domingo, 29 de enero de 2017

LOS HOSPITALES MINEROS DE TRIANO VIZCAYA



AUTOR: Profesor Manuel Vitoria Ortiz
Nace en Bilbao en 1944. Realiza sus primeros estudios y bachillerato en el Colegio “El Salvador” regentado por los Hermanos Maristas en la Plaza Nueva bilbaína. Inicia sus estudios universitarios en la Facultad de Medicina de Salamanca en la que obtiene el título de Licenciado en Medicina y Cirugía en 1970. Diplomado en Filosofía y Ciencias de la Educación por la Universidad Pontificia de Salamanca en 1970.

FOTO 1 Portada y contraportada del libro

Como continuación de su actividad universitaria, presenta en la nueva Facultad de Medicina de Bilbao su tesis doctoral “Vida y obra del Doctor Enrique Areilza, obteniendo la calificación de sobresaliente cum laude. Es la primera tesis doctoral que se defiende en la joven Facultad de Medicina en 1973.

Paralelamente, ha cursado los estudios de Diplomado en psicología en la Universidad Pontificia de Salamanca que finalizarán con su segunda tesis doctoral en la Universidad de Deusto titulada “Motivaciones en futbolistas juveniles de alta competición”, consiguiendo el título de Doctor en Psicología en 1985. Título de Especialista en Medicina Deportiva en 1972. Catedrático de Medicina de la Educación Física y el Deporte (Medicina Deportiva) de la Facultad de Medicina de la Universidad del País Vasco U.P.V./E.H.U. (1990 - 1996).

Con ocasión de su primera tesis doctoral conoce a fondo el mundo sanitario, social y económico de los montes de Triano. Obra que resume en este artículo.

Profesionalmente es Especialista en Traumatología y Ortopedia y Especialista en Medicina Física y Rehabilitación. Es Jefe del Servicio de Traumatología del Hospital de Basurto. Director del Centro de Estudios Olímpicos de la Universidad del País Vasco U.P.V./E.H.U.

FOTO 2 Manuel Vitoria Ortiz. Cursos de Verano de la Universidad de Cantabria en Laredo

Premios y condecoraciones: Insignia Olímpica del Comité Olímpico Español (27 de noviembre de 2012). Premio Gregorio Marañón 2014. Al mejor científico por su trayectoria profesional y dedicación toda su vida a la Medicina Deportiva y por sus trabajos sobre la Alimentación del Deportista. Otorgado por la Real Academia de Gastronomía (octubre de 2014). Real Orden del Mérito Deportivo del Consejo Superior de Deportes (Madrid, 14 de octubre de 2015. Expediente 2047). Encomienda con Placa de la Orden Civil de Alfonso X El Sabio concedida por S.M. El Rey de España (19 de diciembre de 2015).
Correo electrónico: mvitoriasport@yahoo.es

RESUMEN DEL LIBRO “LOS HOSPITALES MINEROS DE TRIANO”

Fue publicado por la editorial La Gran Enciclopedia Vasca en 1978. Su portada es todo un significado del libro que se editaba al presentar el Óleo de Ángel LarroqueAccidentes de trabajo”. Fue prologado por el gran escritor Luis de Castresana.

La Historia de los Hospitales Mineros de Triano es la historia de una época trascendental en la economía y sociología de España, al mismo tiempo que un motivo de orgullo para Vizcaya, por ser estos hospitales los primeros balbuceos de la preocupación empresarial por asistir al accidentado de trabajo, cuando en el resto de España no se había prestado todavía el más mínimo interés por evitar la invalidez.

FOTO 3 Salas de heridos y Vaquería del Hospital Minero de Triano

En estos centros hospitalarios quedan representados los esfuerzos de los empresarios siderometalúrgicos, los conflictos sociales, las opresiones políticas y comerciales, los problemas de la emigración, el nacimiento del socialismo…

Pero también está representada una etapa de la Historia de la Medicina española en la que brilló con luz propia la ciencia de unos médicos que, dirigidos por la compleja personalidad del Dr. Enrique de Areilza, supieron cumplir con la misión que el destino les confió: curar enfermos, combatir epidemias y servir de ayuda material y espiritual para el pueblo minero de Somorrostro, que por sus particulares peculiaridades, fue preocupación constante de las autoridades gubernamentales desde 1881 hasta 1930.

Pero antes de comenzar con este estudio, vamos a contemplar desde la ventana de la historia la realidad de la España de esta época.

Enmarcación histórica de los montes de Triano y Gallarta. De la guerra a las minas de hierro
Estamos ante la España de la Restauración y de la Regencia, período que se abre en 1874 y se cierra en 1902, al declararse la mayoría de edad de Alfonso XIII. Arde aún la guerra civil en Navarra, Guipúzcoa, Vizcaya y Álava; y hay ecos de duros combates en las montañas del Maestrazgo y en el Pirineo catalán. El carlismo lanza a la pelea sus últimos batallones que son, probablemente, los más adiestrados con que jamás contó don Carlos de Borbón. En tierras de Abárzuza (Navarra), alcanzan una victoria que pudiera haber sido decisiva si hubiese existido allí un jefe carlista deseoso de explotar aquél éxito; y en Lácar (también Navarra), estuvo Alfonso XII a punto de caer prisionero de sus enemigos. Perdidas estas dos ocasiones, la guerra comenzó a declinar muy rápidamente para extinguirse el día 28 de febrero de 1876, cuando don Carlos salió de España por el puente de Arnegui diciendo: “¡Volveré!”. No volvería, ciertamente; pero el espíritu que él encarnaba quedó guardado como en un sancta sanctórum, en el pecho de sus partidarios, y éstos lo transmitieron de generación en generación.

FOTO 4 Sala de curas de urgencia y de operaciones de infecciosos y Sala de operaciones y de curas con máquina para hacer vendas del Hospital Minero de Triano

Actividad hospitalaria
El número de enfermos y heridos crecía en progresión vertiginosa. Había días y épocas del año en que el Hospital parecía ambulancia quirúrgica militar en línea de combate (como decía el mismo don Enrique). Los traumatismos eran de todo tipo, destacando entre ellos las fracturas de pelvis, producidas entre los trabajadores que servían de galgueros entre los vagones que arrastran bueyes y mulas. Otro tipo de lesiones frecuentes eran los traumatismos de cráneo causados por las piedras que vuelan al saltar los barrenos. En ambas especialidades se revela pronto la consumada pericia del joven director, cuyo nombre resuena en toda la zona minera con general admiración y cuya fama va invadiendo poco a poco Bilbao.

Los heridos son tratados en primera urgencia en los rudimentarios y defectuosamente atendidos cuartos de socorro de las minas y, cuando la gravedad era un hecho manifiesto y muchas veces lo era, son trasladados al Hospital, a hombros de sus compañeros. Para poder turnarse, acompañaban al herido ocho mineros, invirtiendo a veces en el camino hasta dos horas y media. El ritmo de la batalla del trabajo no disminuye sino que aumenta. Hasta seis millones y medio de toneladas se arrancan del monte de Triano en 1899. Los heridos son millares y las amputaciones están a la orden del día. Las minas que más bajas producen son la “Eloísa” y La “Uragalla” y la “Magdalena”.

No solo son problemas de fracturas y trepanaciones los que se presentan cotidianamente. Había veces en que la técnica de los injertos de piel, todavía incipiente, hubo de ser utilizada en gran escala para cerrar las desgarraduras que los accidentes producían.

FOTO 5 Sala de curas. Vendaje después de una sutura metálica de tibia. Sala de autopsias del Hospital Minero de Triano

Aunque las bases aprobadas y el reglamento de la Asociación sólo se ocupaban de la asistencia en los Hospitales y de la consulta pública para todo el personal minero, la Comisión interpretando en el sentido más lato y generoso la misión que se le había encomendado, acordó hacer extensiva la asistencia facultativa y suministro gratuito de medicamentos al domicilio de los obreros. Con este objeto celebró conciertos diferentes farmacéuticos de las respectivas localidades y subvencionó médicos en ellas que prestaron sus servicios en los siguientes puntos:

Un médico para los barrios de Gallarta, la Barga y además del norte de Triano hasta el Campillo. Otro desde el Campillo hasta Balastrera y Pucheta. Otro en Matamoros. Otro en Somorrostro y Poveña. Otro en Galdames. Otro en Sestao y Portugalete. Otro en desierto, Luchana y Retuerto. Otro en Ortuella y San Salvador. Eran en total 8 médicos, además del Médico-Director, cuyas retribuciones, sin contar las del último. Ascendían anualmente a 12.500 pesetas.

Los riesgos personales del minero, como consecuencia del aumento del ritmo del trabajo, son cada día mayores y el número de heridos aumenta. Los traslados a hombros de sus compañeros desde largas distancias y a veces guiados por la luz de un rudimentario farol, son demoledores, con el agravante de tener que subir las 120 escaleras que separan el camino hasta la puerta del Hospital.

La necesidad asistencial hace que las reformas sean imprescindibles y urgentes. Los incipientes pabellones de madera en puntos alejados del Hospital son sustituidos por modernos edificios a los que Areilza se esfuerza en dotarlos de los medios más actuales y prácticos para realizar una medicina asistencial auténtica. Sus constantes viajes por Europa enriquecen estos centros sanitarios con aparatos difíciles de encontrar en Vizcaya.

FOTO 6 Amputación de una pierna en el Hospital Minero de Triano. Dr. Areilza a la izquierda

El número de camas ascendió de las cincuenta iniciales hasta doscientas. Los consultorios se desparraman por toda la zona minera y obligan a los colaboradores de don Enrique a un trabajo ímprobo y abnegado en un clima que paulatinamente se va enrareciendo con las nacientes ideas políticas. Las visitas nocturnas a determinados puntos, constituían un serio peligro para los médicos ayudantes, que en repetidas ocasiones se vieron atacados por desaprensivos; en cierta ocasión uno de los colaboradores, don Anselmo Cenarruza, perdió la vida por cruel venganza.

Los veinte años que vive en Triano don Enrique, hasta 1900, serán decisivos no solo en su formación científica, sino también en la forja de su templo moral e intelectual.

Se hospedaba en la fonda de Ángela Arrien y en ella dedicaba horas y más horas al estudio serio y profundo de todas las publicaciones médicas que le llegaban y que eran muchas, como hemos podido comprobar al asomarnos a su biblioteca. Muy metódico, de severidad extrema y de estricta rectitud controla desde el Hospital central todos los enfermos que le envían del resto de los hospitales de la zona minera. Algunas veces por dar un paseo por el monte, su afición favorita, otras porque la necesidad así lo requería, salía de su hospital y visitaba la Arboleda donde atendían a los enfermos don Eugenio Vergara y don Jorge Sotero Ita.

La reeducación de los heridos, mutilados e inválidos y especialmente de los lesionados de cerebro, con sus desarreglos funcionales en el aparato locomotor o en las facultades de expresión, fue objeto de su especial preocupación. Don Enrique inició sus tratamientos de sugestión hipnótica con resultados espectaculares en muchos casos y también con la inevitable leyenda popular que le atribuían fantásticas o macabras experiencias, a pesar de la discreta reserva en que siempre se mantuvo en la materia.

FOTO 7 Trepanación. Dr. Areilza a la izquierda

La dedicación profesional intensa y absoluta a los enfermos y operados ocupaba prácticamente toda la jornada del Director, que se retiraba bastante entrada la noche a la fonda donde, después de cenar, se encerraba en su habitación para estudiar una y otra vez las intervenciones quirúrgicas del día siguiente. La fama del buen cirujano hacía que compañeros médicos de Baracaldo y Santurce subieran al Hospital de Triano a ayudarle con cierto temor por las brusquedades e interrogatorios clínicos a los que les sometía don Enrique.

Con la creación de los Hospitales Mineros de Triano y su puesta en marcha por Areilza, se consiguió la desaparición de la epidemia de viruela y tifus, pero el joven director quiso extirpar el mal de raíz y, dándose cuenta de que para combatir la enfermedad no bastaban las medidas de curación que la Asociación había propuesto, redactó una memoria en la que pintaba la dolorosa realidad, denunciando el lamentable estado de toda la comarca minera, reclamando urgentes reformas higiénicas a fin de prevenir posibles epidemias.

Esta memoria fue elevada a la autoridad competente, pero las necesarias reformas no se realizaron y el pueblo minero continuaba viviendo en húmedos barracones, con familias hacinadas, sin ningún tipo de desagüe y trabajando de sol a sol.

La historia de los Hospitales de Triano toca a su fin con el descenso de producción del mineral, por una parte y la creación del nuevo Hospital de Basurto por otra.

En 1926, año en que muere Areilza, todavía funcionaban los hospitales, presidiendo como Director Don Vicente Fidalgo, antiguo colaborador de Don Enrique.

En 1930 las instalaciones dejan de prestar servicios médicos. Actualmente los edificios poco modificados, están destinados a preventorio y viviendas para obreros.

Manuel Solórzano Sánchez
Graduado en Enfermería. Servicio de Traumatología. Hospital Universitario Donostia de San Sebastián. OSI- Donostialdea. Osakidetza- Servicio Vasco de Salud
Insignia de Oro de la Sociedad Española de Enfermería Oftalmológica 2010. SEEOF
Miembro de Enfermería Avanza
Miembro de Eusko Ikaskuntza / Sociedad de Estudios Vascos
Miembro de la Red Iberoamericana de Historia de la Enfermería
Miembro de la Red Cubana de Historia de la Enfermería
Miembro Consultivo de la Asociación Histórico Filosófica del Cuidado y la Enfermería en México AHFICEN, A.C.
Miembro no numerario de la Real Sociedad Vascongada de Amigos del País. (RSBAP)



martes, 24 de enero de 2017

MANUAL DEL PRACTICANTE 1950



ANATOMÍA CIRUGÍA MENOR – OBSTETRICIA

Por el Dr. ARTURO CUBELLS BLASCO

OBRA ESCRITA CON ARREGLO AL PROGRAMA PARA LA CARRERA DE PRACTICANTE

Editorial Pubul, Barcelona, 1950

FOTO 1 Portada y página interior del Manual del Practicante, 1950

BIBLIOTECA DEL HOSPITAL CIVIL O DE SAN ANTONIO ABAD

Los estudios de Cirugía Menor, como parte integrante de los extensos y elevados conocimientos de la ciencia médica, que en el último tercio del siglo pasado, fueron verdaderamente asombrosos por su magnitud, su número y trascendencia. Dichos estudios han seguido como era de esperar hasta el punto que la Cirugía Menor actual, inspirada como la Gran Cirugía o Cirugía Mayor, en la doctrina microbiana de las enfermedades y en la terapéutica antiséptica, emplea distintos procedimientos curativos y diversas manipulaciones técnicas que la antigua, habiendo relegado justamente al olvido algunas prácticas añejas, impropias e incompatibles con los conceptos y adelantos científicos modernos.

Es preciso manifestar que con respecto a la Cirugía Menor, es decir, en lo que se refiere a los conocimientos indispensables al Practicante, las obras nacionales existentes resultan en la actualidad tan complejas en vendajes y apósitos antiguos, como insuficientes y anticuadas en lo referente a prácticas de cirugía menor y apósitos modernos, deficiencias originadas, sin duda alguna, por haber transcurrido mucho tiempo desde su publicación.

Este libro viene a sustituir lo anteriormente existente y a suplir la deficiencia que había y llenar este vacío con este Manual completo del Practicante, que convencidos plenamente de su necesidad, hace ya algún tiempo pensábamos publicar con arreglo a los distintos planes de estudios.

Pero habiendo sido reformados los estudios de la Carrera de Practicante por Reales Decretos recientes; habiéndose extendido el campo de acción de éste a la práctica del arte de los partos (Obstetricia), y habiéndose publicado por el Ministerio de Instrucción Pública de un programa completo de los estudios necesarios para obtener el Título de Practicante correspondiente, hemos creído un deber ajustarnos estrictamente esta redacción de la presente obra al cuestionario o programa oficial.

Según este programa, se exige en la actualidad al Practicante de Cirugía Menor:
1º.- Cierto número de conocimientos anatómicos indispensables para que se dé cuenta perfecta de la disposición y estructura del cuerpo humano, sujeto y objeto de sus estudios especiales.

2º.- Nociones de los vendajes, apósitos, operaciones y prácticas de Cirugía menor que el Practicante puede verse obligado a ejecutar en el ejercicio de su profesión para combatir ciertas dolencias.

3º.- Conocimientos particulares de la ciencia y arte de los partos que sirvan de guía a quien se dedique a la asistencia de las parturientas en casos normales.

Ateniéndonos, pues, a este nuevo plan, desarrollaremos el contenido del referido programa oficial, o sea los tres grandes grupos antedichos de materias, en otros tantos volúmenes que tratarán separadamente de cada uno de ellos.

En el tomo Primero, que comprenderá los dieciséis primeros puntos del referido programa, trataremos de la Anatomía humana, procurando no dar a esta materia tan difícil más extensión que la indispensable para que el Practicante, ejecute todas sus intervenciones con pleno conocimiento del terreno en que actúa.

El tomo segundo, que será el de mayor extensión de los tres que forman el Manual del Practicante, comprenderá desde el punto 17 hasta el 46 del cuestionario oficial, y en él nos ocuparemos de todas las materias que forman el contenido de la Cirugía Menor, tratándolas con todos los detalles indispensables para que sean fácilmente comprendidas las manipulaciones necesarias en la práctica de las curas y operaciones.

En esta parte de la obra, y sin salirnos del plan oficial, hemos procurado ser más extensos de lo que requiere un libro destinado exclusivamente a los practicantes. Lo cual resulta indudablemente beneficioso por dos conceptos:

Porque permite ampliar sus conocimientos a los que tengan gran vocación para ello, y porque extiende la utilidad de este libro a los estudiantes de Medicina en general, y en particular a aquellos que aspiren a ingresar en el cuerpo de Alumnos internos.

FOTO 2 Prólogo y sello de la biblioteca del Hospital San Antonio Abad, 1950

El tercer volumen de este manual versará sobre Obstetricia y abarcará desde el punto 47 hasta el 78, o sea hasta el final del programa. En él serán tratadas todas las cuestiones referentes a tan importante especialidad con toda la amplitud y claridad necesarias para que el Practicante que asista un parto pueda hacerse cargo inmediatamente de la situación y auxiliar a la Naturaleza en la realización de un acto fisiológico tan trascendental.

Aunque la escribir este libro hemos procurado, naturalmente, hacerlo con arreglo a los conocimientos y teorías modernos, no hemos desdeñado en ciertos y determinados casos ocuparnos de las autorizadas opiniones y de los valiosos hechos científicos que nos legaron las antiguas generaciones, pues constituye en nosotros firme convicción que lo bien observado e interpretado es siempre cierto, a despecho del tiempo y de los vaivenes del progreso.

Y si con la publicación del presente Manual del Practicante logramos hacer algo en provecho de los que se dedican al ejercicio de la Cirugía Menor y de la Obstetricia que pudiéramos llamar normal, facilitándoles el estudio de dichas materias y auxiliándoles en la humanitaria tarea de aliviar los dolores de sus semejantes, nos consideraremos bien compensados por nuestros desvelos y supondremos, por tanto, satisfechas nuestras únicas aspiraciones. Arturo Cubells Blasco

Capítulo Primero

1.- Relaciones del Practicante con el Médico y el Farmacéutico
En el ejercicio de su profesión el Practicante necesita estar en continua relación con el Médico y el Farmacéutico, puesto que necesitando en su práctica algunos medicamentos y materiales de cura, se ve con frecuencia obligado a comunicarse con éste, y como su ejercicio profesional consiste además en cuidar enfermos que están siempre o casi siempre asistidos por un médico, le es de todo punto necesario relacionarse con él.

Nada hay que objetar respecto a las relaciones sociales que deben mediar entre el Practicante y el Médico, y entre aquél y el farmacéutico, porque aparte de que deben ser las que ordinariamente existen entre personas educadas, entendemos que es muy difícil exponer reglas generales de trato social, y sobre este punto hay que atenerse, en nuestro concepto, a los consejos que dictan la buena urbanidad y la conciencia de cada uno. En cambio, en el terreno profesional y para el ejercicio de su carrera, cabe dictar alguna norma de conducta que sirva al Practicante de fiel consejera en todos sus actos; y esto es lo que vamos a intentar en breves párrafos, tratando separada y sucesivamente de la norma de conducta que debe observar el Practicante con el Médico y de la que debe seguir con el Farmacéutico.

A).- Relaciones con el Médico
Entre el Practicante y el Médico debe existir la armonía y solidaridad de trato que se requiere entre dos personas que se ayudan mutuamente para conseguir el mismo fin. El primero debe tener siempre en cuenta que el Médico es, tanto por sus conocimientos como por su posición social y académica, de superior categoría que él; y el segundo debe considerar que el Practicante, aunque de clase inferior en el orden profesional, es un auxiliar inteligente cuyos servicios no son despreciables en la práctica y merece, por tanto, ser tratado con benevolencia y amabilidad.

Es muy lamentable esas luchas que se entablan en algunas poblaciones pequeñas, en las que el Practicante intenta figurar en una categoría superior a la del Médico, suscitando contra éste los odios de los vecinos del pueblo, criticando y censurando sus actos como profesional facultativo y hablando despectivamente de él.

El Practicante debe comprender que, por elevados que sean sus estudios y por sólidos que sean sus conocimientos, nunca ha de criticar cuerdamente los actos profesionales del Médico, porque le falta para ello la instrucción firme y profunda que se adquiere con la carrera de Medicina.

El Practicante que se precie de ser recto y honrado nunca debe olvidar que su obligación, como inferior en categoría profesional, es estar siempre atento con el Médico, tratándole con la consideración que merece todo superior jerárquico y procurando cumplir sus órdenes con la mayor exactitud y asiduidad. Siguiendo esta conducta se captará seguramente las simpatías del facultativo, contribuyendo a que éste deposite en él su confianza y obligándole, en justa correspondencia, a que le trate con igual consideración.

En efecto, no es muy correcto el proceder de algunos Practicantes que tienen el defecto de desacreditar al Médico en todas partes y en cuantas ocasiones se les presentan, ya hablando de su conducta privada, ya de su vida profesional en términos despectivos, debiendo atenerse sobre este particular a los dictados de la razón y de la conciencia; y a la inversa: si fuera el Médico quien difamara al Practicante, es casi seguro que éste censuraría con sobrada razón tan inicuo proceder. Justo es, pues, tener esto en cuenta e inspirarse sobre ello en el conocido precepto que dice: No hagas a otro lo que no quieras que se haga contigo.

El Practicante puede ser llamado a prestar sus servicios en la cabecera del enfermo es muy distintos casos y ocasiones.

FOTO 3 Hospital Civil o de San Antonio Abad. Tarjeta número 132. Gipuzkoa Kultura

Unas veces se le llama por consejo del Médico, ya para que aplique tópicos encargados por éste, ya para que practique curas u operaciones que están dentro de sus atribuciones profesionales; otras veces, no encontrándose el Médico en su domicilio, se le avisa para que atienda un accidente imprevisto ocurrido a un enfermo cualquiera, y en otras ocasiones es requerido para asistir a un paciente que carece de asistencia médica y de cuya curación se debe encargar por propia voluntad, del enfermo o de su familia.

Su conducta debe ser muy distinta en cada uno de estos tres casos:
En el primero, llegado el Practicante al domicilio del enfermo, se enterará minuciosamente de lo prescrito por el Médico, bien directamente de éste si se encuentra presente, bien de la familia del paciente, y acto seguido pasará a cumplir lo ordenado si salirse de las instrucciones recibidas, o con arreglo a su criterio si no se le ha dado instrucción especial alguna.

Mas al cumplir su cometido debe procurar no hacer apreciaciones sobre la enfermedad que aqueja al paciente, ni dar a entender por medio de gestos u otros signos si el Médico está o no acertado sobre el diagnóstico de la enfermedad y si se equivocó o no al prescribir lo que a él se le manda practicar; porque tales apreciaciones, aparte de ser temerarias o de revelar mala fe, el vulgo las cree fácilmente y redundan siempre en prejuicio de la reputación del Médico.

Si en algún caso se le ordenase ejecutar algo que considerase perjudicial o peligroso para el enfermo, o si entendiese que sería más beneficioso para éste proceder de otro modo, entonces el Practicante deberá exponer su opinión al Médico, haciéndole respetuosamente las observaciones que tenga por conveniente, en la seguridad de que el facultativo las oirá con gusto y las aceptará si las cree razonables.

En el segundo caso, el Practicante acudirá inmediatamente a la cabecera del enfermo, se enterará por la familia del mismo del accidente ocurrido (hemorragia, ataque de nervios, acceso de dolor), y acto seguido tomará las providencias necesarias para combatir y remediar dicho mal.

Claro está que en este caso el Practicante debe obrar con entera libertad y obedecer tan sólo a su propio criterio; pero como el enfermo de que se trata está asistido por un Médico, es preciso, si quiere cumplir con su deber, que entere luego al facultativo del motivo de su intervención y de los medios que ha empleado para conjurar los accidentes. Sin este acto de atención quedará bien con el enfermo y la familia de éste, pero pecará de incorrecto con el Médico.

Por último, en el tercer caso el Practicante se personará en casa del paciente y le reconocerá cuidadosamente, enterándose de la clase de enfermedad que le aqueja. Si ésta es una de esas dolencias que están bajo su jurisdicción, es decir, si es una afección quirúrgica capaz de curar por medio de tópicos u operaciones de Cirugía menor, obrará libremente según su modo de saber y entender, como lo hiciera un Médico en caso parecido. Pero si al reconocer al enfermo viese que se trata de una enfermedad interna, o de una externa que exige otros recursos curativos que los que a él le es lícito emplear, entonces debe renunciar a asistir a dicho enfermo y aconsejar a la familia y aun a él mismo que llamen a un Médico, con el fin de que se encargue de su tratamiento adecuado. Haciéndolo así, además de obrar como corresponde a un Practicante consciente de sus deberes, se pondrá a cubierto de las responsabilidades que pudieran exigírsele en el desgraciado caso de un desenlace funesto.

Tales son, a grandes rasgos, las principales reglas de conducta que el Practicante debe tener en cuenta en el orden de sus relaciones con el Médico.

B).- Relaciones con el Farmacéutico
Aunque en el ejercicio de sus respectivas profesiones no haya entre el Practicante y el Farmacéutico la frecuencia e intimidad de relaciones que existen entre el primero y el Médico, no puede negarse que en ciertas ocasiones de su práctica necesitan ponerse en contacto y depositar su confianza el uno en el otro.

Como el título profesional que posee el Practicante no le autoriza para pedir medicamentos por medio de receta, es obligatorio para él solicitarlos directamente al farmacéutico o valerse de un Médico que le proporcione una receta con todos los agentes curativos que ha de menester. Siempre será preferible lo primero, porque aparte de no tener que molestar al Médico cada vez que necesite algún remedio de la botica, conviene a ambos conocerse, hablarse y darse explicaciones acerca del empleo que se quiere y que se debe hacer de los medicamentos que se piden.

Además, frecuentando el trato del Farmacéutico cuantas veces lo exija el ejercicio de su misión, el Practicante logrará inspirarle cierta confianza en sus prendas personales y profesionales, la cual es indispensable para que sin temor ni recelo alguno le facilite cuantas substancias medicamentosas hagan falta para su práctica diaria.

FOTO 4 Practicantes, Enfermeras y Matronas en el Hospital Civil 1947 (Saturnina García)

Cuando el Practicante vaya, pues, a la botica a pedir alguna substancia que necesite para el ejercicio de su profesión, deberá indicar el uso que va a hacer de ella siempre que el Farmacéutico se lo pregunte, y aun debe atender cuantas observaciones le haga éste acerca de la acción y peligros que pudiera acarrear el uso impropio o excesivo de algunos medicamentos que, por ser muy venenosos, pueden ocasionar accidentes lamentables.

Nunca es lícito que el Practicante tenga en su casa medicamentos para expenderlos a aquellos de sus clientes que lo necesiten, pues aparte de que las leyes prohíben el ejercicio de esa industria a quien no posee el título profesional correspondiente, esto sería entrometerse en el terreno de una profesión ajena y le podría crear cierta tirantez de relaciones con el Farmacéutico, con el consiguiente perjuicio para ambos.

Por lo demás, el Practicante debe tener con el Farmacéutico las mismas consideraciones sociales de respeto que con el Médico; así es que procurará no murmurar de él ni criticar sus actos profesionales y viceversa, pues debe comprender que, por una parte, por ser muy distinta su profesión y conocimientos, no puede juzgar con acierto acerca de la competencia del Farmacéutico como tal y, por otro lado, semejante murmuración y crítica conducen al descrédito de éste ante el público y pueden llegar a perjudicarle en sus propios intereses materiales.

La cordialidad de relaciones y la buen armonía que hemos recomendado en los párrafos que preceden, se hacen mucho más necesarias en los pueblos pequeños, aislados y separados de otros centros de población, donde sólo existe un Practicante, un Médico y un Farmacéutico; y, desgraciadamente, hay que reconocer que precisamente en tales pueblos es donde suelen estar casi siempre enemistados unos con otros por el necio afán de considerarse cada uno superior a los demás y querer, por consiguiente, gozar del privilegio del favor del público.

Semejantes luchas y rencores, producidos casi siempre por un sentimiento egoísta exagerado, no ocasionan generalmente más que enormes perjuicios y disgustos lamentables, siendo lo más triste del caso que el público se aprovecha de tal estado de tirantez en beneficio de sus propios intereses y en detrimento de los del Practicante, del Médico o del Farmacéutico.

Conviene, por lo tanto, que desaparezcan para siempre estas injustificadas rivalidades y odios enconados que suelen existir entre ellos, pues con tal estado de cosas se quebranta el prestigio que cada cual debe tener dentro de su propia esfera de acción, mermándose paulatinamente el respeto ante la presencia de los demás. Guárdense entre sí las consideraciones que deben tenerse las personas instruidas y bien educadas, y así tendrán derecho a exigir del público el respeto y atenciones que de otro modo es impropio pretender.

2.- Condiciones morales y científicas que debe poseer
El Practicante debe poseer cierta clase de condiciones, sin las cuales no podrá ejercer su profesión con la honestidad y competencia indispensables para prestigio suyo y beneficio de sus clientes. Esas condiciones o prendas morales son casi las mismas que se exigen al Médico y, aunque numerosas, trataremos sólo de las principales, puesto que todas ellas pueden resumirse en una sola, a saber: la dignidad o decencia profesional, que es a su vez resultado de una propiedad ejemplar y de una pericia magistral.

A).- Condiciones Morales.
Las principales cualidades morales que debe reunir el Practicante son las siguientes: sentimiento del deber, paciencia, prudencia, amabilidad, sencillez y caridad.

En efecto: sólo teniendo el sentimiento de su deber podrá el Practicante cumplir éste conforme lo exigen las prácticas de la moral y de la verdadera ciencia, pues tanto en el orden moral como en el material quien no siente una cosa no es capaz de ejecutar actos ordenados que tiendan a cumplir lo que este sentimiento le demanda.

La paciencia es necesaria en el Practicante, pues la índole de su ejercicio profesional lleva consigo riesgos, molestias, ingratitudes y disgustos frecuentes que deben ser soportados con calma, contra los cuales no cabe otro recurso que la paciencia y resignación.

La prudencia es una de las cualidades más estimables del Practicante y, según el grado en que la posea, se captará o enajenará las simpatías de sus clientes. No nos referimos aquí a la prudencia respecto a sus actos curativos, sino a la virtud de saber callar en ciertas ocasiones de la vida, en las que una palabra imprudente, una idea emitida con ligereza, pueden acarrear grandes perjuicios al enfermo, a su familia y muchas veces hasta a su propia reputación.

Así, pues, en este respecto el Practicante debe procurar guardar el secreto de su profesión y no enterar a nadie las dolencias que sufren sus clientes, sobre todo si se trata de ciertas afecciones, aun cuando se le pregunte con insistencia por algunas personas que, en su afán de curiosear y meterse en todo, se dedican con lamentable frecuencia a husmear vidas ajenas.

FOTO 5 Alumnas de practicante y enfermeras. Curso 1948 - 49. Hospital Civil. Fotógrafo Tomás Bravo. Foto cedida por Carmen Blasco y Luis Mª Elícegui

Es casi innecesario decir que el Practicante debe ser en su trato amable y sencillo; porque si la amabilidad y sencillez son cualidades necesarias en el trato corriente de las gentes, lo son mucho más en el de los enfermos, tanto porque éstos merecen por su estado ser tratados con afabilidad y delicadeza, como porque de este modo depositarán en él plena confianza, lo cual es indispensable en las relaciones entre los clientes y sus servidores.

Por último, la caridad, esa virtud de orden moral que consiste en amar al prójimo como a nosotros mismos, y que ha de ser el primer deber de todo hombre honrado, es indispensable al Practicante, por cuanto siendo la persona enferma más digna de lástima que otra sana, y estando entonces más necesitada del amor de los demás para que le sean prodigados los cuidados y consuelo que reclama el alivio o curación de sus padecimientos, se comprende perfectamente que, el primero en ejercer estos cuidados y atender con verdadero amor a los pacientes, ha de ser el que por ministerio de su profesión tiene, ha de ser el que por ministerio de su profesión tiene, como el Practicante, la obligación ineludible de ser caritativo.

B).- Condiciones Científicas.
Las cualidades científicas que debe poseer el Practicante son, entre otras, las siguientes: vocación, aplicación, instrucción, serenidad en el obrar y pericia técnica.

La vocación es una cualidad de orden científico que nace espontáneamente en el propio individuo que la posee, sin que pueda intervenir en ello la voluntad. En efecto, el amor o afición que uno siente por determinada profesión u oficio no es obra de su voluntad, sino de sus innatas aptitudes; así es que si la vocación de un hombre se inclina, por ejemplo, a la pintura o la música, será imposible de todo punto pretender desviar el ánimo de dicho sujeto de esta natural inclinación, y completamente superfluo obligarle a que sienta otra vocación distinta.

FOTO 6 Capítulo II del Manual del Practicante, 1950

De modo que si el Practicante no tiene verdadero amor a su carrera, si no ha seguida ésta obedeciendo a su propia vocación, sino por motivos de cálculo o interés personal, no podrá en el ejercicio de su profesión ostentar las cualidades morales citadas anteriormente, ni reunir las condiciones científicas necesarias para ser útil a sus semejantes.

La aplicación debe ser un don preciado permanente del Practicante, porque si no procura leer con frecuencia los textos científicos propios de su carrera, si no tiene verdadero amor al estudio, obrará siempre por rutina en su práctica y estará expuesto a que cualquier cliente un poco ilustrado le dé una lección técnica  mortificante.

La instrucción es un producto de las dos cualidades anteriores, o sea de la vocación y aplicación, y, por lo tanto, el Practicante que posea una y otra será lo suficientemente instruido para cumplir airosamente con su cometido.

La serenidad en el obrar es condición indispensable a todo Practicante, puesto que si al efectuar las curas u operaciones que le competen no muestra el valor que da la seguridad en sus propios conocimientos, perderá la confianza que en él hayan depositado sus clientes. Es indudable que cuanto más instruido se aun Practicante, tanto mayor será su serenidad en los actos quirúrgicos en que intervenga; sin embargo, la excitabilidad nerviosa de ciertas personas contribuye a que algunos practicantes, que son indudablemente ilustrados o instruidos, se muestren en ocasiones intranquilos. Para adquirir dicha serenidad es preciso acostumbrarse en la ejecución de prácticas curativas.

Por último, la pericia técnica, o sea la habilidad en el obrar, tiene su origen en todas las cualidades científicas que llevamos examinadas, porque es indudable que el que tiene vocación, aplicación, instrucción y procede en sus actos con suma serenidad, posee seguramente la habilidad técnica necesaria para salir airoso de su cometido.

Además, hay que hacer constar que ésta, es decir, la habilidad o pericia técnica, se perfecciona con la práctica frecuente y asidua; por lo tanto, cuanto más se adiestre el Practicante en las maniobras operatorias, tanto más perito será en el ejercicio de su arte.

Bibliografía
Manual del Practicante. Anatomía Cirugía Menor – Obstetricia. Por el Dr. Arturo Cubells Blasco. Obra escrita con arreglo al Programa para la Carrera de Practicante. Editorial Pubul, Barcelona, 1950

AUTOR:
Manuel Solórzano Sánchez
Grado en Enfermería. Servicio de Traumatología. Hospital Universitario Donostia de San Sebastián. OSI- Donostialdea. Osakidetza- Servicio Vasco de Salud
Insignia de Oro de la Sociedad Española de Enfermería Oftalmológica 2010. SEEOF
Miembro de Enfermería Avanza
Miembro de Eusko Ikaskuntza / Sociedad de Estudios Vascos
Miembro de la Red Iberoamericana de Historia de la Enfermería
Miembro de la Red Cubana de Historia de la Enfermería
Miembro Consultivo de la Asociación Histórico Filosófica del Cuidado y la Enfermería en México AHFICEN, A.C.
Miembro no numerario de la Real Sociedad Vascongada de Amigos del País. (RSBAP)



lunes, 9 de enero de 2017

DOCUMENTOS Y CARTILLAS MATERNIDAD DE ATEGORRIETA




FOTO 1 Maternidad de Ategorrieta, Villa San José. Residencia Maternal de la Caja Nacional del Seguro de Enfermedad. 1947. Foto cedida por Eneko E. Oroz

EXCEDENCIA FORZOSA PARA MATRONAS Y ENFERMERAS
La excedencia forzosa por razón de matrimonio en el caso de la mujer trabajadora, fue ley fundamental (declaración segunda del Fuero del Trabajo), en virtud de una peculiar concepción del papel de la mujer en la sociedad.

El Fuero del Trabajo de 1938
En el ámbito de la producción el franquismo anunció la legislación laboral unos días antes de la publicación del Fuero del Trabajo con el decreto de 4 de marzo de 1938 que establecía un aumento salarial por elaboración del yute del 30% en los obreros y del 12% en las obreras.

El 9 de marzo de 1938 se promulga el decreto del Fuero del Trabajo, uno de los principales documentos legislativos del régimen que, entre otras cosas, aportó los fundamentos paternalistas del Sindicato Vertical y redefinió el status laboral de la mujer. Creado por dos grupos, el primero de adscripción ideológica falangista y con la influencia de la Magna Carta del Lavoro de Mussolini (1928): D. Ridruejo, J. Conde y J. Garrigues; y el segundo, tradicionalista monárquico: E. Aunós, Y. Messía y E. Bilbao.

En el preámbulo se habla primero de los objetivos de su particular revolución militar, religiosa y nacional - sindicalista, manifestando su lucha contra el materialismo marxista y el capitalismo liberal. Se destaca la subordinación de la economía a la política y asimila la creación de riqueza del pueblo español a la riqueza de la nación. La tercera parte legitima el Fuero afirmando que es al servicio de los que combaten y con sus deseos.

El Fuero define el trabajo como un deber personal/nacional del individuo impuesto por Dios, enfrentado al trabajo “mercancía” (fuerza de trabajo vendible) del capitalismo, el trabajo como derecho proporcionado por el Estado, cuya función es proporcionarlo y proteger al trabajador-persona y nación, una relación jerárquica directa de deberes y protecciones: un totalitarismo. El Servicio será el trabajo desinteresado a la nación, y aquí lo nacional fagocita a lo social. El Estado protege la propiedad privada y la iniciativa empresarial y renuncia a ser empresario a no ser que falte iniciativa empresarial.

FOTO 2 Legislación de Subsidios Familiares, 18 de Julio de 1938

El Estado sostiene como raíz en el Fuero y después en posteriores leyes disposiciones restrictivas en el trabajo (en los puntos II y III) bajo parámetros de protección paternalista. Una cadena de protecciones: la estatal, la empresarial y la marital o familiar. La primera protege y obliga a respetar tradiciones y ceremonias religiosas y prohíben el trabajo nocturno de mujeres y el trabajo de mujeres casadas. La segunda protege y obliga a los trabajadores a la productividad y al respeto de la jerarquía empresarial. La tercera es a la mujer y será detallado en otras leyes posteriores al Fuero.

Legislación laboral durante el Régimen franquista (1939 – 1975)
El nuevo régimen no tardó en aplicar con relación al trabajo femenino los preceptos fundamentales del nacional-catolicismo. En el Fuero del Trabajo de 9 de marzo de 1938 se estableció que el estado “liberará a la mujer casada del taller y de la fábrica”.

Durante este periodo se mantuvo vigente la legislación laboral anterior a la República, proyectándose una nueva normativa que pretendía limitar el acceso de la mujer, sobretodo casada, al mundo asalariado reforzando el modelo ganador de pan según el cual el mantenimiento de la familia era responsabilidad del varón cabeza de familia. Este principio rector, al menos durante las dos primeras décadas del régimen, quedaba sancionado en el preámbulo de la Ley de bases de 18 de julio de 1938.

FOTO 3 Enfermeras y Matronas en el Hospital Civil 1949. Fotógrafo Tomás Bravo

La mencionada ley creaba los subsidios familiares, un intento por mantener a la mujer en el espacio doméstico, favorecer el crecimiento demográfico y aumentar los bajos salarios de la posguerra. El subsidio ascendía a 30 pesetas mensuales a partir del segundo hijo y aumentaba progresivamente en 15 pesetas por hijo hasta un máximo de 12 hijos. El pago se realizaba al cabeza de familia. Mediante la Orden de 26 de marzo de 1946 se privaba a todos los hombres del cobro del subsidio familiar en el caso de que su mujer trabajase.

Este tipo de medidas claramente natalistas se vieron reforzadas por el restablecimiento en muchas empresas, empezando por la administración pública y las empresas estatales, de las excedencias forzosas por matrimonio y la prohibición de contratar a mujeres casadas.

El nuevo estado no sólo pretendió “liberar” a la mujer obrera, sino que también intentó apartar a la mujer que había cursado estudios de las profesiones liberales. Durante los años 40 se prohibirá su acceso, entre otras profesiones, a la abogacía del Estado, al servicio de Aduanas, a la inspección técnica del Trabajo, a la fiscalía y judicatura, etc. la única profesión liberal abierta a la mujer era también la peor remunerada: el magisterio.

A pesar de todo este tipo de medidas, la presencia de mujeres en el trabajo asalariado aumentó considerablemente durante las dos primeras décadas de la posguerra. En parte debido a este hecho, hacia finales de los años 50 se produjo un cambio de actitud del régimen franquista respecto al trabajo de la mujer. La revisión de la política económica “Plan de Estabilización (1959), Plan de Desarrollo (1961)” y la necesidad de la expansión industrial del país, hacía necesario el aumento de la población activa. Dado que la mano de obra masculina había tocado techo, se optó por recurrir al reclutamiento de mujeres mediante una ligera relajación del férreo discurso de la domesticidad.

FOTO 4 Practicantes, Enfermeras y Matronas en el Hospital Civil 1947 (Saturnina García)

En la Ley de derechos políticos, profesionales y de trabajo de la mujer (1961) se recogió el principio de no discriminación por sexo ni estado civil en el ejercicio de los derechos mencionados en el título de la ley. También se garantizaba el derecho de la mujer a prestar servicios laborales en plena igualdad jurídica con el hombre, así como a percibir un salario idéntico por igual trabajo (artículo 4). La ley, sin embargo, seguía limitando el acceso de la mujer a aquellos trabajos peligrosos, insalubres o penosos recogidos por los convenios internacionales, a los cuerpos del ejército, la marina mercante y la administración de justicia. El cambio de estado civil no podía alterar la relación laboral, aunque al contraer matrimonio, la mujer podía optar entre continuar trabajando, rescindir el contrato de trabajo o acogerse a una excedencia voluntaria de entre uno y tres años.

Otras medidas de la última etapa del régimen franquista que fueron abriendo las posibilidades profesionales de la mujer fueron:

La Ley de 28 de noviembre de 1966, admitía finalmente a la mujer en la carrera judicial y fiscal.

El principio de igual salario a igual trabajo, fue ratificado mediante el Decreto de 27 de octubre de 1967.

El Decreto de 20 de agosto de 1970, eliminaba la discriminación en relación con los períodos de aprendizaje, proporcionando a la mujer trabajadora que quería casarse, la oportunidad de seguir haciéndolo o poner fin a su contrato mediante una dote compensatoria. El decreto también otorgaba a la mujer embarazada la posibilidad de darse de baja temporalmente durante un periodo no inferior a un año ni superior a tres.

FOTO 5 Asistencia al Curso teórico-práctico, 50 pesetas al mes. Carnet del Consejo Nacional de Ayudantes Técnicos Sanitarios

Ver: Fuero del Trabajo y la Ley 56/1961 sobre derechos civiles, políticos y profesionales de la mujer.

A continuación, pongo estos enlaces del Estatuto jurídico de personal sanitario no facultativo promulgado en el año 1967 y 1973, pero creo que para entonces ya se había derogado ese precepto.

En este enlace se hace un repaso del proceso del trabajo y la mujer durante el franquismo

Fuero del trabajo de 1938

FOTO 6 Programa Teórico del Practicante. Segundo Curso 1949

PROGRAMA TEÓRICO Y PRÁCTICO DE PRACTICANTE DE MEDICINA
1945 - 1949

PROGRAMA TEÓRICO DE PRACTICANTE

SEGUNDO CURSO

Lección 1ª.- Concepto de infección. Puertas de entrada de los agentes infecciosos. Modo de transmisión de las enfermedades infecciosas. Asepsia y antisepsia.
Lección 2ª.- Concepto de inflamación. Causas y síntomas. Supuración. Fístulas y úlceras. Linfagitis y erisipela.
Lección 3ª.- Material de curas: Gasa, algodón, Silk. Machintosh, Gutapercha laminado. Parafina. Tules grasos. Colodión. Esparadrapo. Barnices y pastas.
Lección 4ª.- Esterilización por medio de calor. Flameado. Estufa de Poupinel. Ebullición. Vapor de agua sin presión. Vapor de agua a presión. Autoclaves.
Lección 5ª.- Antisépticos más empleados. Cloro, Hipocloritos, Licor de Labarraque. Solución Dakin. Cloraminas. Iodo. Agua oxigenada. Peróxidos. Gas sulfuroso. Ácido bórico. Perborato sódico. Permanganato potásico.
Lección 6ª.- Antisépticos (continuación). Sales de plata. Sales de mercurio. Éter sulfúrico. Aldehido fórmico. Iodoformo. Fenol. Lisol. Timol. Naftol. Ácido salicílico. Alcohol.
Lección 7ª.- Esterilización de los recipientes. (Cubetas, bandejas). Esterilización del instrumental de corte. Esterilización del instrumental metálico corriente. Esterilización de sondas y bujías. Esterilización del vestuario, sábanas, compresas, torundas, material de curas.
Lección 8ª.- Esterilización de cepillos, guantes. Material de suturas. Ligaduras y desagüe. Esterilización del catgut. Desinfección de las manos y del campo operatorio. Esterilización del agua.
Lección 9ª.- Sala de operaciones. Mobiliario y su conservación. Ventilación. Iluminación. Calefacción y desinfección de la sala de operaciones. Preparación del local para una intervención.
Lección 10ª.- Preparación de un enfermo para ser operado. Su traslado a la sala de operaciones. Manera de sujetarlo a la mesa. Precauciones que deben adaptarse. Principales posiciones en que puede colocarse, Trendelemburg, Rose, Simns, etc.). Conservación de la asepsia durante el acto operatorio.
Lección 11ª.- Traslado de un operado a su cama. Precauciones que deben adoptarse. Posiciones en que debe colocarse a un operado. Colocación de calentadores. Vigilancia de pulso y temperatura. Observación del apósito. Alimentación de los operados. Complicaciones post-operatorias más frecuentes. Síntomas que hacen precisa la intervención del Profesor.
Lección 12ª.- Hemorragias arteriales, venosas y capilares. Hemorragia interna. Epistaxis. Hemoptisis, Hematemesis. Melenas. Hematuria. Metrorragia.
Lección 13ª.- Hemostasia quirúrgica preventiva. Compresores de Líedher, Lhome, Torniquete. Garrote. Espica elástica. Tubo de Ribera. Compresión digital: puntos de elección para cada arteria. Isquemia quirúrgica.
Lección 14ª.- Hemostasia quirúrgica definitiva. Pinza hemostáticas. Ligadura. Sutura. Angiotripsia. Taponamiento. Agentes físicos y químicos utilizados como hemostáticos.
Lección 15ª.- Taponamiento de las fosas nasales. Taponamiento de la vagina.
Lección 16ª.- Anestesia general. Cloroformo. Preparación del enfermo para ser anestesiado. Instrumental y técnica de la anestesia. Accidentes post-anestésicos.
Lección 17ª.- Anestesia general por medio del éter. Instrumental. Técnica. Particularidades de esta anestesia. Anestesia general con protóxido de nitrógeno, cloruro de etilo y xenoformo.
Lección 18ª.- Anestesia general por vía laríngea, traqueal, rectal e intravenosa. Preparación del enfermo. Raquianestesia y anestesia epidural. Preparación del instrumental y del enfermo. Cuidados especiales que deben observarse con estos anestesiados.
Lección 19ª.- Anestesia local. Hielo Mezclas frigoríficas, pulverizaciones de éter. Cloruro de etilo. Cloruro de metilo. Cocaína y sucedáneos. Anestesia por pincelaciones. Pulverizaciones. Instalaciones e inyecciones.
Lección 20ª.- Cura aséptica. Signos que fundamentan la renovación de las curas. Técnica de la cura aséptica.
Lección 21ª.- Curas antisépticas más comúnmente empleadas. Medios auxiliares de las curas: Embarcación, fomentos, irrigación y cauterización.

FOTO 7 Programa Teórico del Practicante. Segundo Curso 1949

Lección 22ª.- Inyecciones hipodérmicas. Instrumental. Sitios de elección técnica. Accidentes que pueden presentarse. Manera de prevenirlos y tratarlos.
Lección 23ª.- Inyecciones de sueros salinos. Instrumental y técnica. Inyección de sueros animales: Accidentes y manera de evitarlos. Otros sistemas de inyección. Auto-inyectables. Vapores de iodo. Inyecciones gaseosas.
Lección 24ª.- Inyecciones intramusculares. Sitios de elección. Instrumental. Técnica. Accidentes. Inyecciones intravenosas.
Lección 25ª.- Operaciones quirúrgicas fundamentales. Diéresis. Bisturí. Partes de que consta: su conservación y esterilización. Manejo del bisturí. Tijeras: variedades, conservación y esterilización y modo de manejarlos. Trócares. Función simple. Aspiradores. Función aspiradora.
Lección 26ª.- Suturas. Material e instrumental. Técnica. Condiciones que debe reunir una herida para ser saturada. Desagüe quirúrgico.
Lección 27ª.- Contusiones y heridas. Variedades. Conducta del practicante. Cura de urgencia.
Lección 28ª.- Quemaduras y congelaciones. Conducta del practicante. Cura de urgencia.
Lección 29ª.- Cateterismo uretral y lavado de vejiga. Instrumental técnica. Lavado de estómago. Instrumental y técnica.
Lección 30ª.- Vacunación antivariólica. Técnica. Complicaciones. Medios de prevenirles. Empleo de vacunas preventivas y curativas. Técnica. Dosificación.
Lección 31ª.- Flebotomía. Instrumental. Sitios de elección. Técnica. Accidentes. Emisiones sanguíneas locales. Ventosas escarificadas. Sanguijuelas.
Lección 32ª.- Primeros auxilios que pueden prestarse a los asfixiados. Síncopes e intoxicados.
Lección 33ª.- El Practicante en Oftalmología y en Otorrinolaringología. Instrumental: su conservación. La cura en estas especialidades.
Lección 34ª.- El Practicante en Ginecología y Urología. . Instrumental: su conservación. Cura en estas especialidades.
Lección 35ª.- Básculas médicas. Peso de los niños de pecho. Biberones; su limpieza y esterilización. Esterilización de la leche.
Lección 36ª.- Idea general de aparatos y objetos de Laboratorio. Material aforado. “Pipetas, buretas, matraces, probetas”. Cuidados para la conservación de balanzas, microscopio y micrótomo. Filtración y centrifugación. Técnica de la recogida de productos en clínica para ser remitidos al Laboratorio. (Sangre, pus, exudados, etc.).
Lección 37ª.- Estudio de la pelvis de la mujer. Diámetros, planos y ejes.
Lección 38ª.- Estudio anatómico del periné y órganos genitales externos de la mujer.
Lección 39ª.- Vagina, útero y aparato mamario. Modificaciones que experimentan en el embarazo.

FOTO 8 Programa Teórico del Practicante. Segundo Curso 1949

Lección 40ª.-Estudio del feto de término.
Lección 41ª.- Anejos fetales.
Lección 42ª.- Signos del embarazo y procedimientos exploratorios.
Lección 43ª.- Estudio del parto normal.
Lección 44ª.- Presentación de vértice. Diagnóstico y mecanismo.
Lección 45ª.- Presentación de cara. Diagnóstico y mecanismo.
Lección 46ª.- Presentación de nalgas. Diagnóstico y mecanismo.
Lección 47ª.- Presentación de tronco. Diagnóstico y mecanismo.
Lección 48ª.- Estudio del alumbramiento.
Lección 49ª.- Cuidados que requiere el recién nacido.
Lección 50ª.- Puerperio.

PROGRAMA PRÁCTICO DE PRACTICANTE

Segundo Curso

Tema 1.- Esterilización de una cubeta o bandeja. Esterilización del instrumental de corte.
Tema 2.- Esterilización del instrumental metálico corriente. Manejo de la estufa de Peupinel.
Tema 3.- Manejo del autoclave. Preparación del vestuario, sábanas y material de curas. Su esterilización.
Tema 4.- Esterilización de cepillos, guantes, material de sutura y desagüe. Esterilización de sondas y bujías.
Tema 5.- Esterilización del agua. Desinfección de manos y campo operatorio.
Tema 6.- Vestirse para ayudar a una operación.
Tema 7.- Sujeción de un enfermo a la mesa de operaciones. Posición de Trendelemburg, Rose y Sims.
Tema 8.- Traslado de un operado de la mesa de operaciones a la cama.
Tema 9.- Observación de pulso y temperatura. Obtención de una gráfica.
Tema 10.- Aplicación de un compresor para suspender riego arterial en un miembro.
Tema 11.- Compresión por el método de Ribera. Isquemia quirúrgica.
Tema 12.- Compresión digital de las arterias: carótida, subclavia, axilar, humeral, radial o cubital.
Tema 13.- Compresión digital de las arterias femoral, tibial, posterior o pedia.
Tema 14.- Taponamiento de las fosas nasales.
Tema 15.- Simulacro de anestesia clorofórmica con mascarilla.
Tema 16.- Simulacro de anestesia por el éter con aparato de Ombredanna.
Tema 17.- Preparación del instrumental para una raquianestesia. Posición del enfermo.
Tema 18.- Preparación del instrumental para anestesia epidural. Posición del enfermo.
Tema 19.- Anestesia local con cloruro de etilo.
Tema 20.- Preparación del instrumental y disoluciones para una anestesia local o regional con novocaína.
Tema 21.- Renovar un apósito aséptico.
Tema 22.- Esterilizar y montar una jeringa. Manera de cargar una solución fluida o viscosa.
Tema 23.- Técnica de una inyección hipodérmica (en el cadáver).
Tema 24.- Inyección de suero fisiológico (sistema corriente).
Tema 25.- Inyección de suero fisiológico (sistema rápido).
Tema 26.- Inyección de vapores de iodo.
Tema 27.- Inyección intramuscular.
Tema 28.- Manejo del bisturí y de la tijera.
Tema 29.- Preparación del instrumental para practicar una punción aspiradora.
Tema 30.- Suturas.
Tema 31.- Vacunación.
Tema 32.- Aplicación de ventosas escarificadas.
Tema 33.- Simulacro de sangría.
Tema 34.- Preparación de material e instrumental para taponamiento vaginal.
Tema 35.- Preparación de material e instrumental para lavado de estómago.
Tema 36.- Preparación de material e instrumental para exploración de nariz.
Tema 37.- Preparación de material e instrumental para practicar una craneosictomía.
Tema 38.- Preparación de instrumental para practicar una resección.
Tema 39.- Preparación de instrumental para practicar una amputación.
Tema 40.- Preparación de instrumental para practicar una gastrectomía.
Tema 41.- Preparación de instrumental para practicar una talla hipogástrica.
Tema 42.- Preparación del instrumental para practicar un legrado.
Tema 43.- Pelvimetría.
Tema 44.- Procedimientos exploratorios para el diagnóstico del embarazo.
Tema 45.- Mecanismo del parto en occipito. Iliaca – izquierda antevaginal.
Tema 46.- Protección del periné.
Tema 47.- Maniobra de Gredé.
Tema 48.- Ligadura del cordón umbilical.
Tema 49.- Maniobra de Maruricoau.
Tema 50.- Respiración artificial.

FOTO 9 Programa de oposiciones para provisión de plazas de Practicantes de Asistencia Pública Domiciliaria, 1945

PROGRAMA DE OPOSICIONES PARA PROVISIÓN DE PLAZAS DE PRACTICANTES DE ASISTENCIA PÚBLICA DOMICILIARIA EN MUNICIPIOS DE 8.000 o MÁS HABITANTES. (B.O.E. 25 de febrero de 1945)

Tema 1º.- Puntos de referencia y líneas principales para la determinación topográfica de los órganos y regiones.
Tema 2º.- Esqueleto humano. Proporciones de que consta. Constitución ósea del cráneo y de la cara.
Tema 3º.- Constitución ósea del tronco y extremidades.
Tema 4º.- Descripción general de las grandes articulaciones.
Tema 5º.- Idea general del aparato genital masculino.
Tema 6º.- Idea general del aparato genital femenino.
Tema 7º.- Idea general del aparato urinario.
Tema 8º.- Idea general del aparato digestivo.
Tema 9º.- Idea general del aparato respiratorio.
Tema 10º.- Idea general del aparato circulatorio.
Tema 11º.- Idea general del sistema muscular.
Tema 12º.- Idea general del sistema nervioso.
Tema 13º.- Temperatura del hombre y sus oscilaciones. Termometría.
Tema 14º.- Idea general d las secreciones internas. Principales hormonas.
Tema 15º.- Descripción de las funciones olfatorias, auditivas y gustativas.
Tema 16º.- Parto. Su mecanismo.
Tema 17º.- Intervención de urgencia del Practicante en las contusiones, heridas y abscesos en general.
Tema 18º.- Intervención de urgencia del Practicante en las curas del aparato visual y del auditivo.
Tema 19º.- Intervención de urgencia del Practicante en las curas de las fosas nasales. Asepsia y antisepsia.
Tema 20º.- Hemorragias arteriales y venosas. Caracteres y formas de cohibirlas.
Tema 21º.- Puntos de elección para la compresión de los principales vasos sanguíneos, con el fin de cohibir la hemorragia.
Tema 22º.- Ligaduras de urgencia. Material necesario para cada caso.
Tema 23º.- Conocimientos elementales del tratamiento de la difteria.
Tema 24º.- Conocimientos elementales del tratamiento de la pulmonía.
Tema 25º.- Conocimientos elementales del tratamiento del tifus.
Tema 26º.- Primeros auxilios en casos de asfixia de traumatismo o de intoxicación.
Tema 27º.- Investigación cualitativa de albúmina y glucosa en orina. Métodos.
Tema 28º.- Vendajes más comúnmente usados en diversas afecciones y fracturas.
Tema 29º.- Inyecciones hipodérmicas intramusculares y endovenosas. Técnica.
Tema 30º.- Puntos de elección de las flebotomías del brazo, mano y pie.
Tema 31º.- Baños terapéuticos. Su clasificación y modo de aplicarlos.
Tema 32º.- Conducta del Practicante para con el Médico y las órdenes deontológicas, jerárquico y profesional.

PROGRAMA PARA LAS OPOSICIONES DE PRACTICANTES TITULARES

Publicado en el Boletín Oficial del Estado del día 3 de mayo de 1956

INSTITUTO EDITORIAL REUS
Centro de Enseñanza y Publicaciones, S. A.
Preciados, 6 y 23
Madrid. Año 1956

MINISTERIO DE LA GOBERNACIÓN

DIRECCIÓN GENERAL DE SANIDAD

PRIMER EJERCICIO.- ESCRITO

1º.- descripción del organismo humano en general. Regiones topográficas: planos y ejes y puntos que deben ser estudiados.
2º.- Descripción general del esqueleto humano. Clasificación de los huesos y su enumeración.
3º.- Anatomía del cráneo y la cara.
4º.- Anatomía de la región torácica.
5º.- Anatomía de la región abdominal.
6º.- El raquis y la pelvis. Estudio anatómico.
7º.- Descripción anatómica del aparato locomotor de las extremidades superiores.
8º.- Descripción anatómica del aparato locomotor de las extremidades inferiores.
9º.- Anatomía del corazón y de los grandes vasos.
10º.- Fisiología de la circulación sanguínea.

FOTO 10 Programa para las oposiciones de Practicantes Titulares, 1956

11º.- Anatomía del aparato digestivo.
12º.- Fisiología del aparato digestivo.
13º.- Anatomía del aparato respiratorio.
14º.- Fisiología del aparato respiratorio.
15º.- Anatomía del aparato genital femenino.
16º.- Fisiología del aparato genital femenino.
17º.- Anatomía y fisiología del aparato genital masculino.
18º.- Anatomía y fisiología del aparato urinario.
19º.- Anatomía y fisiología del sistema nervioso central.
20º.- Los órganos de los sentidos. Anatomía y fisiología de los aparatos olfatorio y auditivo.
21º.- Anatomía y fisiología de los aparatos de la visión, gustativo y táctil.
22º.- Enumeración de las glándulas de secreción interna. Posición y funciones importantes.

FOTO 11 Programa Teórico del Practicante. Segundo Curso 1949

SEGUNDO EJERCICIO.- ORAL

1º.- Derechos y deberes de los Practicantes titulares. Plantilla y clasificación de plazas de Practicantes titulares.
2º.- Ingreso. Vacantes y provisión de plazas en el Cuerpo de Practicantes titulares. Situaciones administrativas de estos funcionarios.
3º.- El Centro Primario de Higiene Rural. Relaciones del Practicante titular con los regímenes de los Seguros Sociales de Enfermedad y Accidentes de Trabajo.
4º.- Dependencia del Practicante titular con el Médico A. P. D., Jefe local de Sanidad. Moral profesional del Practicante titular.
5º.- La terapéutica como fin de la Medicina. La prescripción médica secundada por el Practicante. Consideraciones legales sobre la receta médica y su despacho por la Farmacia.
6º.- Reglas y consejos elementales sobre la higiene de la alimentación. La dietética en los enfermos agudos y crónicos.
7º.- Los síntomas de enfermedad y maneras de recogerlos para informar la Médico. La gráfica de temperatura, pulso y respiración. Otros síntomas externos que pudieran ser de interés para el juicio médico.
8º.- Idea general de las enfermedades infecciosas. Medidas generales de profilaxis.
9º.- Ideas generales sobre desinsectación y desratización. El despiojamiento. La captura y envío de animales vectores de enfermedades para su estudio.
10º.- Aplicación de las vacunas antivariólica, antitífica y antidiftérica. Otras vacunas profilácticas que pueden ser acordadas por las autoridades sanitarias.
11º.- Material necesario para la práctica de las distintas clases de inyecciones. Esterilización. Normas para la aplicación de los antibióticos y medicaciones especiales.
12º.- La administración de sueros inmunizantes: sus clases y accidentes que pueden ocasionar. Técnicas para evitar las reacciones séricas.
13º.- La administración de medicamentos por vía parenteral. Las inyecciones intradérmicas, subcutáneas e intramusculares: sus técnicas. Accidentes que pueden presentarse y manera de evitarlos.
14º.- “El gota a gota” endovenoso y rectal. Sus técnicas. La inyección endovenosa: técnica, accidentes más frecuentes y manera de evitarlos.
15º.- Anatomía de las venas asequibles a la flebotomía. Técnica de la sangría. Otros métodos de emisión sanguínea.
16º.- Tomas de sangre para el recuento y fórmula leucocitaria, velocidad de sedimentación y otros análisis hematológicos.
17º.- Preparación y envío de piezas operatorias y otros productos para hacer análisis.
18º.- Técnica de la aplicación de aerosoles y de la terapéutica con oxígeno.
19º.- Técnica de aplicación de las prescripciones médicas en la terapéutica dermatológica y oftalmológica.
20º.- Hidroterapia y baños artificiales. Instilaciones e irrigaciones. Sus técnicas más frecuentes.
21º.- El masaje y la reeducación. Movilización activa y pasiva. Técnicas y aparatos de más corriente uso.
22º.- Enumeración de las intoxicaciones y envenenamientos más frecuentes. Métodos urgentes de tratamiento.
23º.- Técnica del lavado de estómago. Idem del sondaje uretral.
24º.- Concepto de la asepsia. Preparación de las manos, campo operatorio y material para una correcta asistencia quirúrgica.
25º.- Concepto general y clasificación de las heridas.
26º.- Signos de infección de las heridas. Métodos preventivos.
27º.- La llamada cirugía menor. Incisión, punción aspiradora.
28º.- Hemorragias. Hemostasia provisional. Compresión de los troncos vasculares. Taponamiento.
29º.- Conducta del Practicante en la asistencia urgente a un herido.
30º.- Conducta del Practicante ante un fracturado de un hueso largo de los miembros.
31º.- Conducta del Practicante ante un quemado.
32º.- Concepto de la moderna reanimación de urgencia. Técnica de la respiración artificial.
33º.- Los accidentes de tráfico, en el deporte, industria, agricultura, catástrofes y en las guerras. Características de cada uno de ellos. Improvisación de la asistencia y conducta a seguir por el Practicante.
34º.- El Practicante como auxiliar del Médico en las intervenciones quirúrgicas, anestesia y transfusiones.
35º.- El Practicante titular como auxiliar del Médico en las autopsias.
36º.- Vendajes en general: sus clases. Estudio de los vendajes simples.
37º.- Vendajes compuestos. Vendajes mecánicos. Técnicas de aplicación de cada uno de ellos.
38º.- Técnica de los vendajes enyesados. Vendajes de cola de cinc. Gotieras y férulas.
39º.- La asistencia al parto normal. Períodos del mismo. Preparación del material para su asistencia.
40º.- Signos que manifiestan una anormalidad en el curso del embarazo, parto y puerperio. Conducta a seguir por el Practicante. Preparación del instrumental para una intervención topológica.
41º.- Cuidados del recién nacido. Profilaxis de la ceguera. Anomalías manifiestas del recién nacido. Higiene del recién nacido.

TERCER EJERCICIO.- PRÁCTICO

1º.- Autoclave. Descripción, manejo y aplicaciones.
2º.- Cómo deben disponerse las ropas, gasas, compresas y torundas en las bombonas para su esterilización.
3º.- Esterilización del instrumental por ebullición. Idem por el flameado. Materiales susceptibles de esta esterilización.
4º.- Limpieza y cuidados del instrumental.
5º.- Instrumental necesario para una craniectomía.
6º.- Instrumental necesario para una traqueotomía.
7º.- Instrumental más usado en oftalmología.
8º.- Instrumental más usado en otorrinolaringología.
9º.- Instrumental más usado en urología.
10º.- Instrumental más usado en una laparotomía.
11º.- Descripción y manejo del termocauterio.
12º.- Sondas uretrales. Modelos. Limpieza. Conservación y esterilización de este material.
13º.- Vendajes: Capelina de Hipócrates. Monóculo y binóculo.
14º.- Cruzado de cuello y axila.
15º.- Cruzado de cabeza y maxilar inferior. Fronda de barba.
16º.- Espica de hombro. Cruzado de mama.
17º.- Vendajes espiral de miembro superior e inferior. Vendaje de cuerpo.
18º.- Idea general de los medios de tracción y suspensión.
19º.- Desinfección y excretas: desinfección de deyecciones, esputos y orina. Esterilizadores de escupideras.
20º.- El lavado bajo el punto de vista de la profilaxis. Lejiación. Ebullición. Descripción detallada de una maquina lavadora. Técnica de su empleo y aplicación de sustancias jabonosas.
21º.- Desparasitación. Sustancias insecticidas y ahuyentandoras. Desparasitación individual. Desparasitación colectiva en equipos locales.
22º.- La desparasitación por el gas cianhídrico. Técnica general de empleo. Accidentes.
23º.- El D. D. T. Diferentes desinfectantes de este tipo de actual empleo. Técnica de su aplicación en polvo. Técnica de su empleo en suspensión. Desinsectación de locales por estos productos.
Madrid, 26 de abril de 1956. El Director general, José A. Palanca.

Universidad de Madrid. Administración General. Facultad de Medicina
Curso de 1948 – 1949
Don José A. Muñoz Miura, ha entregado en este día, en pago de los derechos en metálico para la formalización de su matrícula NO OFICIAL de Primero de Practicante, en esta Facultad de Medicina, la cantidad de veintisiete pesetas con cincuenta céntimos, correspondiente a los siguientes conceptos:
Derechos de Matrícula…………………………… 20,00
Derechos de Patronato…………………………….. 5,00
Derechos de Formación de expediente…………..... 2,50
Total……………………………………………. 27,50
Madrid, 2 de septiembre de 1949. El Administrador.

Universidad de Madrid. Facultad de Medicina.
Carrera de Practicante 1º Curso. Enseñanza NO OFICIAL. Curso de 1948-49
Asignatura de Practicante de 1º curso.
Ha quedado matriculado en esta Facultad en la asignatura arriba expresada, pudiendo presentarse a examen ante el Tribunal, con esta papeleta, y el resguardo definitivo de Matrícula. Madrid, 23 de septiembre de 1949

FOTO 12 Cartilla Obra Sindical “18 de Julio”. Médico y Practicante. Cartilla cedida por Mª Carmen Casas

18 de julio

Historia Archivística: La documentación producida por la Delegación Nacional de Sindicatos se conservo en su propio Archivo General. Al crearse la Administración Institucional de los Servicios Socioprofesionales (AISS) se determinó la transferencia de la documentación de la extinguida Organización Sindical a los archivos dependientes del Ministerio de Cultura: la documentación de la Delegación Nacional y de las Delegaciones Provinciales de Madrid se remitió al Archivo General de la Administración, siguiendo instrucciones del Ministerio de Cultura. Entre 1977 y 1986 se realizaron 164 envíos con un total aproximado de 30.000 unidades de instalación que ocuparon tres módulos enteros de sus depósitos.

Historia Institucional/Reseña Biográfica: La concepción Nacional-Sindicalista de la Sanidad, no como servicio profesional más o menos mercantil sujeto a la ley de la oferta y la demanda, llevó a la Delegación Nacional de Sindicatos a la creación, en 9 de octubre de 1940, de la Obras Sindical del 18 de julio, como el órgano de la misma para la realización de la política sanitaria en su aspecto social. Con anterioridad a dicha fecha, la Mutualidad Médico-Farmacéutica Nacional Sindicalista solicitó a la Dirección General de Sanidad autorización para reanudar oficialmente sus actividades. Pero, creada, la Obra, pasaron sus componentes a formar parte de ésta, siendo absorbidas al propio tiempo las instalaciones de la antigua Mutualidad Obrera. Inicialmente la Obra encauzó sus actividades dividiéndolas en tres grandes secciones: Asistencia Sanitaria, Asistencia Médica y Medicina del Trabajo.

FOTO 13 Cartilla Obra Sindical “18 de Julio”. Médico y Practicante. Cartilla cedida por Mª Carmen Casas

En esta época inicial, la Obra Sindical 18 de julio; vino a desarrollar dos grandes funciones: la realización de la política sanitaria y social del Movimiento Nacional; y la prestación de asistencial médico-farmacéutica a los productores modestos. La Obra se rige fundamentalmente por la Orden General de Delegación número 32, de 9 de marzo de 1946. Entre las funciones de la Obra están: la higiene del trabajo y de los trabajadores, la asistencia de éstos en sus enfermedades, la intervención de la medicina en la organización científica del trabajo y la misma investigación, y las luchas sanitarias. También figura entre sus funciones el apoyo al desarrollo del Seguro por enfermedad, así como la asistencia sanitaria a los Montepíos y Mutualidades Laborales y Cajas de Empresa. En cuanto a su estructura la Obra se halla organizada en base a una Jefatura Nacional y las correspondientes provinciales, constituidas en la actualidad por las Dirección Médicas y Secretarías Provinciales de la Obra, dependientes de la Vicesecretaría Provincial de Obras Sindicales. Por Decreto 558/1971, de 1 de abril, del Ministerio de la Presidencia, la Obras Sindical 18 de julio; se integra en la Seguridad Social.


OBRA SINDICAL 18 DE JULIO

O.N.S.M.A.

GUIPÚZCOA

FOTO 14 Cartilla Obra Sindical “18 de Julio”. Médico y Practicante. Cartilla cedida por Mª Carmen Casas

1 de Noviembre de 1966
Normas que deberán tenerse presente para solicitar la Prestación Sanitaria de los diferentes Servicios

SIN FARMACIA
1º.- Para solicitar cualquier asistencia es indispensable la presentación de esta cartilla con la fotografía correspondiente.

2º.- Los Beneficiarios que no puedan exhibir el recibo del mes en curso, no tendrán acceso a nuestros Servicios y causarán baja por falta de pago de UNA mensualidad.

3º.- La asistencia médica domiciliaria se solicitará en el domicilio del Médico de Zona correspondiente, debiendo darse los avisos antes de las 10 de la mañana o de las 4 de la tarde, según se desea recibir la visita del Médico en la mañana o en la tarde respectivamente del día que se avisa.

4º.- Los servicios de Especialidades se darán en los consultorios de los Sres. Especialistas los días y horas que se indican en el cuadro, siendo imprescindible la presentación de una orden escrita del Médico de Zona correspondiente, excepto en las especialidades de Tocología, Oftalmología, Odontología y Traumatología.

5º.- Para todas las reclamaciones que sobre el funcionamiento de los Servicios deseen hacer los asegurados, se dirigirán por escrito al Director Médico de la Obra Sindical “18 de Julio” para su estudio y resolución.

FOTO 15 Cartilla Obra Sindical “18 de Julio”. Médico y Practicante. Cartilla cedida por Mª Carmen Casas

CUADRO DE ESPECIALISTAS CENTRAL

CIRUGÍA GENERAL.- Dr. Martín Santos (D. Leandro). Consulta en su Clínica (Barrio Eguía). Lunes, Miércoles, Jueves y Viernes de 11 a 12. Teléfono 15094

DERMATOLOGÍA.- Dr. Fombellida Diego (D. Francisco). Consulta en su domicilio, calle Iparraguirre, 13, entresuelo. Todos los días laborables (excepto sábados) de 5 a 7. Teléfono 19822

DIGESTIVO.- Dr. Azpiroz Miqueo (D. Ramón). Consulta en su domicilio, calle Prim nº 15 – 1º, todos los días laborables excepto sábados, de 12,30 a 1,30. Teléfono 15671

ENDOCRINOLOGÍA.- Dr. Villar Echaide (D. Javier). Consulta en su domicilio, calle Fuenterrabía nº 4 – 1º, todos los días laborables excepto sábados, de 4,30 a 5,30. Teléfono 15055

GINECOLOGÍA.- Dr. Gómez Ruiz. Consulta en Parque de Amara, A - 8º, izquierda, todos los día de 3,30 a 4,30 excepto sábados. Teléfono 12624

NEUROCIRUGÍA.- Dr. Arrazola Silió (D. Mariano). Consulta en su domicilio, calle Zabaleta nº 17 – 1º izquierda. Petición de hora. Teléfono 10483

NEUROSIQUIATRÍA.- Dr. Urrutia Larrea (D. José Manuel). Consulta en su domicilio, calle Usandizaga nº 3 – 3º todos los días excepto Jueves de 3 a 4. Teléfono 21811

ODONTOLOGÍA.- Dr. Caravaca Goicoechea (D. Miguel). Consulta en su domicilio, calle Urbieta 18, 1º todos los días excepto sábados de 9 a 10. Teléfono 14558

OFTALMOLOGÍA.- Dr. Azcoaga Arana (D. José María). Consulta en su domicilio Avenida de Sancho el Sabio, 15 – 2º todos los días excepto martes y sábados de 5 a 6. Teléfono 13681

OTORRINOLARINGOLOGÍA.- Dr. Alday Marticorena (D. Manuel). Consulta en su domicilio, calle Hermanos Iturrino nº 12, todos los días excepto sábados de 5 a 6. Teléfono 11204

PEDIATRÍA.- Dr. Sagardía Laurnaga (D. Miguel). Consulta en su domicilio, calle Garibay nº 13 entresuelo, todos los días excepto sábados de 5 a 7. Teléfono 15868

PULMÓN Y CORAZÓN.- Dr. López Uralde (D. Francisco). Consulta en su domicilio Paseo de Colón nº 6 – 1º, todos los días excepto sábados de 4 a 5. Teléfono 14137

RADIOLOGÍA.- Dr. Irigaray Urrutia (D. José María). Consulta en La Clínica Nuestra Señora del Pilar. Marruchipi. Teléfono 19609

TOCOLOGÍA.- Dr. Gómez Ruiz (D. Jesús). Consulta en su domicilio Parque de Amara, A -8º izquierda, todos los días excepto sábados de 3,30 a 4,30. Teléfono 12624

TRAUMATOLOGÍA.- Dr. Martín Santos Ribera (D. Leandro). Consulta en su Clínica (Barrio Eguía). Lunes, Miércoles, Jueves y Viernes de 11 a 12. Urgencias inmediatas las 24 horas. Teléfono 15094

UROLOGÍA.- Dr. Esnal Carbayo (D. Juan José). Consulta en su domicilio Primo de Rivera, A – 5º. Lunes, Miércoles y Viernes de 11,30 a 1. Teléfono 19394

ANÁLISIS.- Dr. Benito Iradier (D. César). Nueva nº 15, entresuelo de 9 a 10. Teléfono 14306

HOSPITALIZACIONES.- Las hospitalizaciones se realizarán en la Clínica de Nuestra Señora del Pilar (Ategorrieta Marruchipi). Teléfono 19609

TRANSFUSIÓN.- Dr. Cólera Martí (D. Juan). Clínica de Nuestra Señora del Pilar. Teléfono 19609

FOTO 16 Recibo de la mensualidad de Enero de 1971

Relación de Especialistas de Eibar
Dermatología: Dr. Goicoechea (D. Pedro)
Digestivo: Dr. Castilla Sáenz de Santamaría (D. Julián)
Oftalmología: Dr. Recalde Larre (D. José Luis)
Odontología: Dr. Imaz (D. Ramón)
Odontología. Dr. Aprell Artamendi (D. Alberto)

Zona Vergara
Otorrinolaringología: Dr. Zulueta Egaña (D. Luis)
Pediatría: Dr. Cano Seijo (Juan José)
Pulmón y Corazón: Dr. Poncela (D. Manuel)
Urología: Dr. Añíbarro Lebario (D. Enrique)
Análisis: Dr. Hernández Martín (D. José María)

Relación de Especialistas de Tolosa
Dermatología: Dr. Velilla Castañares (D. Emilio)
Digestivo: Dr. Zubeldia Beloqui (D. José Maria)
Ginecologia: Dr. Larramendi Larrañaga (D. Bibiano)
Odontología: Dr. Querejeta Elósegui (D. Manuel)
Oftalmología: Dr. Aguirre Aguirre (D. Pedro)
Otorrinolaringología: Dr. Durán Troncoso (D. J. María)
Pediatría: Dr. Azaldegui Uranga (D. Fernando)
Tocologia: Dr. Izaguirre Rezola (D. Benito)
Urologia: Dr. Bandrés Elósegui (D. José María)
Análisis: Dr. Olarreaga Recondo (D. Javier)

Relación de Especialistas de Irún
Oftalmología: Dr. Garmendia Duitmat (D. Enrique)
Odontología: Dr. Navarro Saiz (D. José Luis)
Otorrinolaringología: Dr. Alday Marticorena (D. Manuel)
Pediatría: (Dr. Fernández Carrocera (D. Ignacio)
Tocoginecología: Dr. Fanlo Nicolás (D. Arturo)
Urología: Dr. Esnal Carbayo (D. Juan José)
Análisis: Dr. Benito Iradier (D. César)

FOTO 17 Cartilla Obra Sindical “18 de Julio”. Médico y Practicante. Cartilla cedida por Mª Carmen Casas

Médico de Zona. Dr. Federico Fernández Ferreiros
Domicilio calle Usandizaga nº 3, de 5 a 6. Teléfono 14085

Practicante Don Luis María Aguirreolea Esteban
Domicilio calle Zabaleta nº 4 – 8º de 3,30 a 4,30. Teléfono 15993

Ambulancias Teléfono 19.609


OBRA “18 DE JULIO” DE LA SEGURIDAD SOCIAL
GUIPÚZCOA

CUADRO DE ESPECIALISTAS

SECTOR SAN SEBASTIÁN

Estos servicios entrarán en vigor el 1º de Octubre de 1972
Oficinas: Obra “18 de Julio” Teléfono 419985

CIRUGÍA GENERAL.- Dr. Pérez Foncea (D. Juan Antonio). Consulta: lunes, miércoles y viernes de 5 a 6 en el Ambulatorio del S.O.E. Avenida de Navarra.

DERMATOLOGÍA.- Dr. Fombellida Diego (D. Francisco). Consulta en su domicilio, calle Iparraguirre, 13, entresuelo. Todos los días laborables (excepto sábados) de 5 a 7. Teléfono 419822

FOTO 18 Cartilla Obra Sindical “18 de Julio”. Médico y Practicante. Cartilla cedida por Mª Carmen Casas

DIGESTIVO.- Dr. Barruso Araico (D: Carlos). Consulta: para Mutualidades laborales de 9 a 9,30 en el Ambulatorio del S.O.E. Avenida de Navarra. Asegurados de OSMA y Entidades Especiales de 4 a 5 en Peña y Goñi, 10. Teléfono 414240

ENDOCRINOLOGÍA.- Dr. Villar Echaide (D. Javier). Consulta en su domicilio, calle Fuenterrabía nº 4 – 1º, todos los días laborables excepto sábados, de 9 a 10. Teléfono 415055

NEUROCIRUGÍA.- Dr. Arrazola Silió (D. Mariano). Consulta en Plaza Pío XII nº 5 - 1º. Previa petición de hora: lunes, martes, miércoles y jueves. Teléfono 410483

NEUROSIQUIATRÍA.- Dr. Urrutia Larrea (D. José Manuel). Consulta en su domicilio, calle Usandizaga nº 3 – 3º todos los días excepto Jueves de 3 a 4. Teléfono 421811

ODONTOLOGÍA.- Dr. Caravaca Goicoechea (D. Miguel). Consulta en su domicilio, calle Urbieta 18, 1º todos los días excepto sábados de 9 a 10. Teléfono 414558

OFTALMOLOGÍA
CIRUJANO: Dr. Encinas Sanz (D. Jacinto David). Intervenciones en la Cruz Roja.
Consulta: Dr. Martín Jalle en el Ambulatorio del S.O.E. Avenida de Navarra, los lunes, miércoles, jueves y viernes de 4 a 4,30.

OTORRINOLARINGOLOGÍA.- Dr. Cabanas (D: Antonio) Consulta: lunes, jueves y viernes de 5 a 6 en el Ambulatorio del S.O.E. Avenida de Navarra.

PEDIATRÍA.- Dr. Sagardía Laurnaga (D. Miguel). Consulta en su domicilio, calle Garibay nº 13 entresuelo, todos los días excepto sábados de 5 a 7. Teléfono 415868

PULMÓN Y CORAZÓN.- Dr. López Uralde (D. Francisco). Consulta en su domicilio Paseo de Colón nº 6 – 1º, todos los días excepto sábados de 10,30 a 11. Para Asegurados de Mutualidades laborales de 4 a 5. Seguro Libre OSMA y Entidades Especiales. Teléfono 414137

RADIOLOGÍA.- Dr. Irigaray Urrutia (D. José María) Consulta de 4 a 6 todos los días laborables excepto sábados. Calle Prim nº 32 – 1º. Teléfono 420244

REUMATOLOGÍA.- Dr. Galparsoro Aguirre (D José María). Consulta de 4,30 a 5,30 todos los días laborables excepto sábados en Paseo de Colón nº 39 – 2º izquierda. Teléfono 417023

TOCOLOGÍA.- Dr. Fernández Barreda (D. Antonio). Consulta de 3,30 a 5,30 los lunes, miércoles y viernes en Paseo Juan Olazabal nº 15 entresuelo. Teléfono 426236

TRAUMATOLOGÍA.- Dr. Rentero Rodríguez (D. Fulgencio). Consulta en el Ambulatorio del S.O.E. Avenida de Navarra de 4 a 5 los lunes y miércoles para Mutualidades Laborales. Martes y jueves para Asegurados de Seguro Libre OSMA y Entidades Especiales.

UROLOGÍA.- Dr. Esnal Carbayo (D. Juan José). Consulta en su domicilio Primo de Rivera, A – 5º. Lunes, Miércoles y Viernes de 11,30 a 1. Teléfono 419394

ANÁLISIS.- Dr. Carrazoni (D. Jesús). Extracciones en el Ambulatorio del S.O.E. Avenida de Navarra de 9 a 9,30 todos los días laborables excepto sábados.

ANESTESISTAS.- Drs. Miguel Galicia González y Edmundo Ruiz Renedo.

PEDIATRA VISITADOR.- Dr. Pérez Mateos (D. Virgilio). Consulta de 5,30 a 6,30 todos los días laborables excepto sábados en Duque de Mandas nº 23 – 2º izquierda. Teléfono 424793

PRACTICANTES.- Zona San Sebastián
D. Luis María Aguirreolea Esteban, de 3,30 a 4,30 en Zabaleta nº 4 – 8º. Teléfono 415993

FOTO 19 Recibo de la mensualidad de Noviembre de 1965

D. Antonio Fernández López, de 9 a 9,30 en Berminghan nº 11 – 5º izquierda. Teléfono 417384

D. Luis María Elícegui Arrillaga, de 4 a 5 en Legazpi nº 6 – 4º. Teléfono 413922

Zona Loyola y Martutene
D. Lamberto Blesa de 2,30 a 3,30 en Villa Lourdes-enea (Loyola) y Bernia-enea (Martutene)

Zona de Herrera
D. José Quintana Uriarte, en Avenida de José Elósegui nº 15 (Herrera). Teléfono 352625

HOSPITALIZACIONES QUIRÚRGICAS
ZONA DE SAN SEBASTIÁN.- Clínica de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro (Ategorrieta).

ZONA de IRÚN.- Hospital Municipal de Irún.

ZONA de TOLOSA.- Clínica San Cosme y San Damián.

ZONA de EIBAR.- Clínica Nuestra Señora del Perpetuo Socorro (Ategorrieta).

SERVICIO DE URGENCIA.- Todos los días laborables de 5 a 9 de la mañana. Domingos y festivos desde las 9 de la mañana en el Ambulatorio del S.O.E. Avenida de Navarra. Teléfonos 425466 y 425467

SERVICIO DE AMBULANCIAS: Se solicitará llamando a los teléfonos 419985 y 428968 (Ambulancias Alonso).

FOTO 20 Reglamento de la Sección Médico – Quirúrgica del Montepío San Cristóbal de Guipúzcoa de Previsión Social

REGLAMENTO DE LA SECCIÓN MÉDICO – QUIRÚRGICA DEL MONTEPÍO SAN CRISTÓBAL DE GUIPÚZCOA DE PREVISIÓN SOCIAL

Inscrito en la Comisaría de Asistencia Médico – Farmacéutica con el número 854

Modelo de Reglamento aprobado por la Comisaría de Asistencia Médico Farmacéutica en 12 de Septiembre de 1964 en cuanto a su parte Sanitaria se refiere.

Reglamento de la Sección Médico Quirúrgica del Montepío San Cristóbal de Guipúzcoa

Que deroga o sustituye al de fecha 30 de Octubre de 1963

Artículo 1º.- Podrán pertenecer a esta Sección, todos los asociados al Montepío de San Cristóbal de Guipúzcoa, encuadrados en algunas de las clasificaciones señaladas en el artículo 6º de la Entidad, excepto los Honorarios, Protectores y Jurídicos.

Artículo 2º.- Dado que la constitución de esta Sección obedece a causas determinadas por la Superioridad, todos aquellos asociados que suscribiesen la póliza de servicios con anterioridad al 1º de enero de 1959, podrán acogerse inmediatamente a todos los servicios establecidos en esta Sección.

Artículo 3º.- Todos aquellos asociados que posteriormente no hubieran cumplido los 55 años de edad, y manifestarán su deseo de pertenecer a esta Sección, deberán acompañar a su solicitud un certificado de buena salud del titular y de cuantos familiares figuren como beneficiarios en la póliza, siempre que sean los que luego se dirá para las operaciones quirúrgicas corrientes, así como para las super-especialidades, deberán cubrir un periodo de carencia de seis meses, durante los cuales abonarán las cuotas fijadas, y una vez transcurrido dicho periodo tendrán derecho a las mismas. También se tendrá en cuenta el apartado b) del artículo 20º del Reglamento de la Comisaría, con arreglo a la O. M. de 11 de junio de 1963. Para los asociados inscriptos con anterioridad a 1º de julio de 1963, los servicios de super-especialidades, comenzarán a facilitárseles desde 1º de enero de 1964.

Artículo 4º.- Cada afiliado será provisto a tal efecto de un Título de Asociado en el cual se consignará el número de carnet del Montepío, nombre, apellidos, domicilio del asegurado y aplicación de los beneficiarios acogidos.

Artículo 5º.- En dicho Título de Asociado no podrán estar incluidos, bajo ningún pretexto, como beneficiarios de los mismos, más que los siguientes familiares del asegurado, siempre que vivan en el domicilio del mismo: Cónyuge, ascendientes de ambos cónyuges, mayores de 65 años, hijos de ambos sexos menores de veintiún años y no emancipados, nietos y hermanos (huérfanos de padre) menores también de veintiún años.

Tanto los ascendientes, como los hijos, hermanos o nietos, huérfanos de padre, que estuvieran incapacitados para el trabajo, con carácter permanente, podrán disfrutar de la condición de beneficiarios, cualquiera que fuera su edad.

Artículo 6º.- Las cuotas que se establecen son las siguientes:

Para asociados anteriores a 1º de junio de 1964:
Pólizas o contratos familiares 118 pesetas mensuales.
Pólizas o contratos individuales 63 pesetas mensuales.

Para asociados con ingreso posterior:
Póliza con un solo beneficiario 63 pesetas mensuales.
Póliza con 2 o 3 beneficiarios 115 pesetas mensuales.
Póliza con 4 beneficiarios 144 pesetas mensuales.
Póliza que exceda de 4 beneficiarios por cada uno más, un suplemento de 39 pesetas mensuales.

Dichas cuotas podrán ser satisfechas anualmente por períodos anticipados.

FOTO 21 Carnet Montepío Conductores San Cristóbal de Guipúzcoa, 1976. Salvoconducto 1937

Artículo 7º.- Al final del ejercicio, si el resultado contable de esta Sección ofreciera superávit, con el mismo se constituirá un fondo de reserva para cubrir posibles contingencias.

Este fondo de reserva no podrá nunca exceder del 10 % de las cuotas anuales.

Si se llegara a rebasar la cantidad fijada para fondo de reserva como continuidad de varios superávit, se extorsionará a los componentes de la Sección proporcionalmente a sus cuotas el exceso resultante. Si por el contrario, el resultado arrojará pérdida, ésta se cubrirá entre los componentes de la Sección, mediante una prorrata proporcional a su cuota pagadera al mes siguiente de cerrarse el ejercicio contable.

Artículo 8º.- El fondo de reserva será susceptible de rebajarse o aumentarse a propuesta de la Junta Directiva apoyadas por el 50 % de los asociados a esta Sección.

Artículo 9º.- Los derechos que se establecerán en esta Sección serán:
Medicina General (incluida urgencias)
Practicantes
Cirugía General
Aparato Digestivo
Otorrinolaringología
Pediatría y Puericultura
Estancias Clínicas
Medicación en intervenciones en quirófano
Transfusiones
Dermatología y Venéreo
Cirugía Cardiovascular y Pulmonar
Cirugía Plástica y Reparadora
Tratamiento quirúrgico de la miopía, trasplante de córnea
Ginecología y Tocología
Oftalmología
Corazón y Pulmón
Urología
Radiodiagnóstico
Análisis Clínicos
Exploraciones
Neuropsiquiatría
Neurocirugía central y periférica
Mico-audio-cirugía
Timpanoplastias
Odontología
Matrona
Cirugía del Aparato Locomotor

En el trasplante de córnea la obligatoriedad se referirá exclusivamente al acto quirúrgica pero no a la aportación de la córnea a trasplantar cuya adquisición será siempre realizada por el paciente.

Artículo 10.- La utilización de los servicios de especialistas deberá ser previamente autorizada por los Doctores de Medicina General, las radiografías, radioterapias, análisis, transfusiones, etc. Serán ordenadas por los Doctores, sin cuyo requisito no serán atendidos por la Sección.

Artículo 11.- Los asociados que utilizaran servicios de Doctores ajenos al Cuadro Facultativo de la Sección, sin previa notificación a la Entidad, abonarán por su cuenta los gastos que ello origine.

Artículo 12.- Las estancias Clínicas, deberán ser efectuadas en las que la Sección tenga concertadas. Aquellos asociados que desearan utilizar servicios de facultativos ajenos al Cuadro de la Sección para ser intervenidos, podrán solicitarlo previamente a la Junta Directiva, y ésta, estudiando el caso, podrá facultar al interesado a dicha variación, sin que por ello le sean abonados los honorarios médicos. Sin embargo, si le serán satisfechos los importes de los análisis, radiografías, y estancias clínicas con arreglo a las tarifas concertadas por la Sección.

Artículo 13.- Quedan excluidas de asistencia, las epidemias declaradas oficialmente, los accidentes de trabajo por cuenta propia o ajena, las producidas por motines, guerras, desafíos, así como cuantas sean con responsabilidad a terceros a menos que el asegurado ceda legalmente a la Entidad los derechos y acciones para reclamar.

FOTO 22 Reglamento de la Sección Médico – Quirúrgica del Montepío San Cristóbal de Guipúzcoa de Previsión Social

Artículo 14.- Todo asociado que cause baja en la Sección voluntariamente sin justificar previamente los motivos de la misma, si desea volver a reingresar en ella, la Junta Directiva estudiará las condiciones que motivaron aquélla y fijará el periodo de carencia y las cuotas que habrá de satisfacer el solicitante.

Artículo 15.- La Administración de esta Sección será llevada por el Montepío San Cristóbal de Guipúzcoa en contabilidad aparte.

Artículo 16.- Al final del ejercicio se editará una Memoria explicativa del resultado contable obtenido, como asimismo del número de asistencias e intervenciones practicadas, desglosándose por especialidades.

Artículo 17.- Esta Sección podrá disolverse en los casos siguientes:
A). Por disposiciones oficiales
B). Por acuerdo del 60 % de sus componentes y previo aviso de la Junta.

Artículo 18.- En caso de disolución de la Sección, la Junta Directiva se erigirá como Comisión Liquidadora.

Una vez concertada la disolución se extornará a cuantos se hallen sujetos al periodo de carencia, las cuotas que tuvieren abonadas. La Comisión Liquidadora cancelará las obligaciones pendientes, si las hubiera, bien con los fondos existentes o estableciendo una derrama entre todos sus componentes. Si una vez liquidadas todas las obligaciones existiera un líquido activo, éste se prorrateará entre los componentes de la Sección proporcional a la categoría de la póliza (familiar o individual), o pasará a propiedad del Montepío San Cristóbal, si así lo acordaran el 60 % de los pertenecientes a la Sección.

Artículo 19.- Existe a disposición del asociado, un libro de Reclamaciones con arreglo al artículo 43 del Reglamento de la Comisaría.

Artículo 20.- En caso de disconformidad de ambas partes se atendrá previamente a la intervención de la Comisaría de Asistencia Médico-Farmacéutica, antes de recurrir a la acción de los Tribunales y Juzgados de San Sebastián.

Hay un sello que dice:
Dirección General de Sanidad
Comisaría Médico – Farmacéutica
12 de Septiembre de 1964

MINISTERIO DE TRABAJO

INSTITUTO NACIONAL DE PREVISIÓN

Dirección de Asistencia Sanitaria e Instalaciones del Seguro de Enfermedad

MODIFICACIONES DE PRECEPTOS

DEL

REGLAMENTO DEL PERSONAL ADMINISTRATIVO, ESPECIAL Y SUBALTERNO DE LAS INSTITUCIONES SANITARIAS DEL SEGURO OBLIGATORIO DE ENFERMEDAD

Madrid, 1955


ILMO. SR.
Vista su comunicación de 4 del corriente, en la que da cuenta de la resolución adoptada por esa Presidencia de modificar, con efecto de 1º de Enero del año en curso, la plantilla y retribuciones del personal administrativo, especial y subalterno adscrito a las Instituciones Sanitarias del Seguro Obligatorio de Enfermedad que dirige y gobierna ese Instituto, así como de la nueva redacción de los artículos del Reglamento del personal de las susodichas Instituciones Sanitarias, aprobada por Orden de 30 de Diciembre de 1953.

Esta Dirección General tiene a bien mostrar a V. I. su conformidad con las disposiciones adoptadas en el sentido que expresa su comunicación.
Dios guarde a V. I. muchos años.
Madrid, 10 de marzo de 1955.
EL DIRECTOR GENERAL

ILMO. SR. PRESIDENTE DEL INSTITUTO NACIONAL DE PREVISIÓN

FOTO 23 Reglamento del Personal Administrativo, Especial y Subalterno de las Instituciones Sanitarias del Seguro Obligatorio de Enfermedad

Artículo 4º.- El personal administrativo es aquel que realiza funciones de carácter burocrático, y estará integrado por:
Jefes de Negociado de 1ª
Jefes de Negociado de 2ª
Jefes de Negociado de 3ª
Oficiales de 1ª
Oficiales de 2ª
Oficiales de 3ª
Auxiliares de 1ª
Auxiliares de 2ª

Son Jefes de Negociado los que, a las órdenes inmediatas del Administrador, están al frente de los distintos servicios de la Oficina Administrativa, y responden del orden y buena marcha de los mismos, cumpliendo y haciendo cumplir las instrucciones que reciban de aquél.

Son Oficiales los que desempeñan funciones administrativas de carácter técnico para las que se precisan conocimientos especiales.

Son Auxiliares los que realizan los restantes trabajos burocráticos.

Artículo 31.- El ingreso del personal administrativo tendrá lugar por la última categoría de la escala respectiva, mediante Concurso – Oposición, convocado por la Presidencia del Instituto Nacional de Previsión, a propuesta de la Dirección de Asistencia y con conocimiento y conformidad de la Comisión de Coordinación.

Al Concurso – Oposición para Oficiales podrán presentarse los Auxiliares del Instituto Nacional de Previsión y Administrativos de las Instituciones Sanitarias y dependencias anejas, con más de dos años de servicio en las mismas o cuando acrediten la posesión de título académico.

Para Jefes de Negociado, los funcionarios del Instituto Nacional de Previsión y de Instituciones Sanitarias y Dependencias anejas de cualquier escala y categoría que se hallen en posesión de títulos superiores.

Las plazas de Jefe de Negociado y Oficiales se cubrirán exclusivamente con personal masculino.

El Concurso – Oposición para Auxiliares será libre.

Cuando celebrado Concurso – Oposición a Oficiales y Jefes de Negociado, respectivamente, quedasen plazas desiertas, se cubrirán por Concurso – Oposición libre.

En todos los casos, para tomar parte en los Concursos, será preciso el informe favorable del Administrador, con el Vº. Bº. del Director de las Instituciones para el personal que preste servicio en las mismas y de los Directores del Instituto Nacional de Previsión y Provinciales para su personal.

El personal del Instituto Nacional de Previsión que se incorpore a la Administración de las Instituciones Sanitarias en la forma establecida en este artículo, quedará en situación de excedente especial en activo en sus respectivos escalafones.

A todo Concurso precederá necesariamente otro general de traslado voluntario entre el personal de la misma categoría.

La admisión del personal Especial y Subalterno, se efectuará, previa la prueba de aptitud correspondiente, con sujeción a las normas establecidas por la Dirección de Asistencia Sanitaria e Instalaciones del Seguro de Enfermedad.

Artículo 32.- Las edades mínima y máxima de ingreso para Jefes de Negociado serán de veintitrés a cuarenta años en turno libre; para el resto del personal, de dieciocho a cuarenta años, con la sola excepción de los Asistentes, cuya edad se fija entre los quince y los diecisiete años.

El personal viene obligado a someterse a los reconocimientos facultativos periódicos que ordene la Dirección de la Institución, tanto en beneficio suyo como en el de sus compañeros de trabajo.

Artículo 35.- Las vacantes dentro de cada escala se cubrirán: el 50 por 100 por antigüedad y el 50 por 100 por Concurso – Oposición.

Por excepción, las plazas de Auxiliares de 1ª se cubrirán inicialmente por Concurso – Oposición entre los Auxiliares de 2ª.

FOTO 24 Reglamento del Personal Administrativo, Especial y Subalterno de las Instituciones Sanitarias del Seguro Obligatorio de Enfermedad

Artículo 38.- El personal administrativo percibirá las siguientes remuneraciones base:

                                                                                                          Pesetas anuales
Jefes de Negociado de 1ª                                                                   26.000
Jefes de Negociado de 2ª                                                                   24.000
Jefes de Negociado de 3ª                                                                   22.000
Oficiales de 1ª                                                                                    19.500
Oficiales de 2ª                                                                                    17.500
Oficiales de 3ª                                                                                    15.500
Auxiliares de 1ª                                                                                  13.500
Auxiliares de 2ª                                                                                  11.500

Artículo 39.- Los obreros de oficio percibirán, con arreglo a la categoría en que se hallen encuadrados, las siguientes remuneraciones base:

CATEGORÍA
Pesetas anuales
                                                                                                      
Mecánicos y electricistas                     16.560             13.800             11.040
Calefactores y fontaneros                    12.420             11.040               9.660
Jardineros                                             9.660               9.072               8.064


Artículo 40.- El personal de servicios generales percibirá, con arreglo a la categoría en que se halle encuadrado, las siguientes remuneraciones base:

FOTO 25 Carnet Capisa, S. A. Documeto de Asistencia a Desplazados

CATEGORÍA
Pesetas anuales
                                                                                                      
Gobernantes                                          7.800               6.600               5.400
Telefonistas                                           9.078               7.776               6.750
Auxiliares de Asistencia                         7.560               6.480               5.400
Cocineros                                           11.592             10.626               9.660

Pesetas diarias
                                                                                                      
Cocineras                                                16                    13                    11,50
Costureras                                              21                    18                    15

Artículo 41.- El personal subalterno percibirá, con arreglo a la categoría en que se halle encuadrado, las siguientes retribuciones base:

CATEGORÍA
Pesetas anuales
                                                                                                      
Conserjes                                            12.558             10.626               9.660
Celadores                                             9.660               9.072               8.064
Asistentes                                              4.500               3.900               3.120

Pesetas diarias
                                                                                                      
Sirvientes                                                14                    12,60               11,20

RETRIBUCIONES COMPLEMENTARIAS

Artículo 45.- El personal administrativo de las Instituciones Sanitarias tendrá derecho a la percepción, cada cuatro años, de un premio de constancia equivalente al 20 por 100 del sueldo inicial de la categoría a que pertenezca, sin que en ningún caso los haberes por tales cuatrienios rebasen el importe de aquel sueldo al producirse la concesión.

Al personal que preste servicios en la fecha de publicación del presente Reglamento, le será computado el tiempo de servicios prestados a los efectos de la percepción de cuadrienios, que serán abonados a partir del primero del mes siguiente a su publicación, no reconociéndose al pago efectos retroactivos.

Artículo 46.- El personal administrativo percibirá cuatro pagas extraordinarias, equivalente cada una al respectivo haber nominal, dos de las cuales se harán efectivas los días 17 de julio y 22 de diciembre. Para la percepción íntegra de estas dos pagas deberán llevar los interesados doce meses de servicio en la fecha de su concesión; en otro caso se abonará el importe proporcional correspondiente por dozavas partes, computándose como meses completos las fracciones de mes.

En concepto de Plus de carestía de vida se abonará a dicho personal la cantidad de 5.000 ó 2.500 pesetas anuales, según tengan el estado civil de casado o soltero, respectivamente.

FOTO 26 Instituto Nacional de Previsión. Seguros Sociales Unificados, 1957

Artículo 47.- El personal especial y subalterno de las Instituciones Sanitarias tendrá derecho a la percepción, cada cuatro años, de un premio de constancia equivalente al 10 por 100 del sueldo base de la categoría a que pertenezca, sin que en ningún caso los haberes por cuadrienios rebasen el importe de aquel sueldo al producirse la concesión.

Al personal que preste servicios en la fecha de publicación del presente Reglamento, le será computado el tiempo de servicios prestados, a los efectos de la percepción de cuadrienios, que serán abonados a partir del día primero del mes siguiente a su publicación, no reconociéndose al pago efectos retroactivos.

Este personal percibirá dos pagas extraordinarias, equivalentes cada una a su haber mensual respectivo, y que se harán efectivas los días 17 de julio y 22 de diciembre.

Para la percepción íntegra de estas pagas, se precisará que los interesados lleven prestando doce meses de servicio en las fechas indicadas; en otro caso, se abonará el importe proporcional correspondiente, por dozavas partes, computándose como meses completos las fracciones de mes.

En concepto de Plus de carestía de vida se les abonará la cantidad equivalente al 15 por 100 de los sueldos base de la categoría a que pertenezcan.

Artículo 48.- Todo el personal de las Instituciones percibirá un Plus, en atención a sus obligaciones familiares, con sujeción a lo establecido por la Orden ministerial de 29 de marzo de 1946.


FOTO 27 Instituto Nacional de Previsión. Dirección de Seguros Sociales Unificados, 1957

A dicho fin se constituirá un Fondo que se nutrirá con el 15 por 100 de los haberes, cuadrienios, Plus de vida cara, gratificaciones, pagas y horas extraordinarias. Asimismo, se computará a estos efectos el importe de la manutención del personal interno y el de la casa – habitación del que disfrute de vivienda.

Este Fondo será independiente del que se constituye por el Instituto Nacional de Previsión para sus funcionarios.

Artículo 49.- El personal administrativo y el especial y subalterno que lleve prestando servicio más de un año disfrutará de una vacación anual retribuida de un mes o de quince días naturales, respectivamente.

El personal de servicio interno o semi – interno no tendrá derecho  a bonificación en metálico o en especie por aquellas comidas que no efectúe en la Institución durante sus vacaciones.

Los turnos de vacaciones serán fijados por los Directores de las Instituciones, a propuesta de los respectivos Administradores.

Artículo 59.- También tendrá derecho a reserva de plaza el personal comprendido en el presente Reglamento durante el período de cumplimiento de sus deberes militares, computándose el tiempo de permanencia en filas a efectos de percepción de cuadrienios.

El personal administrativo que cuente por lo menos con dos años de permanencia en las plantillas de las Instituciones, percibirá además el 50 por 100 de sus haberes. Los que una vez licenciado su reemplazo fueran llamados de nuevo al Ejército, con carácter extraordinario, percibirán la totalidad de sus haberes.

Si ostentaren el grado de oficiales del Ejército y su retribución como tales fuese superior a la correspondiente a su categoría administrativa, no se les abonará cantidad alguna; si fuese inferior, se les acreditará la diferencia.

El reingreso habrá de solicitarse dentro del plazo máximo de quince días a partir de la fecha en que hubiere finalizado el servicio militar, acompañando a la petición documento militar que acredite dicho extremo.

FOTO 28 Instituto Nacional de Previsión. Seguros Sociales Unificados, 1962. Seguro Social de Enfermedad, 1962. Afiliación a la Seguridad Social, 1979 y 1980

AGRADECIMIENTOS
Paquita Anduaga Aguirre. Matrona
Consuelo Abril. Enfermera y José Ignacio Elizegi Abril. Enfermero
Juan José Echaide Aldanondo y Eva Echaide Estrada
José María Urkia Etxabe. Médico. Catedrático Historia de la Medicina
Pilar Mendía Iluminado. Satse
Encarna de la Maza González. Satse
Jesús Rubio Pilarte. Profesor Facultad de Medicina y Enfermería. Sección Gipuzkoa
Laura Fernández – Mijares Sánchez. Procuradora
Cecilia Nabal Vicuña. Abogado. Colegio de Enfermería de Gipuzkoa
Ana Ibarburu Aldama. Abogado

FOTO 29 Hospital Civil 1948. Fotógrafo Tomás Bravo

Bernardo Anabitarte Eceiza
Juan Ignacio Valle Racero. Enfermero
José María Rego Mendizabal. Celador
Manolo González Gómez. Periodista. Unidad de Comunicación OSI Donostialdea
María Luisa Fernández Alejo y Familia Aramburu
Andrés Fernández, María del Carmen Casas e Ibón Casas
Miren Maite Arcelus Sagardía. Matrona
Bernardo Anabitarte Eceiza
Teresa Gastón Amigot y Paco Hernández Gastón
Roberto López Aguirreamalloa. Médico
Luis Mari Aguirreolea Esteban. Practicante
Mari Carmen Blasco Zuasti. Enfermera y Farmacéutica
Eneko E. Oronoz. Investigador. Estudiante de arquitectura
Raúl Expósito González. Enfermero

AUTOR:
Manuel Solórzano Sánchez
Diplomado en Enfermería. Servicio de Traumatología. Hospital Universitario Donostia de San Sebastián. OSI- Donostialdea. Osakidetza- Servicio Vasco de Salud
Insignia de Oro de la Sociedad Española de Enfermería Oftalmológica 2010. SEEOF
Miembro de Enfermería Avanza
Miembro de Eusko Ikaskuntza / Sociedad de Estudios Vascos
Miembro de la Red Iberoamericana de Historia de la Enfermería
Miembro de la Red Cubana de Historia de la Enfermería
Miembro Consultivo de la Asociación Histórico Filosófica del Cuidado y la Enfermería en México AHFICEN, A.C.
Miembro no numerario de la Real Sociedad Vascongada de Amigos del País. (RSBAP)