jueves, 28 de julio de 2011

HISTORIA DEL HOSPITAL – HOSPICIO MUNICIPAL DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, DE LA ANTEIGLESIA DE GETXO






Autores: María Luz Fika Hernando; Juan Manuel Martín Ferrer; Blanca Fernández Vallhonrat; José Bravo Martínez; Manuela Cristina Chas Barbeito y Eduardo Nuñez González.
Centro de Trabajo: Universidad de Las Palmas de Gran Canaria. Departamento de Enfermería. Estudios de Enfermería Lanzarote. Plaza de la Constitución, nº 9. 35530 Villa de Teguise. Lanzarote.
Dirección de contacto: María Luz Fika Hernando.
Tlf.: 928 59 30 10. Fax: 928 59 30 08. E-mail: mfica@denf.ulpgc.es
FOTO 001 Escudo de Getxo

Resumen
El presente trabajo expone la Historia del Hospital – Hospicio del Sagrado Corazón de Jesús, de la Anteiglesia de Getxo en el período comprendido entre mediados del siglo XIX y principios del XX.

Un hecho determinante a la hora de justificar su elección viene, no solamente, por la disponibilidad de documentación, sino también, y con ánimo de dar una perspectiva a nuestro trabajo, de presentar la diferencia existente entre el usuario actual y de la época que nos ocupa, con el objetivo de conocer y plantear los problemas de su construcción y funcionamiento, así como conocer su evolución y los profesionales que prestaron sus servicios en la mencionada institución. La metodología utilizada se basa en la recopilación y análisis de diversas fuentes informativas procedentes del Excelentísimo Ayuntamiento de Getxo, del Archivo de la Residencia M. del Sagrado Corazón de Jesús y de la biblioteca de la Diputación, así como de la lectura de diversos artículos en prensa de la época y la consulta de la bibliografía existente.
Palabras clave: Hijas de la Caridad, Hospital-Hospicio, Asilo, Residencia.

Objetivos
Conocer el origen y desarrollo del Hospital-Hospicio del Sagrado Corazón de Jesús en la Anteiglesia de Getxo.

Metodología
El presente trabajo es un estudio descriptivo retrospectivo del origen y desarrollo del Hospital-Hospicio del Sagrado Corazón de Jesús en la Anteiglesia de Getxo. Para su elaboración ha sido necesaria la consulta de diversas fuentes informativas, principalmente las custodiadas en el Archivo del Ayuntamiento de Getxo, como los Libros de Actas, Libros de plenos, Registro de la Propiedad y diversos expedientes. Igualmente, ha sido de gran utilidad la documentación del Archivo de la Residencia M. del Sagrado Corazón de Jesús, de la biblioteca de la Diputación y las consultas en la prensa de la época.

Antecedentes históricos
De la historia medieval de Getxo poco se sabe. La anteiglesia de Getxo se fundó sobre el solar de este apellido, como lo indica Lope García de Salazar (1399-1476) en sus Bienandanzas e Fortunas, que es quien nos ha proporcionado las únicas informaciones que poseemos sobre el origen de este linaje.

La ciudad de los siglos XIX y XX experimenta sustanciales transformaciones, expresión de las nuevas relaciones económicas y sociales derivadas de la industrialización y la formación de la sociedad capitalista. De entre ellas destaca la progresiva complejización de sus funciones y estructuras, y la aparición de nuevos agentes urbanos, principalmente la burguesía, con una renovada visión del medio y la pretensión de adecuarlo a sus intereses.

En el año de 1870, Francisca de Abaroa y Sarría, legó por testamento la cantidad de 12.500 pesetas con el fin de que se construyera un hospital para la acogida en él de los pobres de la parroquia de San Nicolás de Algorta, dejando como heredera universal a su hermana María Rosa de Abaroa y Sarría.

Los testamentarios se encontraron con la dificultad de tener que comprar un terreno para construir el hospital, con lo que el legado quedaba tan mermado que no era posible, con el resto, llevar a cabo el deseo de la testadora y habiendo hecho presente esta situación a María Rosa, ésta cedió gratuitamente un terreno que había comprado, en diciembre de 1872, por la cantidad de mil pesetas, a Luciano de Alday, con una extensión de 14.118,49 pies cuadrados, es decir, 1.096,11 metros cuadrados, inscrita en los folios 199 y 200 del Tomo 82, Libro 7 del Ayuntamiento de Getxo, facultando a Luciano Alday y Mariano Arana para edificar en él el hospital, destinando el terreno sobrante para el servicio del mismo, sin que en ningún tiempo pudiese ser vendido o destinado a otro servicio. De la misma manera se especificaba que si en algún tiempo se dividía la Anteiglesia de Getxo en distintos pueblos o ayuntamientos, dicho terreno debía pertenecer exclusivamente al Ayuntamiento que había de comprender la feligresía de Algorta, sin que otros municipios tuviesen ningún derecho, por ser así su voluntad como lo fue la de su hermana en cuanto al hospital.

El edificio hospital comenzó a levantarse en vida de María Rosa con 69 pies de largo y 41 de ancho, constando de sótano, habitación y desván, con una altura de 25 pies, lindando por todos los lados con terreno sobrante del solar indicado y empleando en su edificación las 12.500 pesetas legadas por Francisca.

A la muerte de María Rosa fue inscrita la finca a nombre de su hijo y heredero Pedro Amézaga y Abaroa, con el número 152 duplicado, inscripción 6ª, Tomo 82, Libro 7 de Getxo, Folio 200. Por su parte, los señores Alday y Arana después de aceptar la cesión anterior dan por fundada la Institución Benéfica con las condiciones impuestas por las donantes para el caso de segregación o división del término municipal, aceptándose por José Ramón de Arecheta la escritura fundacional.

El 17 de julio de 1884, el Ayuntamiento, ante la epidemia de cólera existente en Francia, acuerda preguntar a los albaceas testamentarios de Francisca de Abaroa si pueden disponer libremente del edificio “Hospital” como mejor convenga al vecindario y habiendo éstos contestado negativamente, se promueven hondas discusiones en el seno de la corporación en las sesiones del 24 y 30 de julio siguientes, llegándose a proponer se rescinda la escritura fundacional por parte del Ayuntamiento, que es aprobada en la primera de dichas sesiones, rectificándose en la siguiente en el sentido de pedir informe a dos letrados acerca de la conveniencia o no de aceptar este acuerdo.
No se ha podido encontrar el informe de los letrados ni la resolución que pudo adoptar el Ayuntamiento, pero no cabe duda alguna de que estaba dispuesto a prescindir del legado, pues en 1886 encargó al arquitecto Casto de Zabala un proyecto de edificio destinado a hospital, cuyo proyecto no se tuvo en cuenta más adelante. El señor Zabala presentó una cuenta de 3.878,97 pesetas por gastos de confección.

Historia del hospital
El 15 de noviembre de 1888 el Ayuntamiento se dirigió a Luciano de Alday planteándole la venta, por parte del Ayuntamiento, del edificio hospital, para que con el importe, legado que a este fin dejó Salomé Bareño y otras cantidades, se pudiera construir un hospital-asilo. El 19 de noviembre de 1888 Luciano de Alday manifiesta su conformidad a la propuesta municipal.

Por su parte, los herederos de Salomé Bareño en carta dirigida con fecha 22 del mismo mes y año, al Ayuntamiento, hacen constar que la citada señora, había dispuesto, que el producto de la venta de la casa Muxique-Osteicoa, así como también el de la casa Manuelena, ya vendida a D. José Ramón Díliz y Arana, se destinara a la construcción de un hospital-hospicio para pobres, en el barrio de Algorta. El 8 de enero de 1890, reunidos el Ayuntamiento y la Junta de Sanidad a fin de fijar el emplazamiento del proyectado hospital, unánimemente decidieron, después de vistos varios solares, que los más adecuados eran dos heredades de pan sembrar, que se hallaban en el punto llamado “Bastin-Chuena”, al norte de la población, perteneciente la una a los herederos de la finada Salomé Bareño y la otra a Basilia de Aresti, viuda. Y hallándose presente en este acto, Manuel del Valle, esposo de Josefa Leona Zalduondo, heredera única de su finada madre Salomé Bareño, dijo: “que deseando cumplir los deseos manifestados por ésta y con ausencia y consentimiento de su esposo, hacía espontáneamente cesión y donación gratuita al Ayuntamiento, de la heredad designada de su pertenencia, para el objeto indicado exclusivamente”.

El 20 de junio de 1890 se comisiona al arquitecto Eladio Iturria para que formule planos y condiciones, quien lo hace el 15 de julio de siguiente. Los herederos de Salomé comunican al Ayuntamiento, a petición de éste, que la cantidad que tienen en su poder para la construcción del hospital, procedente del legado antedicho, asciende a 15.006,56 pesetas, más la heredad ya indicada y cedida valorada en 2.500 pesetas. Se conviene en 4.750 pesetas el precio de la otra heredad perteneciente a Basilia Aresti. El hospital se valora, por el arquitecto, en 4.000 pesetas la edificación y 14.118,49 pesetas el solar. Se anuncia al público el proyecto y no se presenta reclamación alguna. El presupuesto total asciende a la cantidad de 102.836,63 pesetas. La Diputación, el 31 de enero de 1891, concede una subvención de 13.942,31 pesetas. En sesión de 24 de marzo de 1891 se hace constar que en vista de que el proyecto de ferrocarril atraviesa por medio de las heredades destinadas al hospital, quedan suspendidas todas las actuaciones.

Al desistir el Ayuntamiento del proyecto formado para parcelar el terreno por el proyectado ferrocarril, dejándolo inservible para el objeto propuesto, no cejó por eso en cuanto a la idea primordial y una vez resarcido el municipio por el ferrocarril de la cantidad satisfecha por el terreno de “Bastichuena”, de Basilia Aresti (4.750 pesetas), el alcalde Santiago Díliz, realizó las pertinentes gestiones para la adquisición de otro terreno que reuniese las condiciones para el objeto que se perseguía, fijándose en una heredad perteneciente a la casa “Alango”. Los propietarios de este terreno pidieron mil pesetas por peonada de tres mil quinientos veintiocho pies cuadrados y pusieron como condición que habían de ser por lo menos quince, las peonadas de esta clase, que adquiriese el Ayuntamiento.

En sesión de 9 de noviembre de 1983 el Ayuntamiento aprobó las gestiones realizadas por el señor Alcalde, así como el precio fijado por los propietarios del solar. El 23 de diciembre de 1893 el Ayuntamiento, representado por Santiago Díliz como alcalde y Sabino Laca como síndico y de otra parte Eusebio, Pascual y Manuel Ascorra, firman un convenio, comprometiéndose éstos últimos a vender al Ayuntamiento de 15 a 16 peonadas de a 72 estados, de la heredad de la casa de “Alango”, al precio de mil pesetas la peonada, y el Ayuntamiento, por su parte, a abrir una calle de ocho a diez metros en toda la extensión que ocupe el hospital y su cerrado entre éste y el caserío “Alango”, siempre que los citados señores Ascorra cedan todo el terreno que se precisa para dar a dichas calles el ancho que se menciona. El 29 de diciembre de 1893 se reúne la Junta Municipal y aprueba en todas sus partes el convenio establecido entre los señores Ascorra y el Alcalde síndico. El 9 de Enero de 1894 se anuncia al público el proyecto de emplazamiento del nuevo hospital-asilo, presentándose un escrito de protesta firmado por 17 personas, pero no habiendo presentado las cédulas personales los reclamantes, el señor Alcalde lo devuelve al representante. Los vecinos no se conforman con la resolución de la alcaldía y representados por José Ramón de Ansolega, acuden en recurso de alzada ante el Gobernador de la provincia, quien por oficio del 4 de abril de 1894 desestimó el recurso. El proyecto es formado por el arquitecto Eladio de Iturria, así como las condiciones y presupuesto.

La señora Leona Zalduondo en nombre de su madre, Salomé Bareño, ya difunta, ofrece entregar como subvención para el hospital asilo en proyecto, el importe en venta de un título de la Deuda del Estado al 4% serie “F”, por valor normal de 25.000 pesetas, tan pronto como comiencen las obras. La comisión designada para el estudio del proyecto presentado por Eladio Iturria, formaliza a su vez el siguiente presupuesto de ingresos y gastos:

En Total de gastos: 117.923,60 pesetas, desglosado en el importe del proyecto (102.723,60), el valor del terreno adquirido (15.000 pesetas) y los perjuicios en los sembrados que ascienden a 200 pesetas.

Los ingresos fueron superiores a los esperados en un principio con un total de 38.942,31 pesetas, desglosados en el donativo de Leona de 25.000 pesetas, y con la subvención de la Diputación de Vizcaya con 13.942,31 pesetas.

Para cubrir el déficit se proyecta un empréstito al 90% con un 5% de interés anual y amortizable en 25 años sin gravar ni hipotecar expresamente ninguno de sus bienes inmuebles ni valores, contando para su amortización con los recursos ordinarios, por un total de 38. 891, 29 pesetas. El 14 de junio de 1894 el Ayuntamiento aprueba el presupuesto y las condiciones presentadas por la comisión. La Junta Municipal lo hizo el 17 de julio del mismo año.

La liquidación definitiva de las obras se realizó el 10 de junio de 1897 en la siguiente forma: Ascendieron a 110.412,50 pesetas. Y su desglose fue en importe de las obras por valor de 95.557,42 pesetas, las mejoras por valor de 12.761,37 pesetas y los jornales y mobiliario por valor de 2.093 pesetas.

El contratista había percibido ya la cantidad de 95.586,86 pesetas, quedando a su favor un saldo de 14.525,64 pesetas que acordó en percibir 7.000 pesetas a los cinco años y el resto a los diez o antes si pudiera hacerlo efectivo el Ayuntamiento. En el año 1897 el Ayuntamiento entabla recurso contencioso administrativo contra la Diputación por haberse negado ésta a aumentar la subvención hasta el 20% del importe de las obras. No encontramos constancia de la resolución del pleito.

La primera piedra se colocó el 14 de octubre de 1894, presidiendo los actos el Gobernador Civil de la provincia Miguel Aguado y asistiendo la Corporación Municipal, el cura ecónomo de la parroquia de San Nicolás Ángel Amunategui, el juez Felix Viot y el fiscal Ramón Díliz. Los padrinos fueron el Gobernador Civil y Leona Zalduondo. De éste acontecimiento se recoge el acta de colocación de la primera piedra.

La inauguración del hospital-hospicio del sagrado Corazón de Jesús fue el 7 de febrero de 1897.

Edificio Hospital-Asilo
Emplazamiento, barrio de Algorta, calle de Alango (antes Matadero), de forma irregular, en gran parte cerrado de tapias, superficie: 8.333 metros cuadrados y 25 decímetros. Edificio formado por un cuerpo principal y un pabellón de servicios unidos por una galería de paso, de forma regular, superficie: cuerpo principal, 713 metros cuadrados y 44 decímetros cuadrados y galería de unión, 36 metros cuadrados, haciendo un total de 970 metros cuadrados y 69 decímetros. Construcción: todo el edificio tiene dos plantas, baja y primero. Cimientos y alzado de mampostería y ladrillo esquinazos y frontón de Capilla de sillería areniza de Berango, cubierta de madera con teja plana. Forjado de pisos de madera. El valor total es de 1.477.293 pesetas con 84 céntimos. Este edificio está inscrito en el Tomo 989, Libro 96 de Guecho, Folio 8, Finca 3.492, Inscripción 1ª, de la Cámara de la Propiedad.
FOTO 002 Plano de la planta baja y primer piso del Hospital-Hospicio

Edificio sala cuna
Emplazamiento, barrio de Algorta, calle de Alango (antes Matadero) en el terreno del Hospital-Asilo. Terreno, superficie, 157 metros cuadrados y 94 decímetros, de forma irregular. Edificio, ocupando toda la superficie del terreno en que se emplaza. Dos plantas: en el bajo, cocina y servicios de la Casa Cuna, y Casa de Socorro de Algorta. En el primero, Casa Cuna, construcción, cimientos de mampostería, alzado de ladrillo y algo de sillería areniza de Berango en la entrada. Forjados de pisos de madera. Cubierta de madera con teja plana. El valor es de 98 mil pesetas.

Modificaciones
En el año 1913 la Junta de Caridad cree oportuno realizar algunas obras tendentes a aislar debidamente los enfermos de los asilados. Se formula una protesta contra este proyecto, suscrita por Justa Uría de Basauri y Juana Uría de Cajigas, en nombre de sus esposos Antonio Basauri y Manuel Cajigas. En 1916 se reproducen las protestas al solicitar la Junta de Caridad el oportuno permiso para ejecutar obras de reforma y ampliación, consistentes en la construcción de un pabellón en la parte zaguera y una galería de comunicación con la parte antigua. Las protestas van encabezadas por Eusebio de Uríbarri y Salvador María Cortina, seguidas de otras diez. Se subasta la obra por el Ayuntamiento y se adjudica al contratista Guillermo Basáñez en la cantidad de 39.059 pesetas.

Quizás con motivo de las protestas mencionadas, aún cuando ello no consta en ninguno de los expedientes examinados, el Ayuntamiento llegó a pensar en trasladar el Hospital-Asilo a un lugar más alejado del núcleo de población y así en el año 1914 abrió un concurso para adquisición de terrenos destinados a este fin. No se llevó adelante la adquisición, renovándose la cuestión en el año 1916, sin que tampoco cuajase el proyecto, que quedaba abandonado, iniciándose, por el contrario, gestiones para adquirir más terreno al objeto de ampliar el que el actual hospital posee. Así el 23 de julio de 1927, ante el notario Jesús Vozmediano, el Ayuntamiento representado por Evencio Cortina, adquiere a Ceferino Manuel y Carolina Ascorra, un terreno a continuación del adquirido en el año 1894 a los mismos propietarios, el cual delimita en el plano unido a la primera copia de la escritura firmada por las letras B,C,D,E,H,Y,J,K,L,M,N,G, y B, con una extensión superficial 4.966 metros cuadrados y 51 decímetros cuadrados, equivalente a 63.968 pies y 65 décimas. El precio de la adquisición de este terreno fue el de 63.968 pesetas y 65 céntimos, es decir, a peseta el pie cuadrado, entregando en el acto de la escritura a los vendedores, la cantidad de 15.000 pesetas y comprometiéndose a pagar el resto en tres plazos iguales de 16.332 pesetas y 8 céntimos, cuyas entregas se hicieron efectivas junto con los intereses correspondientes a razón del 4,5%, comprometiéndose el Ayuntamiento a establecer, en el plazo de un año, un paso a nivel de carácter público en la línea del ferrocarril.
FOTO 003 Plano de la Sala Cuna. Hijas de La Caridad

El 2 de mayo de 1926, la Junta Administrativa dirige un escrito al Ayuntamiento, exponiendo la necesidad de construir una Sala Cuna para acoger en ella a niños pequeños cuyas madres se vean precisadas a trabajar a fin de ganarse el sustento. El Ayuntamiento acoge el proyecto con cariño y ordena al arquitecto municipal Ignacio María Smith que lo formule seguidamente, haciéndolo así y siendo aprobado en sesión de diez de febrero de 1927. Seguidamente, el 12 del mismo mes, se expone al público, sin que contra él se presente reclamación ni observación alguna. El Ayuntamiento, Pleno de 22 de marzo de 1927, especifica que el Pabellón que se construya será destinado, no solo, a Sala Cuna, sino también a Cuarto de Socorro y que el Ayuntamiento contribuye a su erección con la cantidad de 10.000 pesetas para el Cuarto de Socorro y el resto del importe, el de la sala Cuna, lo sufraga Tomás Urquijo Aguirre. Con este motivo, se acuerda por el Ayuntamiento en la misma sesión, nombrar a Tomás Urquijo, Hijo Predilecto de Getxo y que en el edificio de la Sala Cuna, se coloque una placa conmemorativa como recuerdo perenne de gratitud por su generosidad y desprendimiento.

El edificio se emplazó en el ángulo sureste del jardín del hospital. Fue contratista de las obras Fructuoso Zubizarreta y percibió por las mismas la cantidad de 39.527 pesetas y 88 céntimos. El 2 de julio de 1930, el arquitecto municipal Antonio Araluce, proyectó la construcción de un cobertizo para recreo de los niños, aprobándose su construcción en sesión del 10 del mismo mes y año, siendo ejecutada la obra por Juan José de Sarria, percibiendo por ella la cantidad de 972 pesetas y 95 céntimos. A petición de la Junta Administrativa, el mismo arquitecto, señor Araluce, presentó a la aprobación del Ayuntamiento un proyecto de reforma de la capilla y ampliación de la misma. El proyecto se aprueba en sesión de 4 de julio del mismo año y se paga con fondos de la propia institución. En marzo de 1939 el arquitecto José María Sainz de Aguirre presenta un proyecto para ampliación del pabellón de la Sala Cuna, con un presupuesto de 6.123 pesetas con 61 céntimos, que es aprobado en sesión del 15 del mismo mes.

Acto fundacional
En sesión ordinaria del 4 de octubre de 1894, el señor Alcalde plantea a la Corporación: Con el deseo de solemnizar, como corresponde, al acto de colocación de la Primera piedra para la construcción de un Hospital-Hospicio para enfermedades comunes, no infecciosas ni contagiosas, en esta Anteiglesia, en el lugar de Alango y que la función religiosa y ceremonia de colocación de la Primera Piedra del indicado edificio, tenga lugar el día 14 del actual, a las diez de la mañana.

Reglamento del Hospital-Hospicio
Se ha intentado encontrar el reglamento original del Hospital-Hospicio, sin conseguirlo, cosa que no ha sucedido con el de la actual Residencia del Sagrado Corazón, que consta de 53 artículos, todos ellos referentes al mantenimiento y buen funcionamiento del edificio. Sin embargo, se han recuperado de los Libros de Actas del Hospital-Hospicio y del Ayuntamiento, algunas alusiones al reglamento original, el cual fue modificado a lo largo de su historia.

De los Libros de Actas del Ayuntamiento:
Artículo 4º.- Igualmente podrán ser asistidas todas las víctimas de accidentes imprevistos acaecidos en este Municipio, si bien, tanto los gastos que acredite la residencia como los honorarios del médico o médicos que los hayan asistido, deberán ser integrados, si poseen medios para ello.
Artículo 15ª.- Los enfermos que curen totalmente y recobren su aptitud para trabajar, podrán ser dados de alta por la Junta quedando su plaza vacante.

De los Libros de Actas del Hospital-Hospicio:
Sesión extraordinaria del 24 de mayo de 1902, en vista de las deficiencias del actual reglamento de este hospital-hospicio, en lo referente a la admisión de asilados, de enfermos forasteros y obligaciones de los médicos titulares y farmacéuticos, el Presidente efectúa reforma. En la Sesión ordinaria del 5 de febrero de 1914, se trata el caso de un señor que solicita ingreso en el hospital y que según certificación facultativa padece hemiplejía del lado izquierdo. Se discutió su ingreso, porque siendo su enfermedad crónica e incurable algunos opinaban que debía ingresar como asilado, a lo que no tiene derecho por no tener los diez años de residencia que el citado reglamento exige a los que no son naturales de Getxo. Al final, tras votación se le admitió como enfermo.

Dotación económica del hospital
Las fuentes de financiación del Hospital-Hospicio fueron donaciones de particulares, la explotación de las casetas y sillas de las playas de Las Arenas, Ereaga y Arrigunaga y el presupuesto del Ayuntamiento que prácticamente se adaptaba a los gastos que no se cubrían con las anteriores fuentes. Hay que reconocer, que el mantenimiento económico del Hospital.-Hospicio es obra de las donaciones de la oligarquía del Municipio de Getxo, como muestra de lo anterior se presenta un certificado de las donaciones efectuadas para la construcción y funcionamiento del Hospital-Hospicio del Sagrado Corazón de Jesús. Se presenta, también, como ejemplo, el presupuesto para el año 1914, que debe ser satisfecho por el Ayuntamiento y un movimiento de caja durante el año 1926.

De los Libros de Actas del Hospital-Hospicio se desprenden las cuotas que debían satisfacer los enfermos y los asilados. El 6 de abril de 1897, aparece: Pensionistas.- Los vecinos de la Anteiglesia que deseen ingresar tanto en el Hospital como en el Hospicio y que se encuentren en condiciones para ello, según reglamento, pagarán una peseta diaria, y los que no fueran vecinos de este Municipio, 1,25 pesetas, siendo por cuenta de éstos los gastos de medicamentos y la asistencia facultativa. Los que quisieran cama independiente, fuera del departamento común, pagarán además 0,50 pesetas al día. Pensemos que en esta época una persona podía ganar entre 0,15 y 1,36 pesetas/día. El 3 de septiembre de 1907, aparece: Enfermos de pago por accidente de trabajo.- la estancia 2,50 pesetas por día, en cuyo precio va incluido la estancia en el hospital y extraordinario que el señor Médico visitador ordenare, pero no el gasto de medicamentos, que será de cuenta del interesado o de quien lo solicitase a su ingreso. El 5 de noviembre de 1941, encontramos que los donativos de camas a perpetuidad serán de 25.000 pesetas. Existen libros de cuentas del Hospital-Hospicio en los que se detallan los ingresos y gastos de cada mes, desde el inicio hasta el final de la Institución. Como ejemplo de los valores, que poseía ésta, efectivos más nominales, se presenta una muestra:

Año 1908 116.225, 33 pesetas
Año 1909 120.176 pesetas
Año 1910 121.000 pesetas
Año 1911 132.091 pesetas
Año 1912 139.300 pesetas
Año 1913 137.582 pesetas

Instalaciones del hospital
Existe un inventario de los enseres que poseía el hospital, el 1 de marzo de 1897, y que se presenta. Por el contrario, no existe una descripción de las instalaciones ni de los medios que poseía el Hospital. El 11 de febrero de 1898, se adquiere una lejiadora para la limpieza de la ropa. El 8 de mayo del mismo año se compra una camilla. El 7 de agosto de 1898, la Junta de Caridad comunica al Ayuntamiento la necesidad de crear un local para primeras curas de heridos provisto de los objetos necesarios para estos casos, y que el Ayuntamiento comunique a los dependientes de las farmacias que los enfermos deben a acudir a dicho local y no a las boticas. El 5 de octubre de 1906, podemos desprender del texto del Acta que el hospital no cuenta con una sala propia para operaciones, ni cuenta con útiles precisos para la misma. El 5 de marzo de 1907, la Junta acuerda que uno de los cuartos destinados a baños y lavatorios se arregle y habilite de forma que sirva para depósito de cadáveres, construyéndose a la vez y separadamente dos lavabos, uno para hombres y otro para mujeres. El 10 de mayo de 1909, se acuerda adquirir un aparato “Esculap” simple a vapores de formalina para desinfectar las habitaciones y las ropas.
FOTO 004 Antiguo Cuarto de Socorro

El 7 de abril de 1910, se acuerda examinar las camillas de la Cruz Roja de Bilbao para adquirir una o dos iguales para el Hospital-Hospicio. El 6 de junio de 1910, se adquiere una camilla, que consta de dos barras de madera, armadura de hierro y cubierta de hule superior, con correas, cuyo precio asciende a 160 pesetas. El 3 de septiembre de 1911, se adquieren unos aparatos de gimnasia para el desarrollo físico de los niños. El 3 de noviembre de 1912, La Junta se hace cargo del Cuarto de Socorro de Las Arenas, a condición de que sea considerado como dependencia del Hospital-Hospicio, bajo la dirección y cuidado del mismo y sostenido anualmente por el Ayuntamiento. El 9 de enero de 1913, se acuerda que el encargado del Cuarto de Socorro de Las Arenas, Carlos Zubizarreta, recién nombrado, designara camilleros. Del Acta de la sesión del 3 de abril de 1913, se desprende que el Cuarto de Socorro de Las Arenas cuenta con Bolsín de cirugía, mesa de operar, una camilla y algunas sondas.

El 3 de septiembre de 1913, La Junta encarga planos para la construcción de una enfermería adosada al actual edificio y un Cuarto de Socorro en éste mismo. El 30 de diciembre de 1913, la Junta manda un oficio para tratar de conseguir que el Ayuntamiento destine las 45.000 pesetas que tiene presupuestadas para construir escuelas en San Ignacio, unidas al capital que pueda disponer el Hospital-Hospicio, a la construcción de otro de nueva planta, que reúna las condiciones necesarias, de amplitud, aislamiento de enfermos, etc., de que carece el que actualmente tenemos, quedando en éste instaladas las escuelas y otras dependencias del municipio. El 8 de abril de 1915, el Vocal y arquitecto Manuel Smith, presenta un proyecto para la construcción de un pabellón en las huertas del Hospital-Hospicio, para ampliación de los diversos servicios del mismo. El 2 de marzo de 1916, se recibió un oficio del Alcalde para formar la comisión que propusiese el terreno para el emplazamiento de un pabellón para enfermos, junto al cual ha de construirse un nuevo hospital. El 6 de febrero de 1919, la Junta dio cuenta del donativo de tres camas hecho por el Ayuntamiento al Hospital y de dos para los Cuartos de Socorro, acordándose se diesen las gracias. El 8 de mayo de 1919, se dio cuenta del donativo hecho por Piedad Izaguirre, consistente en veinte camas equipadas, acordando la Junta se den las gracias más expresivas a dicha señora y que figure su nombre en la lápida de los bienhechores del asilo. El 5 de junio de 1919, la Junta acuerda poner a disposición del Ayuntamiento un cuarto con dos camas para instalar el Cuarto de Socorro.

El 6 de mayo de 1926, se acordó comisionar al Vocal señor Tobalnia para que se entrevistase con el señor Alcalde y viera la forma de instalar en el hospital una Sala Cuna. El 31 de agosto de 1926, el señor Tobalnia presentó a la Junta el proyecto de construcción de un pabellón destinado a Sala Cuna y habiendo una persona caritativa que oculta su nombre hasta tanto se realicen las obras, se acordó dirigirse al ilustrísimo Ayuntamiento, solicitando permiso para realiza dicho proyecto y que las propuestas que se presenten para la subasta fuesen llevadas por la Superiora al donante para que las examine.

El 27 de diciembre de 1927, el señor Presidente manifestó a la Junta la conveniencia de proceder con toda urgencia a reglamentar los servicios de la Sala Cuna construida en el solar del asilo a expensas de Tomás Urquijo y su esposa Piedad Izaguirre, toda vez que las obras se hallen terminadas y los locales en condiciones de ser habilitados. El 30 de julio de 1931 se adjudica la instalación de calefacción por un importe de 8.730 pesetas. El 2 de junio, del mismo año, se dio cuenta de un decreto de la Alcaldía solicitando autorización para instalar provisionalmente un aparato de rayos ultravioleta en las dependencias del Cuarto de Socorro, solicitando la Junta un informe del médico titular, señor Pereiro, y una vez conocido éste, resolver de conformidad al mismo. El 1 de mayo de 1941, la Excelentísima señora Felisa Alday, viuda de Morera, dona 20.000 pesetas para la construcción de un depósito de cadáveres. El 3 de julio de 1941, el señor Beascoa, arquitecto municipal, presenta un proyecto de un pabellón que se ha de construir a expensas de la señora viuda de Tomás Urquijo. El 13 de febrero de 1947 el Alcalde presidente expone a la Junta como tema a abordar de común acuerdo entre el Ayuntamiento y el Hospital, la construcción de un pabellón a ser posible, contiguo al hospital, para albergar por lo menos a cuatro familias, dada la situación existente en el municipio de que varias personas habitan en casas derruidas o bodegas.

El 10 de abril de 1947, la Comisión decide, que debido a las dificultades para la construcción del pabellón (refugio de transeúntes) en terrenos del Hospital, construirlo en el barrio de Santa María. La Junta ofreció anticipo al Ayuntamiento de 60.000 pesetas, el 13 de febrero de 1947 y lo mantenía durante un año. En sesión del 8 de junio de 1949, se da a conocer la construcción del refugio en el barrio de Santa María, carretera de Santuche, con un presupuesto inicial de 67.427 pesetas y 21.583 pesetas para mejoras, más un abono de desmejoras igual a 3.434 pesetas, lo que hace un total de 85.576 pesetas. El 26 de septiembre de 1951, se da a conocer la construcción de un pequeño pabellón contiguo al paso de los dos cuerpos de edificación que forman el Hospital-Asilo, sufragando los gastos el Excelentísimo señor Antonio Menchaca y de la Bodega.

Labor asistencial
Las personas acogidas en el Hospital-Hospicio lo hacían bajo dos condiciones: o como enfermo, o como asilado. En el primer caso, por ser éste un hospital modesto y con pocos medios, los enfermos no padecían grandes males ni enfermedades infecciosas siendo la mayoría accidentados, tanto laborales como ahogados en la mar; en otros momentos fueron militares heridos. También ingresaban como enfermos, aquellas personas que necesitando unos cuidados especiales, no podían recibirlos en sus casas ni podían pagar a una persona para que les atendiera. En el caso de los asilados, éstos ingresaban por varios motivos: unos porque en sus domicilios había personas con enfermedades contagiosas (viruela, tuberculosis, etc.), otros porque siendo pobres y llegando a ancianos, no podían valerse por si mismos y otros pagaban una cuota diaria por su manutención, cama y cuidados. En otras ocasiones, eran recogidos en la calle e ingresaban como enfermos y como asilados. Un tercer caso lo ocupan las personas que recibían asistencia en el Hospital-Hospicio, acudiendo diariamente a recibir la comida y/o la cena, por no tener medios económicos para ello. En ambos casos, tanto enfermos como asilados, debían cumplir los requisitos que marcaba el reglamento o ingresar por orden del Alcalde.

Enfermedades infecciosas
Respecto a las enfermedades infecciosas hay que decir que pese a algunos intentos de edificar un pabellón aislado, no se llegó nunca a hacerlo, a pesar de los donativos y suscripciones realizadas con el fin de recoger dinero a tal fin.

La relación del Hospital con las principales enfermedades infecciosas en la época fue la siguiente:
Viruela. No fue ingresado ningún enfermo de viruela, pero si sus hijos para prevenir el contagio, en noviembre de 1897, enero de 1898 y julio de 1903.
Tuberculosis. El 24 de abril de 1913, fue presentado por el doctor Pereiro un escrito en el que se ponía en conocimiento la existencia de algunos enfermos tuberculosos, acordándose que en adelante fuese preciso, para el ingreso de enfermos y asilados, el certificado médico de todos los médicos que presten servicio. El 3 de febrero de 1923, fue denegada una petición de ingreso a nombre de José Videa para el ingreso de su hija de 14 años, al objeto de aislarle de una enferma de tuberculosis. La Junta rechazó dicho ingreso puesto que se había construido en la Anteiglesia el Patronato Antituberculoso, recomendándole se dirigiera a dicho centro para su atención.
Tifus. El 15 de enero de 1931 se presentó un caso de tifus y el inspector de sanidad ordenó el aislamiento de sus hermanos.

Registro de enfermos
Existe un libro de registro de enfermos, desde el 13 de marzo de 1897 hasta el 4 de agosto de 1923, y un libro de ingresos, tanto de enfermos como de asilados, en el cual los enfermos van desde 1924 hasta 1931. Desde 1897 hasta 1931, la gráfica de ingresos es:
FOTO 005 Registro de Enfermos

Desde el 18 de abril de 1907 hasta el 21 de diciembre del mismo año y desde el 8 de marzo de 1908 hasta el 2 de mayo del mismo año, los ingresos corresponden a personal del Regimiento Cazadores de Talavera, 15 de Caballería, 20 escuadrón. Respecto al lugar de procedencia, la mayoría de los enfermos correspondía al Municipio de Getxo o a otros municipios colindantes como Erandio, Munguia, Sopelana, etc. La mayoría de los enfermos ajenos a la provincia eran de Santander, Oviedo, Palencia, Burgos y Guipúzcoa y el resto de enfermos se repartían entre otras provincias, haciendo notar que un número importante correspondía a Galicia.

Reglamento médico
En la Sesión extraordinaria correspondiente al 24 de noviembre de 1897, a la que asistieron los médicos titulares doctores Hormaeche y Anitua, se dio cuenta de que en el reglamento se habían modificado algunos artículos, entre ellos, alguno referente a la asistencia facultativa, en vista de la opinión de los médicos titulares, se acordó que éstos fuesen los únicos que pudieran visitar a los enfermos del hospital. En el reglamento de la Residencia del Sagrado Corazón de Algorta, continuación y modificación que es del antiguo Hospital-Hospicio del Sagrado Corazón de Jesús, se hace alusión, en los artículos 22 al 28 ambos inclusive, de las obligaciones y correspondencias del médico.

Relación de médicos
No se ha podido encontrar una relación de los médicos titulares de la institución, ni de sus contratos, pero se ha tomado una relación nominal de los médicos relacionados con el hospital, sacado de los Libros de Actas. El 23 de noviembre de 1897, aparecen los doctores Hormaeche y Anitua. El 3 de abril de 1900 aparece como médico-cirujano Donato Saloñas.

El 4 de agosto de 1904, el Ayuntamiento pide informe sobre la petición del médico establecido libre en ésta localidad, José María Pinedo para prestar gratuitamente y voluntariamente sus servicios en este hospital-hospicio. La Junta ofició al Ayuntamiento, en sentido favorable al peticionario, siempre que el informe de los médicos titulares no se opusiese. El 4 de febrero de 1905, el informe es favorable, en esta ocasión para el doctor Román Pereiro. El 3 de junio de 1905, encontramos a los doctores Joaquín Aznar y Donato Saloñas en un certificado de demencia firmado por ambos. El 10 de febrero de 1908, los doctores Hormaeche, Aznar y Pereiro, mandan un enfermo con una fractura al hospital de Bilbao, por no disponer de habitación a propósito ni de instrumental necesario para la operación que es necesario efectuar para su curación. El 2 de junio de 1912, aparecen los doctores Antonio Bareño y Ramón Bibanto.

El 17 de enero de 1913, se nombra sustituto del titular Donato Saloñas, para los casos de enfermedad de éste a Leandro Arámburu. El 7 de enero de 191, aparece el doctor Joaquín Aznar. El 4 de agosto de 1934, el dentista Pedro María Unzurrunzaga presta sus servicios desinteresados a los enfermos y asilados de la institución y el 19 de enero de 1949, cesa Ernesto Alcibar. El 13 de agosto de 1953, La Junta acuerda comunicar al Ayuntamiento que de parte de la resolución por la Corporación Municipal, del problema de la asistencia médico-farmacéutica de los acogidos.

Personal
Fueron las Hijas de la Caridad las encargadas de la dirección y administración del Hospital-Hospicio, así como del cuidado a los enfermos, como lo demuestra el contrato existente entre esta Compañía y el Ayuntamiento de Getxo. El 3 de octubre de 1918, la Junta acordó oficiar al Ayuntamiento, solicitando el aumento de dos Hermanas, en atención al mucho trabajo originado por la construcción del nuevo pabellón y el aumento de asilados, siempre creciente. El 2 de octubre de 1919, en sesión ordinaria, se acordó fijar en dos pesetas diarias el haber de las Hermanas en atención al aumento de trabajo que representa el mayor número de asilados y teniendo en cuenta la carestía de la vida. Igualmente, se recogen las obligaciones de las religiosas en los artículos 13-21, ambos inclusive. Del resto de personal no tenemos conocimiento de su reglamentación y solamente se ha podido encontrar en un Libro de Actas, sesión ordinaria del 20 de enero de 1916, la gratificación de 50 pesetas a cada uno de los practicantes que prestaban sus servicios en el Cuarto de Socorro de Las Arenas.

Final del hospital-hospicio
La labor asistencial del Hospital fue a menos en el transcurso de los años, intercambiándose por la de Hospicio-Asilo. De uno de los Libros de Actas se desprende que hacia el año 1936, pudiera ser el 7 de mayo de 1936, como la fecha de ingreso de la última persona enferma, Magdalena Arribas y Ranz, de Praones, Burgos, de 76 años, viuda. Posteriormente, el 22 de julio de 1937, se atendieron a dos personas como heridos de guerra. El 10 de febrero de 1960, la Comisión Permanente del Ayuntamiento, expresa su agrado por los estudios que se vienen realizando en orden a la posibilidad legal de convertir el Santo Hospital-Hospicio Municipal del Sagrado Corazón de Jesús, de Getxo, en una fundación pública municipal.

El 14 de febrero de 1963, la Junta acordó elevar una propuesta al señor Alcalde, como presidente nato de la misma y a la vez presidente de la corporación municipal, que ostenta sobre este establecimiento su patronato, en el sentido de que se estudie la conveniencia de que se modifique la denominación con que es conocido este establecimiento, por otra más en consonancia con los fines que cumple el mismo. La Comisión Municipal Permanente del Ayuntamiento, en sesión del 23 de diciembre de 1963, acuerda someter al pleno el cambio de denominación de la institución por el de “Residencia Municipal del Sagrado Corazón de Jesús”.

El 12 de febrero de 1964, figura por última vez la denominación de Hospital-Hospicio Municipal del Sagrado Corazón de Jesús en los Libros de Actas del mismo, siendo el 11 de marzo de 1964 donde figura por primera vez en los Libros de Actas, la denominación Residencia Municipal del Sagrado Corazón de Jesús. Desde 1978 la Residencia Municipal se encuentra situada en el barrio getxotarra de Aiboa, y se dedica a la atención residencial de personas mayores.
FOTO 006 Residencia Municipal

Discusión. Conclusiones
El origen del Hospital-Hospicio del Sagrado Corazón de Jesús de la Anteiglesia de Getxo, no difiere de otras instituciones de la península. Era habitual, en la época, la construcción de estos edificios mediante donaciones, lo cual hacía que su funcionamiento y la salud de muchas personas siempre dependiera de la generosidad de algunos conciudadanos. Al igual que otras fundaciones, cumplía la función de hospital para enfermos y asilo para dar cobijo a los necesitados. Esta institución difiere de otras en el uso de la Casa Cuna, ya que en lugar de estar destinada a recoger a los niños abandonados, en muchos casos hijos de madres solteras o de amores no bien vistos, en este caso se instaura para albergar a los hijos de madres trabajadoras, lo que creemos supone un gran avance para la mujer.

En relación a las enfermedades infecciosas, su tratamiento es similar en todo el Estado, siendo la tuberculosis la enfermedad más temida, razón por la que se erigieron lugares exclusivos para atender a estos enfermos. A pesar de los problemas económicos para poder llevar a cabo diversos proyectos, el Hospital-Hospicio funcionó como Asilo hasta bien avanzado el siglo XX, gracias a la atención de las Hijas de la Caridad, al igual que la Casa de Socorro que prestó un gran servicio a todos los getxotarras con su servicio médico y de practicantes.

AGRADECIMIENTOS
Mª Luz Fika Hernando

Juan Manuel Martín Ferrer
Blanca Fernández Vallhonrat
José Bravo Martínez
Manuela Cristina Chas Barbeito
Eduardo Nuñez González
Universidad de Enfermería. Las Palmas de Gran Canaria
Excmo. Ayuntamiento de Getxo
Residencia Sagrado Corazón de Jesús
Periódico El Nervión
Hijas de la Caridad

AUTORES
Jesús Rubio Pilarte

Enfermero y sociólogo. Profesor de la E. U. de Enfermería de Donostia. EHU/UPV
Miembro no numerario de La RSBAP
jrubiop20@enfermundi.com

Manuel Solórzano Sánchez
Enfermero Servicio de Oftalmología
Hospital Donostia de San Sebastián. Osakidetza /SVS
Vocal del País Vasco de la SEEOF
Miembro de Eusko Ikaskuntza
Miembro de la Sociedad Vasca de Cuidados Paliativos
Miembro Comité de Redacción de la Revista Ética de los Cuidados
M. Red Iberoamericana de Historia de la Enfermería
Miembro no numerario de La RSBAP
masolorzano@telefonica.net

1 comentario:

Anónimo dijo...

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