA DE MI BEBÉ PAMPLONA 1961


CARTILLA DEL DOCTOR BÁLSAMO BEBÉ

FOTO 1 Portada de la Cartilla “La Vida de mi bebé”. Pamplona 1961

CARTILLA

Don
Domicilio
Fotografía
Nacido el día
A las    horas
En la Clínica u Hospital
Bautizado en
El
Peso al nacer    kilogramos
Midió    centímetros
Color de los ojos
Color de pelo
Intervinieron:
El Doctor Don
La Matrona Doña
Padrinos
Abuelos

FOTO 2 Portada y contraportada de la Cartilla “La Vida de mi bebé”. Pamplona 1961

SALUDO DEL DOCTORCITO Bálsamo Bebé

Llego a tu casa porque quiero ser tu mejor amigo y no pienso separarme de ti por ahora. Tus padres cuidarán de tu formación espiritual, vigilarán tu crecimiento, atenderán tus necesidades materiales…

Tu mamá te inculcará su propia bondad, su ternura, su delicadeza… “Te tendrá en el regazo”, que es la metáfora empleada por los retóricos para simbolizar el calor de la maternidad.

Tu papá, en cambio, “te llevará de la mano”, te guiará por la vida, orientará tu vocación…

Pero yo también te haré falta. La existencia que ahora empiezas te ofrece muchos bienes; pero también molestias y contrariedades, que serán grandes o pequeñas, según la edad.

Así, por ejemplo, las escoceduras. ¿Qué pueden significar sus leves punzadas en la piel fuerte de un adulto? Sin embargo para ti, los implacables alfilerazos de las escoceduras son el primero y más intenso dolor que el mundo te “regala”.

FOTO 3 La Cartilla “La Vida de mi bebé”. Pamplona 1961, páginas 0 y 1

La luz que hirió tu tierna retina, el aire que ensanchó tus débiles pulmones y los ruidos que atronaron tus frágiles tímpanos, fueron dolores pasajeros. Duraron lo que unas lágrimas y unos vagidos… Pero las escoceduras, que se clavaron en tu carne, en las ingles agrietadas, en las nalgas húmedas, en las axilas irritadas, entre tus diminutos dedos, no se calman sino con mi ayuda.

Yo el Doctorcito, con mi Bálsamo Bebé, antiséptico, cicatrizante, higroscópico y antiflogístico, acudo a remediar este primer dolor físico que a ti, todavía ignorante de los otros dolores, te proporciona angustia y desazón capaz de desatar tus nervios y descomponer tu organismo.

Yo te evitaré, enjugando tus lágrimas, conteniendo tus lamentos y, en consecuencia, proporcionándote reparador descanso, no sólo el dolor cierto de ahora, sino el probable de mañana.

Y at tu lado desde este momento, para todos feliz, voy a escribir tu historia.
El Doctorcito Bebé.

FOTO 4 La Cartilla “La Vida de mi bebé”. Pamplona 1961, páginas 2 y 3

YA HA LLEGADO EL “REY DE LA CASA

Ha recibido de la Matrona su primer baño en agua hervida templada. Le han puesto una gasa convenientemente embadurnada de BÁLSAMO BEBÉ en el ombliguito y le han vestido con las ropitas tan amorosamente preparadas con anticipación. Y está listo para dejarse cuidar.

La gasa del ombligo debe ser cambiada todos los días, no olvidando poner siempre en ella BÁLSAMO BEBÉ. Así “dará” el ombligo limpiamente y sin complicación alguna en sólo unos tres o cuatro días.

Si, al bañarle, la gasa estuviera manchada, cúrele con agua oxigenada. Y si nota que se inflama la herida, no vacile: avise al Médico.

¡Es curioso! En la primera semana de su vida los bebés suelen perder peso en vez de ganarlo. Y hay algo más curioso todavía: que en esos primeros días de su vida su cutis toma un tinte amarillento. No se asuste: desaparecerá poco a poco, sin medicación alguna.

Pasada esa primera semana, empezará a crecer, a engordar y, por ello, le recomendamos que lea los consejos que siguen, basados en una dilatada experiencia, observando el desarrollo de los bebés. Le ayudarán a cuidar al “Rey de la Casa” como él se merece.

IMPORTANCIA DEL MÉDICO Y DE LA MATRONA

FOTO 5 La Cartilla “La Vida de mi bebé”. Pamplona 1961, páginas 4 y 5

Todos los padres experimentados saben la gran importancia que tiene contar en los primeros días del recién nacido con la ayuda de la Matrona; y siempre, desde antes de nacer, con la del Médico.

Regularidad en las visitas del Médico. Importa mucho que los padres encarguen al Médico el examen detenido del recién nacido. Aquel señalará con precisión las normas a seguir. Así el bebé se adaptará bien a su nueva vida y la madre se restablecerá pronto. Habitualmente el mismo Médico que ha vigilado a la madre, y la Matrona que la ha atendido, son quienes dan estos primeros consejos.

Todos los bebés deben ser vistos, regularmente, durante su primer año de vida, por un Médico. Si éste es Puericultor, mejor aún. Ambos conocen bien la evolución normal del ser humano, a medida que va siendo mayor.

Vigila su estado de salud, crecimiento, peso, etc., pero su misión es insustituible para proteger al bebé contra la difteria, la poliomielitis, el sarampión, la bronquitis, la viruela y otras enfermedades comunes a todos los niños. Ello justifica que se haya generalizado tanto esa excelente costumbre que el Médico visite al recién nacido dos veces por mes en su primer medio año. Después, la frecuencia puede reducirse; pero no a menos de una o dos visitas al año.

No olvide esto: nada satisface más a los padres que escuchar del Médico frases parecidas a ésta: “Tiene un desarrollo normal, continúe usted el plan de higiene que le di”. “Llámame en cuanto observe alguna anormalidad en su salud”.

FOTO 6 La Cartilla “La Vida de mi bebé”. Pamplona 1961, páginas 6 y 7

LA VIDA DEL BEBÉ EN EL HOGAR

La vivienda debe estar bien ventilada y limpia. Todos los padres que se lo proponen tienen en el hogar la paz, el orden y el aseo tan importantes para la felicidad de toda la familia.

El cuarto del niño.- Es muy conveniente que el bebé tenga una habitación individual. Debe destinársele la que esté mejor orientada al sol. Las puertas y ventanas que den al exterior deben contar con tela metálica para impedir el paso de moscas y mosquitos. Ambos propagan gérmenes infecciosos que pueden atacar al niño y contaminar sus alimentos.

Importancia de la limpieza.- El cuarto del bebé y sus ropas deben estar limpísimos. También las paredes deben estar limpias y las cortinas deben ser lavables. Es más fácil mantener limpio el piso de una habitación si está cubierto de baldosines, terrazo o linóleum, que si está alfombrado.

FOTO 7 Enfermera en un domicilio, cuidando a un recién nacido mientras la madre se recupera en la cama, Philadelphia 1910.

Calefacción y ventilación.- Todos los recién nacidos son muy sensibles a los cambios de temperatura. Esta debe oscilar entre los 21 y los 24 grados, tanto de día como de noche. Cuando son mayores, la temperatura puede ser de 20 a 21 grados centígrados por el día y de 13 a 16 en la noche. Para vigilar esto conviene fijar el termómetro de pared cerca de la cuna, pero lejos de la calefacción.

El aire debe circular en la habitación. Se consigue teniendo entreabiertos el balcón o la ventana, procurando que la corriente de aire no llegue a la cuna del bebé. Debe evitarse la calefacción por calentadores a gas. Hay peligro de que se produzcan escapes.

Cuando no hay otra solución, procure que los tubos que conducen el gas sean de metal o de plástico fuerte. Los calentadores eléctricos deben mantenerse siempre muy secos y no ser tocados con manos húmedas. Esto es peligroso. La calefacción con estufas de chimenea no es aconsejable. Estas roban oxígeno al aire y proyectan el calor de frente.

Si hace mucho calor debe destinarse al bebé la habitación más fresca, poniéndole solamente ropa ligera: una camisita sin manga y un pañal o, incluso, un pañal solamente.

Los ventiladores eléctricos en la habitación de un niño son convenientes, pero debe cuidarse: 1).- que nunca estén al alcance del niño y 2).- que la corriente sea dirigida al techo.

ATENCIÓN QUE MERECE LA ROPA DEL NIÑO

Toda la ropa para el bebé debe ser elegida para aumentar al máximo su comodidad y NO para satisfacer a la madre respecto a hechuras, coloridos, dibujos, bordados, etc. Todas las prendas deben ser lavables.

Después de los seis meses el bebé necesita que su ropa le facilite su natural deseo de moverse libremente. He aquí el equipo mínimo que hoy se considera conveniente para todo recién nacido durante los primeros meses de su vida:

Pañales                       18                    Baberitos                    6
Camisetas                     3                    Botitas                        6
Camisitas                      3                    Jerseys                        3
Toquillas                       2                    Fajas                           3
Empapaderas                8

FOTO 8 La Cartilla “La Vida de mi bebé”. Pamplona 1961, páginas 8 y 9

Comodidad de los vestidos.- Estos deben poderse poner y quitar sin tirones, brusquedades o vueltas. Los jerseys deben ser abiertos por el pecho o por la espalda. Las bocamangas conviene sean anchas. Evite poner cordones o cintas largas en el cuello del bebé. Pueden apretarle y hasta estrangularle. No utilice más que alfileres imperdibles especiales para niños.

Fajas.- Soló son convenientes para mantener el apósito que envuelve el resto del cordón umbilical. Cuando el ombligo está curado, no son necesarias.

Camisitas.- Deben ser, preferentemente, de tela de hilo o batista de algodón.

Camisetas.-Pueden ser de lana o algodón, de manga larga o corta, según la época. En las de lana conviene tomar precauciones, durante el lavado, para que no encojan.

FOTO 9 La Cartilla “La Vida de mi bebé”. Pamplona 1961, páginas 10 y 11

Pañales.- Deben ser suaves, absorbentes y no muy gruesos. Deben preferirse para ello telas fáciles de lavar y que sequen rápidamente. Deben cambiarse apenas se mojen o se ensucien. Deben lavarse con agua caliente y jabón suave y puro. Evite el uso de jabones fuertes. Y sobre todo de la lejía. Enjuague los pañales varias veces. Deje secarlos al sol y al aire libre.

Antes de cambiar los pañales observe si el niño tiene alguna irritación o escocedura. Tanto para combatirlas, como para evitarlas, conviene usar productos cremosos, como Bálsamo Bebé.

Los polvos sin marca solvente que, sin previa consulta o selección, se adquieran a granel, suelen formar costras y representan un peligro para la higiene del niño. Este riesgo ha impulsado a algunos laboratorios a crear talcos científicos que llenan su cometido clínico con absoluta garantía.

Tal acontece, por ejemplo, con los talcos Johnson & Johnson, mundialmente acreditados.

Braguitas de goma.- No deben ponerse más que cuando se hagan viajes o se salga de paseo para proteger la ropa. Lo más conveniente es poner en la cunita un cuadrado de hule o goma cubierto con una empapadera. Las braguitas de lana son mejores que las de goma. Procure que no aprieten al bebé en la cintura o en los muslos. Las de goma deberán tener agujeritos.

Jerseys.- Procure que sean de lana suave y esponjosa, abrochados por delante o por detrás. Tome precauciones durante su lavado para que no encojan.

FOTO 10 Enfermeras cuidando niños, principios de siglo

Baberitos.- Sencillos. Su objeto principal es impedir que se manche el jersey cuando el niño babea. Deben cambiarse tan pronto se advierta que están húmedos.

Botitas.- Deben ser, también según la época, de lana o perlé y amplias para que no opriman. No le ponga zapatitos. Cuando haga frío, o esté al aire libre, conviene abrigar sus piernas y pies con pantalones parecidos a los de dormir, llamados “ositos o peleles”, porque cubren los pies.

Abrigos.- Conviene tenerlos a mano donde hay climas muy variables, para salir fuera de casa. Cuando el nene es muy pequeño, conviene usar mantitas cuadradas contra el frío exterior. Cuando hace mucho frío, lo mejor es un abrigo de lana.

Importante.- Tenga en cuenta que durante la primera parte de los seis primeros meses de su vida, el niño crece muy rápidamente. Por ello la ropa se le queda enseguida pequeña. Recuérdelo cuando le haga ropas y vestidos. Además, siendo amplios, el niño tiene más libertad de movimientos.

DESARROLLO DE “SU MAJESTAD” EL BEBÉ

Peso.- Los niños aumentan de peso rápidamente en el primer año. Más que en cualquier otra época de su vida. Sin embargo, en los primeros días que siguen al nacimiento, disminuyen de peso. Precisan pocos días para acostumbrarse a vivir fuera del cuerpo de su madre.

Como en ellos toman poca leche, “los calostros”, el peso disminuye algo. Pasada esta primera fase, el bebé normal aumenta de peso rápidamente durante la infancia. Ese aumento debe ser sistemático. Si su bebé no aumenta, debe llamar al Médico. Anote regularmente el peso de su bebé. Es una información muy útil para el Médico.

FOTO 11 La Cartilla “La Vida de mi bebé”. Pamplona 1961, páginas 12 y 13

La dentadura.- La dentición le puede producir molestias, como la diarrea nerviosa, pero nada más. Eso de la “Enfermedad de la baba” no existe. Lo que el bebé echa es, sencillamente, la saliva que aún no sabe tragar. Si le observa algún otro trastorno, llévelo al Médico. Es casi seguro que NO será de los dientes.

A los 6 u 8 meses empezarán a salirle los dos dientecitos de abajo y algo después los dos de arriba. Casi al año, los otros dientes. A los 18 meses, los cuatro colmillos y, cuando llegue a los dos años, tendrá cuatro muelas… y mucho apetito. Si no aparecen las muelas, el Médico le dirá lo que debe hacer; pero no le dé usted, por iniciativa, ningún “remedio”.

No le limpie la boca hasta que tenga 30 meses. Entonces con un cepillito suave y Crema Dental Listerine, acostúmbrele a limpiarse los dientes después de las comidas.

Muy importante: Llévele al dentista, por lo menos, una vez al año para que vigile su dentadura. Es importantísima para su salud.

Para facilitar el desarrollo general de los niños como el de su dentadura, conviene que reciban la Vitamina D en su alimentación. El Aceite de Hígado de Bacalao de buena calidad es rico en Vitamina D. En los últimos años han surgido numerosos preparados especiales. El Médico debe decidir lo que el niño debe tomar y la cantidad que debe dársele.

FOTO 12 La Cartilla “La Vida de mi bebé”. Pamplona 1961, páginas 14 y 15

La Vista.- Los recién nacidos no perciben más que la claridad o la oscuridad. Algunas células especiales para la visión no están aún bien desarrolladas en sus ojos.

Esto va teniendo lugar durante las primeras semanas de su vida. Entonces perciben si se abre una ventana y, si se les coloca frente a la luz del sol, cierran los ojos. Hasta tres o cuatro meses después de nacer, sus ojos no están completamente aptos para la visión. A partir de entonces empiezan a distinguir bien formas y colores.

Unas veces durante el primer mes, y otras durante el segundo, suelen fijar los ojos en el rostro de su madre. Siguen la luz con la vista y, poco a poco, van dando muestras de reconocer objetos familiares, abren la boca cuando se les ofrece su comida y cesan de llorar cuando la madre se inclina sobre ellos antes de tomarlos en brazos.

El oído.- Está bien desarrollado desde la infancia. Después de la primera semana los bebés aprenden a distinguir el sonido. A la mayoría les gusta que les canten. A medida que crecen, tratan de reproducir los sonidos que oyen y, de ese modo, van aprendiendo a hablar.

FOTO 13 Personal sanitario “nidos” Residencia Sanitaria Nuestra Señora de Aranzazu, San Sebastián 1965

HIGIENE DEL “REY DE LA CASA”

El baño.- Conviene hacerlo a la misma hora y siempre antes de las comidas. Nunca después. Debe usarse un jabón de tocador suave y de calidad. También debe friccionarse el cuero cabelludo empleando un champú de absoluta confianza. La marca Johnson & Johnson tiene un jabón y un champú especiales para niños. Son recomendables. El primero no irrita el cutis y el segundo no irrita los ojos.

¿Cómo se debe bañar al bebé?.- Póngase el bañito cerca de donde está el bebé. Si es posible, conviene colocar el bañito dentro del baño grande. Así es más fácil llenarlo y vaciarlo. En los primeros días la temperatura debe aproximarse a los 37 grados centígrados, pero sin excederlos. Después, cuando ha transcurrido un mes o dos, puede disminuir un grado o dos, especialmente si hace calor o la piel se pone rojiza.

Lávele primero la cara con agua limpia usando un paño suave. Jabónele bien el cuero cabelludo evitando que entre el jabón en los ojos. Siga jabonándole bien el resto del cuerpo. Séquele con suavidad la cara y la cabeza con una toallita fina, como hemos dicho. No tema enjabonarle bien la cabeza. Haciéndolo evitará las erupciones y las costras de leche. Si éstas se formaran, aplíquele por la noche Bálsamo Bebé. También debe usarlo, después de cada limpieza, antes de cambiarle el pañal.

En la mayoría de los casos los niños reciben el baño con gran agrado. Cuando tienen algunos meses conviene darles juguetes que floten en el agua. Esto les distrae mucho.

FOTO 14 La Cartilla “La Vida de mi bebé”. Pamplona 1961, páginas 16 y 17

LIMPIEZA ESPECIAL DE LAS PRINCIPALES PARTES DE SU CUERPECITO

Ojos.- Basta pasar por ellos un paño húmedo de hilo suave después que se le ha lavado la cara.

Orejas.- Deben jabonarse al lavarle la cara. El interior debe limpiarse solamente con un pañito suave.

Nariz.- Generalmente basta pasar por ella el mismo pañito suave con que se le lava la cara. Cuando quede algo de mucosidad debe limpiarse con una bolita de algodón mojado en agua o en aceite mineral y enrollada sobre un palito de punta roma.

Ombligo.- Basta lavarlo con agua, jabón y un pañito suave, pero con firmeza. Después de lavarlo bien, si viese que está un poco enrojecido o irritado, aplíquele Bálsamo Bebé. Es muy eficaz.

FOTO 15 La Cartilla “La Vida de mi bebé”. Pamplona 1961, páginas 18 y 19

VIDA AL SOL Y AL AIRE LIBRE

Cuando hace buen tiempo, el bebé, por muy pequeñín que sea, debe pasar en el exterior la mayor parte posible de tiempo. Por el contrario, ni el frío intenso, ni la humedad, son saludables para el bebé. Aunque la temperatura sea baja, si hace sol y aquélla no descienda de 18 grados centígrados, conviene que el bebé pueda pasar algún tiempo al aire libre, en un lugar resguardado del viento. Conviene que el niño esté bien abrigado, especialmente sus manos, pies y oídos. Nunca debe cubrirse la cara del niño.

Efectos del sol.- La luz solar contiene, entre otros, los llamados rayos ultravioleta. Estos tienen la propiedad de fomentar en la piel la Vitamina D que contribuye a fortalecer sus huesos, músculos y dientes. Conviene que los rayos de sol lleguen directamente al niño porque el cristal detiene los ultravioleta. Tampoco éstos traspasan la ropa, a menos que el tejido sea poco tupido.

Baños de sol.- Deben tomarse cuando la temperatura exterior le permita disfrutar de ellos sin ropa alguna. Debe empezarse exponiendo al sol sólo una pequeña parte del cuerpo, preferentemente los piececitos y por pocos minutos. La duración de los baños de sol debe ir aumentando cuidadosamente, así como la parte del cuerpo que se expone.

Cuando el bebé vaya creciendo conviene que juegue al sol. En verano con muy poca ropa y en invierno bien abrigado. El humo que suele flotar en las grandes ciudades reduce los beneficiosos efectos de los rayos ultravioleta del sol. Por eso también a los bebés les conviene el sol y el aire del campo.

FOTO 16 La Cartilla “La Vida de mi bebé”. Pamplona 1961, páginas 20 y 21

JUEGOS Y EJERCICIOS INFANTILES

Todos los bebés que están sanos se mueven constantemente cuando están despiertos y un poco mientras duermen. Por eso conviene que las ropas no entorpezcan sus movimientos. Cuando la temperatura lo permite, conviene que los bebés hagan ejercicio, sin ropa alguna, antes de ser bañados y antes de acostarse, poniéndolos sobre alguna alfombra o manta extendida en el suelo y, mejor aún, en un “corralito de madera”. Nunca debe dejarse a un bebé solo sobre una cama u otro sitio desde donde pueda caerse.

El “corralito de madera” es ideal para que el bebé juegue solo y la madre pueda atender sus ocupaciones. Conviene atar uno o dos juguetes a la baranda del “corralito de madera”, dejando otros en el suelo. Esto le sirve de estímulo al bebé al querer jugar con unos y con otros para levantarse y sentarse con frecuencia.

Todos los juguetes de los bebés deben de ser lavables, no tener puntas ni esquinas afiladas y ser de un tamaño que evite el que puedan ser tragados. Los juguetes de goma o de plástico son los más convenientes. Evítese el uso de sonajeros. Pueden romperse y el niño tragarse algunas de las bolitas que producen el ruido.

Como el niño juega solamente con unos pocos juguetes, conviene guardar los demás. Los mecánicos no son convenientes para bebés pequeños. Deben preferirse éstos: figuras de goma o de plástico, cubos, cajas de tapa que ellos puedan sacar y poner, pelotas más bien grandes y carritos para arrastrar por el suelo.

FOTO 17 Enfermeras y matronas con niños en una maternidad inglesa. El final de la Segunda Guerra Mundial trajo un “baby boom” en 1946 que llenó las maternidades de la época de niños

HÁBITOS ALIMENTICIOS

Los niños aguardan la hora del alimento, no sólo para satisfacer el apetito, sino para estar cerca de la madre. Les agrada que eles tomen en brazos y les estrechen contra su pecho.

Todos los seres humanos, incluso los bebés, sienten hambre a intervalos regulares. Procure alimentar a su bebé a horas determinadas dejando tiempo bastante para la digestión. Así sentirá hambre sólo a esas horas evitando lloros inútiles y disfrutando mejor del acto alimenticio.

Lactancia.- Conviene que sea la madre quien crie al niño, al menos durante los primeros seis meses. Nada ni nadie le dará un alimento tan sano y que le proporcione tantas fuerzas y defensas vitales. Además, en estos momentos en que comienza a preocupar la posible contaminación de la leche de vacas por las explosiones nucleares, la leche materna ofrece una garantía cierta. Ahora bien, si el Médico dice que usted no debe criar a su hijo, tendrá que resignarse.

Si usted le da de mamar, las primeras veces puede alimentarle sentada en la cama, aunque un poco inclinada. Cuando ya se levante usted, lo mejor para los dos es que se siente en una silla baja, con los pies apoyados en un taburete, y le tenga en su regazo, con la cabeza más alta que los pies.

No olvide que, antes y después de darle pecho, y por lo menos durante los primeros días, ha de lavarse bien el pezón con agua hervida. También es conveniente aplicarle la pomada que el Médico le recomiende.

FOTO 18 Nodrizas de San Sebastián, principios de siglo

Si se ve obligada a ponerle nodriza… prefiera una que tenga de 20 a 30 años. No hace falta que tenga una apariencia muy robusta; pero sí importa mucho que el Médico la reconozca antes. Puede tener alguna enfermedad contagiosa.

Si no tiene más remedio que criarle con biberón… tendrá usted que andar con más cuidado.

El Médico le dirá la leche que le conviene, cómo debe modificarla, etc. Es muy recomendable que compre un biberón fácil de limpiar. Debe darle la leche templadita y el niño debe tragarla despacio, haciendo alguna parada y procurando que no ingiera aire.

Si tiene que darle pecho y biberón, conviene que, en cada “comida” le dé primero el pecho, que a él le cuesta más trabajo tomar, y después el biberón, que es más fácil para él. En cualquier caso, conviene pesarle de vez en cuando, antes y después de mamar. Así usted y el Médico podrán enjuiciar el alimento que recibe en cada comida.

FOTO 19 La Cartilla “La Vida de mi bebé”. Pamplona 1961, páginas 22 y 23

IMPORTANCIA DEL PESO DEL BEBÉ

Debe vigilarse con regularidad. Así sabrá si le alimenta bastante. En los primeros meses debe anotar el peso cada ocho días. Después cada 15.

Compare su peso, a medida que vaya evolucionando la edad, con las cifras de la tabla que reproducimos a continuación:

FOTO 20 La Cartilla “La Vida de mi bebé”. Pamplona 1961, páginas 24 y 25

TRASCENDENCIA DEL SUEÑO DEL BEBÉ

Todos los niños son muy dormilones. Les conviene. Así, lo mejor es que le deje dormir en su cunita lo más posible. Procure que no duerma con usted. Le destapará y hasta puede aplastarle sin darse cuenta. Además, es antihigiénico.

No balancee a su bebé ni en los brazos ni en la cuna. El movimiento trastorna su digestión y le excita. Prefiera el colchón más bien duro y que no sea de lana, sino de crin vegetal, virutas de corcho, espuma de goma, etc.

Ponga sobre el colchón un trozo de goma, de hule o de tela impermeable, después una toalla o tela absorbente y encima la sábana, preferentemente de tela fina o de algodón.

La almohada conviene que sea más bien baja. Las sábanas, las mantas y el colchón deben ser lavables. Las pieles no son convenientes. Acuéstele siempre de lado, preferentemente del derecho. Estará más cómodo y no habrá peligro de que se atragante al toser.

No le mueva ni le cante para que se duerma. El silencio y la quietud bastan para que el sueño le llegue. Los niños, como el resto de los seres humanos, sienten el deseo de dormir después de cada alimentación. Deben alimentarse y dormir a intervalos regulares, a los que se acostumbran fácilmente.

El sueño es para ellos tan vital como los alimentos. Así, la madre debe esforzarse en no despertar a su bebé para cosas triviales, como mostrarlo a las amigas. Tampoco debe interrumpir su sueño, a menos que sea excesivamente dilatado, para sacarle de paseo. Cuando se le interrumpe el sueño y se pretende después que duerman de nuevo, los bebés no quieren hacerlo.

¿Cuánto debe dormir un bebé?.-Es difícil contestar a esta pregunta: unos bebés necesitan más sueño que otros, lo mismo que unos bebés necesitan mayor cantidad de alimento que otros.

La mayoría de los recién nacidos duermen de 20 a 22 horas al día; cuando cumplen un mes, entre 18 y 20 horas; cuando tienen seis meses, entre 15 y 17 horas, repartidas así: 12 horas por la noche, con una sola interrupción para alimentarse, dos o tres horas en la mañana y una o dos en la tarde.

FOTO 21 La Cartilla “La Vida de mi bebé”. Pamplona 1961, páginas 26 y 27

Condiciones para el sueño.- Como en el caso de las personas mayores, para ayudar a dormir a los bebés conviene: que el cuarto esté muy aireado, que la luz no les dé en los ojos; tranquilidad, aseo, ropa cómoda, una buena cama y buenas mantas.

A ser posible, el bebé deberá tener su propia habitación donde su sueño no sea interrumpido y donde la luz, el calor y la ventilación sean apropiados. Si después de los seis meses de edad no puede tener su propia habitación, es preferible que duerma en la de sus hermanitos. No en la de sus padres.

FOTO 22 La Cartilla “La Vida de mi bebé”. Pamplona 1961, páginas 28 y 29

HORARIO EN LA VIDA DE UN BEBÉ ENTRE 2 Y 6 MESES

A título de sugerencias solamente, transcribimos a continuación un plan elaborado con las últimas prácticas conocidas:

7 de la mañana. Alimento: pecho o biberón. Dormir.

10 de la mañana: aceite de hígado de bacalao u otra fuente de vitamina D, y jugo de naranja.
Baño: desvestir al bebé con tiempo suficiente para hacer ejercicio y juguetear desnudo antes del baño. Proteger sus nalguitas con Bálsamo Bebé, después de bañarle.

11 de la mañana: Alimento: pecho o biberón. Ponerle a dormir afuera, si el tiempo es bueno.
Darle un poco de agua después de dormir y colocarle donde pueda jugar con seguridad.
Baño de sol, si el tiempo lo permite. Cuando hace mucho calor, el baño de sol debe darse de mañana, antes del baño o después de la siesta de la tarde.

3 de la tarde: Alimento: pecho o biberón, aceite de hígado de bacalao u otra fuente de vitamina D, y jugo de naranja. Siesta afuera, si el tiempo es bueno.

Colocar al bebé para que pueda juguetear sin riesgos. Ofrecerle agua alguna vez durante la tarde.

7 de la tarde: Alimento: pecho o biberón. Cama, sin luz, ventanas arregladas para la noche, puertas cerradas.

11 de la noche: Alimento: pecho o biberón. (No despertar al bebé. Esta comida puede ser suprimida).

Al principio del segundo o tercer mes, muchos bebés permanecen despiertos por algún tiempo durante la tarde. Los niños mayores van destinando tiempo a jugar.

Es prudente dejar solo al bebé durante este rato, para que se acostumbre a estar sin compañía.

FOTO 23 La Cartilla “La Vida de mi bebé”. Pamplona 1961, páginas 30 y 31

CONSEJOS GENERALES MUY IMPORTANTES

1º.- Consulte a su Médico sobre la vacunación del niño a distintas edades. Sólo a título de orientación general sugerimos este plan:

FOTO 24 Consejos generales muy importantes. La Cartilla “La Vida de mi bebé”. Pamplona 1961, páginas 30 y 31

2º.- Tanto si se le da el pecho (lo que siempre es de desear) como si le da la alimentación mixta o preparada, mantenga una regularidad en los horarios.

3º.- Investigue las causas del llanto del niño si, cuando llora, no es hora de alimentarle. Elimine aquello que pueda molestarle.

Vea si tiene alguna escocedura o rozadura y en ese caso, póngale un poco de Bálsamo Bebé. Pero no lo saque de la cuna sólo para evitarse ambos el mal rato.

4º.- La educación del niño comienza el mismo día de su nacimiento. Él es, en seguida, más “granuja” de lo que usted cree. Si cada vez que llora, le coge en brazos o le da de comer… ¡prepárese!

Acostúmbrele bien desde el primer día. Los dos saldrán ganando. Sea inflexible, empezando a formarle adecuadamente para su lucha en la vida.

5º.- No deje cerca de él nada que pueda dañarle. Todos los bebés se llevan a la boca lo que pillan. Y, cuando empiezan a andar, el peligro aumenta porque tienen a su alcance más cosas que pueden perjudicarles.

Si, a pesar de estos cuidados, se hace alguna rozadura o rasguño, eche mano del Bálsamo Bebé. Se cicatrizará en seguida.

6º.- Los niños distraen a los padres, los unen y les ayudan a conservarse jóvenes, animosos y alegres. Juegue con sus hijos, pero no les fuerce a hacer más de lo que ellos puedan.

Procure que crezcan en un ambiente tranquilo y feliz y que adquieran hábitos buenos y regulares. No olvide que el cuidado del niño es un arte que unas veces será un placer y otras no tanto; pero siempre un deber y obligación ineludibles.

FOTO 25 La Cartilla “La Vida de mi bebé”. Pamplona 1961, páginas 32 y 33

El uso de Bálsamo Bebé facilita los cuidados del niño, le ahorra molestias y llantos, le protege, contribuye a su bienestar y alegría y, por ello, aumenta la felicidad del hogar.

Bibliografía
Cartilla “La Vida de mi Bebé”, obsequio que entregaban las Cajas de Ahorros de Navarra garantizada por la Excelentísima Diputación Foral de Navarra y las Farmacias

Autor de la Cartilla: Enrique Cuchy Badiola. Imprenta Cuchy, San Sebastián. Depósito Legal SS-930-60. C. S. Número 1.004. San Sebastián, Guipúzcoa.

FOTO 26 Revista Senda, número 268 de 1966. Publicidad del Bálsamo Bebé

Agradecimientos
José Mari Fontaneda Estivariz
Enrique Cuchy Badiola y Familia

AUTOR:
Manuel Solórzano Sánchez
Graduado en Enfermería. Servicio de Traumatología. Hospital Universitario Donostia de San Sebastián. OSI- Donostialdea. Osakidetza- Servicio Vasco de Salud
Insignia de Oro de la Sociedad Española de Enfermería Oftalmológica 2010. SEEOF
Miembro de Enfermería Avanza
Miembro de Eusko Ikaskuntza / Sociedad de Estudios Vascos
Miembro de la Red Iberoamericana de Historia de la Enfermería
Miembro de la Red Cubana de Historia de la Enfermería
Miembro Consultivo de la Asociación Histórico Filosófica del Cuidado y la Enfermería en México AHFICEN, A.C.
Miembro no numerario de la Real Sociedad Bascongada de Amigos del País. (RSBAP)

No hay comentarios:

Publicar un comentario